Image: Edimburgo, eclosión escénica

Image: Edimburgo, eclosión escénica

Teatro

Edimburgo, eclosión escénica

El Festival escocés Fringe reúne cerca de mil compañías en 20 días

31 julio, 2003 02:00

En el Fringe cualquier escenario sirve para improvisar una función

Ver tantos espectáculos como el día te lo permita y ser visto por una audiencia tan grande como se pueda arrastrar. Este es el lema a seguir en el Fringe, la mayor convocatoria teatral de Europa, un evento multitudinario -por compañías y público- y multidisciplinar que se celebra en Edimburgo del 10 al 30 de agosto paralelamente al festival "oficial".

Se ha convertido en una cita ineludible para todas las compañías que deseen exportar sus espectáculos más allá de sus propias fronteras. Casi mil formaciones presentarán sus espectáculos este año en la ciudad de Walter Scott. Aunque el Festival Internacional de Edimburgo, el "oficial" se lleva los mayores presupuestos y las mejores cabezas de cartel, el "off" es la cita más interesante por la cantidad y variedad de sus montajes. Es un gigantesco escaparate para ver -acuden cientos de programadores- y ser visto.

El éxito del Fringe radica en su fórmula de participación: se facilita el libre acceso a cualquier grupo o individuo que quiera actuar en él. A los participantes sólo se les pide pagar una cuota de entrada y que busquen su propio espacio escénico. Iglesias, pisos particulares y almacenes abandonados han sido reconvertidos en espontáneas salas de teatro que en total suman casi 200 espacios. Marcos Ottone, miembro de la compañía Yllana, que ha asistido en varias ocasiones al Fringe, asegura que "aunque pierdes dinero porque vas a taquilla el certamen es un escaparate de lujo para darte a conocer fuera de tu país. Nosotros fuimos invitados la primera vez por una sala de teatro, pero hay otras compañías que se unen y se constituyen en promotoras y alquilan sus espacios".

Se establecen ocho categorías: espectáculos para niños, comedia, ópera, musicales, danza y acrobáticos,
teatro de texto y artes visuales, además de charlas y mesas redondas. También se constituye un jurado que al final de cada edición concede distintos premios, desde dotaciones económicas hasta contratos para trabajar en teatros londinenses.

Montajes importados
Del Fringe han surgido espectáculos tan exitosos como The puppetry of the penis, montaje que una compañía australiana presentó hace años en el Fringe y que desde entonces se ha estrenado en escenarios de media Europa -en España está programado actualmente en el Alfil de Madrid-. Yllana también importará otro montaje para la próxima temporada, Los mejores sketches de los Monty Pyton, en coproducción con Imprebis. El Fringe se creó hace 55 años, cuando ocho grupos que no figuraban en el cartel oficial improvisaron espacios para representar sus obras al margen. Y eso significa "fringe", al margen, nombre con el que un periodista describrió, al año siguiente, estas producciones adicionales.

Paralelamente se celebra el Festival Internacional de Edimburgo. En su cartel destacan este año Peter Stein, que estrenará el próximo 11 de agosto La gaviota de Chejov. Se trata de una ambiciosa producción creada especialmente para el Festival y protagonizada por Fiona Shaw. El Cullberg Ballet presenta Fluke, del mítico coreógrafo Mats Ek los días 11, 12, 13 y 14. El teatro en castellano tendrá una dignísima representación en los nombres de Daniel Veronese y Calixto Bieito. El argentino estrenará su apocalíptica La última noche de la humanidad, del 11 al 13 de agosto.


El Festival Internacional de Edimburgo parece sentir devoción por el director Calixto Bieito, que un año más estrena montaje en el certamen oficial. En esta ocasión el director catalán llevará a escena Hamlet, del 20 al 29 de agosto, un esperado trabajo después de su último descalabro londinense con Macbeth. La obra, coproducida por el Festival de Edimburgo y Birmingham Repertory Theatre, estará protagonizada por George Anton, con el que Bieito ya trabajó en La vida es sueño.