Image: ángel Fernández Montesinos

Image: ángel Fernández Montesinos

Teatro

ángel Fernández Montesinos

“Dalí y Don Juan son puro surrealismo y ensoñación”

20 noviembre, 2003 01:00

ángel Fernández Montesinos. Foto: Mercedes Rodríguez

El Centro Dramático Nacional recupera al Dalí escenógrafo en un ambicioso proyecto: el Don Juan Tenorio en el que el genio de Cadaqués trabajó hace 50 años. ángel Fernández Montesinos dirige este mítico montaje que se estrena el 20 de noviembre en el María Guerrero y en el que se recuperan sus decorados originales y cerca de 100 figurines.

El teatro tenía que rendir su propio homenaje a ese actor de sí mismo que era Dalí, inmerso como está el mundo del arte en la celebración del centenario de su nacimiento. Para ello el Centro Dramático Nacional y el de Aragón -junto con la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales- han decidido recuperar el montaje de Don Juan Tenorio que Luis Escobar y Humberto Pérez de la Ossa llevaron a escena en 1949 y en una segunda versión en 1950. Dalí, que acababa de hacer los decorados para la película Recuerda de Alfred Hitchcock, no dudó en aceptar ser el escenógrafo y figurinista de Don Juan Tenorio aunque, como todo lo relacionado con su obra y su persona, el día del estreno su trabajo levantó tantas pasiones como odios. ésta no sería la única vez que el genio de Cadaqués trabajase en el teatro ya que ese mismo año, en 1949, estrenó en el Covent Garden de Londres su también polémica puesta en escena de Salomé que le encargó Peter Brook, gran admirador suyo, y meses más tarde hizo los decorados de Como gustéis de Shakespeare, dirigida por Luchino Visconti, que quedó encantado con su trabajo. Ahora el director ángel Fernández Montesinos lleva a escena este montaje en el que se utilizan decorados originales y 100 figurines, alguno de ellos inéditos. Con 160 montajes a sus espaldas -de todos los géneros, desde el recital poético a la zarzuela, pasando por la comedia y el musical, género que adora- y dos veces Premio Nacional de Teatro, Fernández Montesinos se ha rodeado de un equipo de lujo para este montaje, en el que destaca el compositor Joan Valent.

Inéditos y originales
-¿Este Don Juan es un proyecto personal o un encargo del CDN?
-Es un encargo del CDN ya que desde hace unos años la Compañía Nacional de Teatro Clásico realiza un Don Juan anual, a cargo de distintos directores. Este año el CDN y el Centro Dramático de Castilla y León pensaron hacer un poco de memoria histórica y recuperar el Tenorio que Salvador Dalí imaginó e inventó en el año 49. él ya había hecho decorados para el Metropolitan y el Covent Garden y cuando Luis Escobar le pidió que hiciera el Don Juan él se entusiasmó. En el 50, un año después de su estreno, hizo una segunda versión incorporando otros decorados nuevos.

-¿Y qué versión han rescatado ustedes?
-Las dos. Hemos hecho una reconstrucción no arqueológica sino una reinterpretación de los mejores decorados y figurines. Ha sido difícil porque la documentación que encontramos era en blanco y negro y tuvimos que recuperar los colores a través de la obra pictórica.

-¿Hay algún original?
-Sí, aunque pocos, que encontramos en el Museo Reina Sofía. La mayor parte del material proviene de archivos fotográficos, de la Agencia Efe, de los periódicos de la época, etc. Del 49 hay tres decorados originales y del 50 el resto. Hemos integrado el material de las dos versiones, como por ejemplo el figurín de Doña Inés que en el 49 aparece como un lírio y en el 50 como una paloma. También hemos encontrado el original de la imagen que va a ser nuestro cartel -una calavera muy daliniana- que fue un regalo de Dalí para Luis Escobar y que guardaba su sobrina. También hay algún figurín inédito que no se llegó a ver en ninguno de los dos montajes -supongo que por la carestía económica y porque sería imposible realizarse- como un peto con unos pinchos de cristal, un traje alado o las máscaras del carnaval.

-Aun así habrá material que no han podido rescatar. ¿Cómo han suplido ese vacío?
-Hemos ido a los cuadros de Dalí donde hemos encontrado pistas, trazos, que nos han servido. Afortunadamente contábamos con mucha documentación. Hemos recurrido también a Nodos, ficheros, libros y por supuesto todo el material original del Reina Sofía lo utilizamos en escena. Ha sido muy interesante el trabajo de recuperación de colores y nos ha sorprendido comprobar que predomina el azul con una gama muy amplia y descubrir que hay algunas figuras que él luego repite en sus cuadros.

-Además de la integración de las dos versiones de la obra, ¿qué otras diferencias hay respecto al montaje de Luis Escobar?
-Hemos cogido lo más novedoso de los dos montajes -el del 50 tenía más audacias- y lo hemos integrado en una sola obra. Pero yo creo que la diferencia más radical está en la forma de contar la obra. La de Escobar era otra época y por tanto disponían de otros medios. Yo he intentado suprimir telones, fundidos, algo tan propio de esa época, para dar más ritmo a las escenas. Nosotros no queríamos hacer una reconstrucción arqueológica sino recuperar el espíritu onírico y surrealista de Dalí. Además vamos a utilizar figurines que Escobar no pudo sacar a escena por falta de tiempo y medios.

-Debuta con su primer Don Juan por todo lo alto...
-Sí y ha sido todo un reto y muy apasionante. He ido redescubriendo los personajes y las historias a través de la visión de Dalí.

Puro surrealismo
-¿Cuál es la interpretación daliniana del mito de Zorrilla?
-Es curioso porque ningún figurín de Dalí iba en contra del espíritu de la obra de Zorrilla, sino que ampliaba su concepto y su sentido. Dalí captó perfectamente la psicología de los personajes, y eso lo demuestra bien el personajes de Inés, que él vio como una paloma blanca enjaulada. Creo que le debía apasionar y él mismo debió ponerse el reto de hacer algo que hasta ese momento ni se había intentado. Me atrevo a decir que parte de la escenografía es deliberadamente ingenua. La obra tiene el perfume de las cosas pasadas que mantienen su vigencia.

-¿La fuerza del imaginario de Dalí no ensombrece a la propia obra?
-Al contrario, la refuerza. La escenografía aporta magia porque la segunda parte del espectáculo está llena de ensoñación, magia, rito. Dalí supo captar perfectamente la esencia de los personajes. El universo del pintor es el mejor apoyo para este drama fantástico-religioso de Zorrilla. Dalí y el Don Juan son puro surrealismo y ensoñación. Esta atmósfera también está subrayada por la partitura original lena de magia de Joan Valent.

-¿Y cuál es el resultado de la mezcla de un clásico como el Don Juan y el genio vanguardista de Dalí?
-Un montaje romántico y apasionado.

-¿Por qué cree que en 50 años no se había recuperado esta puesta en escena?
-Si no se ha recuperado este montaje hasta ahora también es porque las dificultades que se presentan son muchas ya que requiere una labor minuciosa de investigación y recopilación. Dalí marcó un camino de innovación que más tarde fue seguido por artistas como Mampaso, que también renovaron a su manera este mito. Es decir, que había un afán de renovar el personaje de Zorrilla. Tuvo que llegar Dalí para que se empezaran a hacer Tenorios renovadores que rompieran la línea clásica a la que todos estaban acostumbrados.

-¿Ha descubierto algo más del Dalí creador a raíz de este montaje?
-Era un grandísimo escenógrafo. Todos sus cuadros son como grandes escenografías, enormes fondos que podrían utilizarse como decorados de montajes para ballets. De hecho, hizo decorados para el Ballet de Montecarlo.

-Con esta obra vuelve al María Guerrero, teatro donde debutó con El libro del buen amor. ¿En qué momento profesional se encuentra ahora?
-En un momento de madurez lleno de proyectos, como Maribel y la extraña familia convertido en comedia musical, y una memoria musical titulada Adiós siglo XX. Vuelvo al musical, al español no al americano, porque es un género que me gusta mucho, del que he hecho mucho -incluida zarzuela, revista, etc- aunque creo que es muy dífícil y que no todo vale. Los musicales que yo hago son inventados por mí, nada de franquicias americanas.