Image: Fernando Medina

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Teatro

Fernando Medina

“Parodiamos los tics de los grandes coreógrafos”

18 marzo, 2004 01:00

Fernando Medina

Les Ballets Trockadero de Monte Carlo es una compañía de gran técnica integrada por hombres que parodian los ballets clásicos. El 19 de marzo actúan en el teatro Novedades de Barcelona con El lago de los cisnes. Fernando Medina, el único bailarín de origen español, analiza las claves de su éxito.

Cuerpos musculosos embutidos en delicados tutús. La peculiar estética de Les Ballet Trockadero de Monte Carlo les distingue de cualquier otra formación de danza. También la calidad de sus bailarines y su filosofía: interpretar roles femeninos parodiando los tics que rodean a este arte. Creada en 1974 e integrada exclusivamente por hombres, los "Trocks" han cosechado elogiosas críticas. Fernando Medina es uno de sus bailarines más destacados y el único de nacionalidad española. Se incorporó a la formación en 1998, después de verlos actuar en el Festival de Otoño de Madrid.

-¿Su travestismo escénico les ha cerrado más puertas que a una compañía clásica de ballet?
-Hubo un período difícil en los años 80 cuando todo el personal de los teatros recelaba de un espectáculo "travesti". Sin embargo, al final de la jornada acababan reconociendo la profesionalidad de los "Trocks". Aún así el numero de espectáculos bajó hasta los 50 ó 60 en contraste con los 138 que hicimos en 2002.

-¿Qué cualidades de un bailarín se valoran más en esta compañía?
-La destreza técnica en danza clásica (sobre todo para bailar en puntas), la capacidad interpretativa en su vertiente cómica, y la voluntad de trabajar en equipo, ya que la presión es grande.

-¿La danza ha sido un arte cerrado al humor?
-No, y prueba de ello es el repertorio clásico, donde existen roles cómicos de gran importancia así como ballets enteros de temática humorística como Don Quijote, La Fille Mal Gardeé o La Cenicienta.

-¿Qué le parece más parodiable de la danza? ¿Y de la contemporánea?
-Nosotros no nos reírmos de la danza, sino con la danza. Encuentro parodiable desde los argumentos de los ballets (repletos de ninfas y hadas) hasta la actitud de las grandes divas, pasando por los manierismos barrocos. Trockadero cuenta en su repertorio con obras inspiradas en el trabajo de Graham, Cunningham, Isadora Duncan o Pina Bausch. En estos casos parodiamos las particularidades que les han hecho célebres.

Pieza fetiche
-Tienen un repertorio muy extenso. ¿Cuál es el criterio de selección de sus coreografías?
-Trockadero tiene más éxito parodiando a los grandes ballets clásicos rusos, que constituyen un 70 por ciento de nuestro repertorio.

-¿Qué destacaría del programa que presentan en Barcelona?
-Abriremos con el segundo acto de El Lago de los cisnes, nuestra pieza fetiche, seguido por un paso a dos de "bravura", una parodia del estilo de Balanchine: Go For Barocco, y una joya del repertorio ruso: Paquita. En este espectáculo se pueden ver los diferentes registros de humor que abarca Trockadero.

-Su formación además de humor también aporta un nuevo concepto del bailarín. ¿Puede definirlo?
-Es un bailarín muy versátil y con gran sentido del humor, conocedor de la danza en todas sus expresiones.

-¿Cómo se hace un "chiste escénico" con puntas y sin palabras?
-Los chistes son incorporados durante el proceso de ensayo. A veces son ideados por el coreógrafo y otras son accidentes que merece la pena incluir. A menudo son fruto de la interpretación personal del bailarín.

Técnica femenina
-¿Para interpretar papeles femeninos se requiere una mayor técnica?
-Bailar con puntas requiere una técnica especial a la que los hombres no están acostumbrados. Sin embargo, el vocabulario de la danza es muy similar para el hombre y la mujer.

-¿Se plantean acoger mujeres?
-En sus inicios Trockadero utilizaba mujeres en roles masculinos, pero no resultó tan efectivo humorísticamente.

-¿Les molesta que les llamen "travestis"?
-No. Travesti significa que se viste con ropas del otro sexo y eso es lo que hacemos en el escenario. Si la palabra tiene ahora otras connotaciones yo prefiero ignorarlas.

-¿Perviven en las compañías actuales esos tics de las viejas formaciones rusas que ustedes parodian?
-Sin duda. Aquéllos y otros nuevos que nosotros estudiamos e incluimos en nuestros espectáculos.

-Han actuado en Japón, Canadá, España... ¿Estos países tienen una visión muy distinta de la danza?
-No. En Japón adoran el ballet clásico y se vuelcan con nosotros. Tanto en Europa como en América y Australia la respuesta del público ha sido unánimemente positiva. La crítica suele aplaudir nuestra profesionalidad.