Image: Violencia contra la violencia

Image: Violencia contra la violencia

Teatro

Violencia contra la violencia

Bond Portaceli estrena Lear en el Grec

24 julio, 2003 02:00

Lluis Homar encarnando a Lear durante un ensayo

La preocupación por la violencia social y la corrupción del poder son dos constantes en la obra del británico Edward Bond, un autor casi desconocido en nuestro país, hasta ahora. Carme Portaceli estrena el 25 de julio en el Grec Lear protagonizado por Lluís Homar, montaje que coincide con Vermell, negro e ignorante, una de las Piezas de Guerra de Bond que Manel Dueso dirige en la Muntaner hasta el día 27.

Difícil. ése es uno de los adjetivos más utilizados por la prensa británica para describir la obra de su controvertido compatriota Edward Bond, uno de los dramaturgos british menos british: "Yo escribo sobre la violencia con la misma naturalidad con la que Jane Austen lo hacía sobre las buenas maneras", se autodefine Bond. Autor de más de treinta obras dramáticas como Saved, Early Morning y Lear, y cinco largometrajes (entre ellos el célebre Blow up, llevado al cine por Antonioni), Bond (1935) es un autor obsesionado por mostrar la corrupción del poder y la violencia que nubla el futuro de la sociedad. "La violencia encabeza nuestra sociedad y si no dejamos de ser violentos no tendremos ningún futuro. Sería inmoral que no escribiésemos obras que hablasen de la violencia", asegura el dramaturgo.

El que fuera uno de los autores más representados en la década de los 60 en el Royal Court Theatre de Londres y de los más controvertidos del circuito inglés es prácticamente un autor desconocido en España: tan sólo se ha llevado a escena en cuatro ocasiones, entre las que destacan los montajes de Salvats, de Josep Maria Mestres (1998) y Estiu de Manel Dueso (2001). Ahora, dentro del festival Grec -la escena catalana parece la única interesada por el inglés- coinciden esta semana dos de sus obras más representativas: Lear (1972), que ahora lleva a escena Carme Portaceli a partir de mañana en el Grec, y la "Pieza de Guerra" Vermell, negro e ignorante (1994), que estos días presenta Manuel Dueso en la sala Muntaner hasta el día 27.

Cordelia y la globalización
Portaceli define la escritura de Bond como "muy visceral. Habla sin concesiones de la pobredumbre del poder y de la violencia". Con esta puesta en escena la directora de Un enemigo del pueblo realiza un viejo sueño, ya que "era un proyecto que siempre había tenido en mente".

En este texto Bond reescribe el mito de Lear con tinta fresca, hablando de los problemas que acechan a la sociedad moderna. Los personajes shakespearianos aquí son símbolos actuales: Lear representa el antiguo régimen, sus hijas son un trasunto de la globalización y Cordelia es la metáfora de los regímenes totalitarios de izquierdas. "Bond utiliza estos símbolos para hablar de la perversión política y social, y por eso no excluye ni a la cultura ni al teatro, que ahora están en manos del mercado. Para él la democracia es una democracia de mercado", comenta Portaceli, quien subraya la riqueza de este texto. "Su lenguaje tiene un matiz esperpéntico para tratar la falta de moral y otro poético, aunque no deja de ser una poesía de la dureza". El actor Lluís Homar -que actualmente rueda con Pedro Almodóvar- encarna a este Lear que Bond creó pensando en algún líder político concreto, "puede que Stalin", dice Portaceli.

El teórico del drama
En una entrevista concedida a The Guardian hace dos años, Bond aseguraba que la Comedie Française llevaba toda la razón al señalarle como "el teórico del drama más importante desde Brecht". Una responsabilidad moral subyace en sus textos -"porque nuestras sociedades son injustas"- aunque él eluda siempre el término compromiso. "El compromiso es algo innecesario -asegura Bond-. Si conectas con la gente a un nivel vital, entonces reaccionarán. No te puedes presentar ante unos trabajadores y decirles ‘aquí tenéis Hamlet’. Antes debes aprender el lenguaje de Hamlet, pero claro, eso lleva su tiempo". Bond tampoco ha escatimado críticas a la hora de hablar del teatro, que considera "americanizado", en el caso la escena británica, y "homogeneizado" cuando se refiere a la joven dramaturgia.