Image: Juan Dolores Caballero, el Chino

Image: Juan Dolores Caballero, "el Chino"

Teatro

Juan Dolores Caballero, "el Chino"

“El teatro bruto muestra la deformidad del mundo”

24 julio, 2003 02:00

Juan Dolores Caballero. Foto: Esther Falcón

Del arte le interesa la tradición del esperpento, de lo grotesco. Y así lo manifiesta tanto en los clásicos del Siglo de Oro, como en los espectáculos de danza o de teatro gestual que dirige. El 24 de julio presenta en el Festival de Almagro un raro y divertido entremés, La cárcel de Sevilla.

Este granadino de 44 años ha puesto en escena uno de los repertorios más eclécticos del panorama español. Se presentó en el Festival Escena Contemporánea de Madrid de este año con un montaje de teatro gestual que tuvo gran acogida y que se vió después en el Festival de Sitges: Svozos. Ha dirigido espectáculos de flamenco y de danza como Baile de hierro, baile de bronce, del bailarín Javier Barón, y ahora acude al Festival de Almagro, desde hoy y hasta el día 27, con un raro texto anónimo que se adecúa bien a ese "teatro bruto" que abraza: La cárcel de Sevilla. La obra ha sido premiada en la Feria de Palma del Río (Córdoba) con los galardones al mejor espectáculo, mejor dirección y mejores intérpretes masculinos (Chema del Barco y Juanjo Macías) y en la ciudad manchega se verá interpretada por el propio Chino, como le apodan sus conocidos. Ya ensaya la que considera la única tragedia de Lorca, excluídas naturalmente sus dramas rurales, Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, de la que pretende ofrecer una versión inspirada en la danza butoh.

-Explique los rasgos de su teatro bruto
-El teatro bruto trabaja sobre el mundo de lo grotesco, de lo deforme. Creo que fue (Jean) Dubuffet quien lo teorizó al defender un arte espontáneo. A mi me interesa porque entronca con la España oscura y con una tradición estética presente en nuestro Barroco, en Goya y sus pinturas negras, en Valle-Inclán y el esperpento.

-¿Por qué La cárcel de Sevilla se adecúa a este estilo bruto?
-En esta obra se cuenta la historia de un condenado a muerte y se habla tanto del hombre como de la sociedad a través de un submundo poblado de miserables que ironizan y se ríen de su propia muerte. Es decir, que La cárcel de Sevilla nos da una visión del mundo a través de sus deformidades. En definitiva se produce la unión de contrarios, algo que no se da en la naturaleza, para que broten ideas reveladoras.

-¿Dónde encontró el texto?
-Antonio Serrano (coordinador de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería) me habló de él. Se le ha adjudicado a Cervantes, a Lope, pero también al carcelero de la prisión de Sevilla de la época, que escribió un libro sobre la cárcel con muchos paralelismos. En la adaptación he incluido un breve fragmento de El rufián viudo, de Cervantes, y de Carta de Escarramán a la Méndez, de Quevedo, en la que un chulo le escribe a su puta.

-¿La estética recuerda a Las gracias mohosas?
-Más bien el estilo y el humor, pero ésta es menos palaciega, más cercana a la basura.

-¿De qué le viene ese eclecticismo que caracteriza su repertorio como director?
-Para mí el teatro clásico debe andar con la contemporaneidad, porque cuando abordo un clásico mi visión es necesariamente la de un hombre de mi tiempo. La propuesta de Svozos, que es una propuesta de teatro gestual o de teatro del movimiento, se inspira en la tragedia La Orestiada, lo que pasa es que hemos roto el ritmo de la narración. El espectáculo está interpretado por tres bailarines y tres actores y en este sentido sí creo que tengo un lenguaje ecléctico.

Influencias galas y polacas
-¿Qué artistas le interesan?
-Bebo mucho de Tadeusz Kantor, de la bailarina francesa Magui Marin y de una compañía también gala que sigo de cerca, la dirigida por Jerôme Deschamps, me gusta su ironía.

-Usted tiene una compañía, El Velador, y una sala en Sevilla, La Herrería. ¿Su equipo es estable?
-Ya me gustaría. Siempre intento trabajar con los actores de siempre, nos conocemos y eso adelanta mucho el trabajo. Y de La Herrería le diré que es una pequeña sala, para 40 espectadores, que precisamente ahora vamos a reformar.

-¿Cree que su obra tiene proyección fuera de Andalucía?
-Svozos lo estamos moviendo mejor fuera de Andalucía que dentro. Nuestra estilo no suele gustar a los programadores, dicen que nuestros espectáculos son duros, poco amables para el público.