Image: La tapada de Alberti

Image: La tapada de Alberti

Teatro

La tapada de Alberti

Se presenta en Madrid El adefesio, con Manuel Galiana

11 marzo, 2004 01:00

Trinidad Rugero, Manuel Galiana y María Luisa Merlo

Obra escrita en el exilio americano y representada por primera vez por Margarita Xirgu, El adefesio vuelve a poner de actualidad el teatro de Alberti. El 17 de marzo llega al Círculo de Bellas Artes de Madrid con Manuel Galiana y María Luisa Merlo.

Margarita Xirgu presumía de que había sido escrita para ella. Lo cierto es que la actriz fue la primera en meterse en la piel de la joven y recluida Altea. Era el año 1944 y la Xirgu levantó a todo el auditorio del Teatro Avenida de Buenos Aires con su interpretación protagonista de El adefesio. Desde entonces, pocas han sido las veces que esta obra ha sido llevada a escena -como el resto de la producción dramática de Alberti se ha representado en contadas ocasiones -. El único montaje que rivaliza en importancia con aquel hito fue el que dirigiera José Luis Alonso en 1976 en el Reina Victoria de Madrid con otra grandísima de la escena: María Casares. Ahora, El adefesio que llega al Círculo de Bellas Artes producido por Tomás Gayo y dirigido por Nieves Gámez se suma a Sonámbulo de la compañía Ur -inspirada en el poemario Sobre los ángeles-, obras que vuelven a poner de actualidad el teatro de Rafael Alberti.

Lectura política
Aunque su producción dramática nunca tuvo la valoración de su producción poética ni de la pictórica, no son pocas las obras que el autor gaditano consagró a este género. El adefesio fue escrita a comienzos de los años 40 en su exilio americano y, aunque es innegable su lectura política, en ella no pesan hechos como la proclamación de la II República, el pronunciamiento militar ni la guerra, tan presentes en sus obras dramáticas Fermín Galán, De un momento a otro y Noche de guerra en el Museo del Prado.

El adefesio tiene su origen en un hecho real: una joven cordobesa llamada "la Encerrada" a la que sólo se podía ver en compañía de alguien y con el rostro tapado por un velo, y de la que Alberti tuvo noticias en 1924. Esta figura, que en El adefesio encarna el personaje de Altea, cobra en el imaginario albertiano el sentido de una España desgarrada por los enfrentamientos, que estaba en manos de espantajos "como adefesios", según el autor. La historia de esta joven cuya libertad se ve coartada por su tía Gorgo y que acaba con su vida trágicamente tiene concomitancias con la joven Adela de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca.

Travestismo escénico
El productor Tomás Gayo llevaba varios años detrás de este texto que ahora él mismo produce e interpreta. Para ello ha contado con la dirección de Nieves Gámez. Con un reparto encabezado por Manuel Galiana y Maria Luisa Merlo, este montaje de El adefesio hace hincapié en la lírica y los elementos esperpénticos de la obra. "Se trata de un texto muy difícil por su lenguaje poético y muy complejo en algunos momentos. Nosotros hemos intentado aligerarlo pero manteniendo la lírica", comenta la directora. El espacio cerrado de la casa de Altea aquí se sustituye por uno más abierto en el que no faltan elementos metafóricos. Como novedad, Manuel Galiana interpreta el papel de la dominante tía Gorgo. "El personaje de Gorgo -dice Gámez- imita las condiciones masculinas para ejercer la dominación sobre el resto de las mujeres, así que pensé que sería interesante que fuera un hombre quien lo interpretase".


El retorno de María Casares
El estreno en España en 1976 de El Adefesio fue un acto de reafirmación política. A María Casares, la hija de Casares Quiroga y amada de Albert Camus, se le daba la oportunidad exacta de volver a España en el momento preciso; no traía la Repúbllica, pero sí un signo de libertad. Pese a su grito de subversión, cuando estrenó El hombre deshabitado, "abajo la podredumbre del teatro español", el teatro de Alberti no es una referencia imprescindible; pero era, en esos días, también un símbolo; y un reencuentro con una España predemocrática, mucho mejor, pese a todo, que la España en escombros del 39. De ahí el saludo de Alberti al regresar en el 77: "salí con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta". Mas lo cierto es que todas las expectativas de este Adefesio no cuajaron pese a la Casares, Prada, Tina Sáiz, Julita Martínez José Luis Alonso, Manuel Rivera... Tan parco fue el éxito que María Casares no sintió demasiadas ganas de recobrar sus lazos con España. La crítica fue dura, salvo alguna excepción entusiasta. En líneas generales se cumplió el vaticinio de ángel Facio que, por aquellos días había ideado con Los Goliardos un montaje rompedor del mejor texto de Alberti: "será un espectáculo estéticamente blando, técnicamente antiguo, semánticamente confuso, políticamente entregado y económicamente rentable". Acertó en todo, menos en lo económico. Javier VILLáN