Image: Encuentro imaginario con Pessoa

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Teatro

Encuentro imaginario con Pessoa

Miguel Torres dirige Sr. Pirandello, le llaman por teléfono de Tabucchi

4 diciembre, 2003 01:00

El "coro de locos", en un ensayo. Foto: Raúl Luján

La madrileña sala Lagrada vuelve a abrirse al público a partir del 6 de diciembre, después de medio año de inactividad. Y lo hace con Sr. Pirandello, le llaman por teléfono, un texto onírico firmado por Antonio Tabucchi en el que propone un encuentro imaginario entre el dramaturgo italiano y Pessoa. El montaje está dirigido por Miguel Torres.

Con tres años de vida, la sala Lagrada ha ido labrándose, a paso lento pero seguro, un lugar entre las salas alternativas de Madrid. Con el regusto en la memoria por ese ciclo dedicado a Ionesco en el que llevaron a escena La lección, Las sillas y El rey se muere, el espacio vuelve a abrir sus puertas, después de seis meses de reformas.

Productores de muchos de los espectáculos que programan, además de escuela de actores, Lagrada incide para su regreso en esa línea de programación de textos de calidad en el que han tenido cabida autores como Boris Vian, Enzo Cormann y Samuel Beckett. Ahora es el italiano Antonio Tabucchi el nombre que se suma a esta lista de autores nada complacientes para el espectador pasivo y con el que la sala hace su reentrée en el circuito off madrileño. Miguel Torres, uno de los fundadores de la sala, se pone al frente de este trabajo que dirige e interpreta junto a Delfín Rodríguez, Silvia Grimal, Julia Quintana, Abraham Hernández y Alberto Panadero. "Un amigo me contagió su fascinación por Pessoa, y un día descubrí esta obra de teatro en la que se abordaba su figura desde un punto de partida muy interesante", dice Torres.

Si hay algo que puede hacer el teatro es convertir en realidad cualquier encuentro imaginario. Al menos sobre un escenario. Por eso, a pesar de que no existen datos que hagan pensar que existió un encuentro real entre Pirandello y Fernando Pessoa, Antonio Tabucchi ha atrapado a estos dos artistas entre la pluma y el papel.

En 1931 Pirandello visitó Lisboa, donde permaneció varios días para asistir al estreno de su obra Sueño, o quizá no. Este es el sustrato real a partir del cual Tabucchi ha hecho volar su imaginación. El resultado es Sr. Pirandello, le llaman por teléfono, una obra compleja con la melancolía del fado como telón de fondo.

El texto juega con el desdoblamiento, y hace de la esquizofrenia un punto en común con la creatividad del arte. "Las grandes tormentas son aquellas que transcurren dentro de nuestra cabeza", dice el protagonista de la obra.

El arte de la esquizofrenia
Para Miguel Torres esta obra es "un hermoso estudio lleno de poesía sobre el arte del actor. ¿Dónde termina el actor y empieza el personaje?El trabajo del intérprete es un ser y no ser, algo que le sucedía también a Pessoa, que se perdía y desdoblaba en sus heterónimos".

La obra transcurre en una amplia habitación con suelo damado y ventanas con rejas. En este manicomio, un actor-personaje-loco se pregunta por su identidad. "Aquí estoy, soy Pessoa, o eso me han dicho que sea, digamos que soy un actor y he venido para divertiros, o bien, si os gusta más, soy Pessoa que finge ser un actor que esa noche interpreta a Fernando Pessoa", comienza el texto. A la voz del protagonista se le sumará, a medida que avanza la obra, un coro de locos. Torres se enfrenta a la difícil tarea de protagonizar y dirigir este texto onírico y simbolista de difícil digestión para la razón. La obra permanecerá en cartel hasta finales de enero, cuando sea sustituida por El balcón de Genet, dentro de la programación del festival Escena Contemporánea. La sala también acoge estos días la exposición fotográfica "De la madurez a la putrefacción" de Jorge Tabanera Redondo.

Antonio Tabucchi
Escritor nacido en Vecchiano en 1943, la vida de Antonio Tabucchi cambió durante un viaje en tren, cuando leyó la obra Tabacaria, de Fernando Pessoa. Se fue a estudiar a Lisboa y se hizo adoptar por la patria lusa, que ha influido en toda su obra. Tabucchi acostumbra a escribir sus novelas en las tórridas tardes de julio en Lisboa, donde vive la mitad del año. Su obra más conocida es Sostiene Pereira, aunque en su producción también destacan La cabeza perdida de Damasceno Monteiro, Piazza d’Italia y la obra de teatro Sr. Pirandello le llaman por teléfono.