Image: Como en las mejores familias

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Teatro

Como en las mejores familias

11 diciembre, 2003 01:00

Actores populares gracias a la tele

Director: Manel Dueso. Intérpretes: Blanca Portillo, Javier Cámara, Julieta Serrano, Gonzalo de Castro. Autor: Agnes Jaoui y J. Pierre Braqui. Teatro Marquina. Madrid

Unos pierden y otros ganan; como en la vida misma. Unos recuperan la autoestima y otros pierden los restos de dignidad que les quedaban: divertido. Sólo que, por entre las risas, aparece la mueca. Al final, claro, triunfa el amor; pero ese gesto último es una trampa, como lo son los mensajes de optimismo que, intermitentemente, se lanzan desde esta comedia llena de ácidos cristales: Como en las mejores familias. Me gustaría comprobar donde han ido a parar esas señales de regeneración y esperanza. La vida, y sus desesperadas soledades, suele ser más dura que el teatro; en escena siempre hay un guiño, una complicidad y un mensaje de piedad. El escenario es balsámico y eso, creo yo, es lo que se desprende de este divertimento agridulce de Agnes Jaoui y Jean Pierre Braqui.

Lo cierto y verdadero es que los espectadores lo pasan bomba, su sentimentalidad selectiva ve lo que quiere ver y si no, vuelve la cabeza. Aquí a la gente le resulta fácil identificarse con el lado positivo de los personajes, salvo con el hideputa Phillipe que carece de lado positivo; pero cuyo miserabilismo de trepa es fácil endosárselo a algún vecino o conocido. Además, los personajes toman cuerpo en intérpretes popularizados por el engendro de la tele. Y eso siempre ayuda. A Gonzalo de Castro le toca bailar con la más fea, el hideputa de Phillipe, y algo parecido, aunque menos, le ocurre a Julieta Serrano: ambos sobreviven dignamente a sus papeles. Los demás, Cámara, Durá, Poza y Portillo hacen lo que se espera de la imagen que se tiene de ellos. Y Blanca Portillo, contrapunto, de una eficaz Nathalie Poza, hace incluso un poquito más. A Pau Durá le ha tocado el caramelo de la función y lo saborea a placer.