Image: Ritual de una traición

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Teatro

Ritual de una traición

Vassiliev presenta en Sevilla y Granada Medea-Material

18 marzo, 2004 01:00

Medea (Valérie Dréville) en la escena del infanticidio

Un año pasó la actriz francesa Valérie Dréville ejercitándose en el método interpretativo del director ruso Anatoli Vassiliev. Fruto de este trabajo fue Medea-Material, de Heiner Möller. El monólogo llega mañana al Central de Sevilla y los días 26 y 27 al Alhambra de Granada. Una revisión del mito de la esposa traicionada e infanticida en clave de gran ritual.

Anatoli Vassiliev (1942) es hoy la gran figura del teatro ruso o, al menos, uno de los que mayor proyección tienen fuera de su país. Químico de formación, estudió posteriormente en GITIS (Conservatorio Estatal de Arte Dramático Lounatcharski de Moscú) y en 1987 fundó la Escuela de Arte Dramático Teatro de Moscú, su laboratorio desde el que no sólo ha montado numerosas obras (Ilíada, Fiesta Pouchkine, Las lamentaciones de Jeremías...), sino desde el que desarrolla una importante labor pedagógica. También ha colaborado con compañías de otros países europeos, entre ellos Francia, donde entró en contacto con la actriz Valérie Dréville con motivo de la dirección de Bal masqué que hizo para la Comedie Française. A partir de entonces, la fascinación que la actriz sintió por el pedagogo Vassiliev la condujo hasta Moscú, donde trabajó con él durante un año. Fruto de este encuentro es Medea Material, sobre un texto del alemán Heiner Möller, que presentaron en el último Festival de Aviñón (2002).

Estructuras lúdicas
Dréville dice que antes de explicar su trabajo en Medea-Material hay que saber algo de las líneas de investigación teatral que sigue el director: "Desde hace diez años Vassiliev se ha lanzado sobre una vía muy diferente a la de su formación original, -la de la escuela rusa y la herencia de Stanislavski, en la que inicialmente se estudian las estructuras psicológicas-, desarrollando otro terreno de trabajo que él mismo ha llamado las estructuras de juego o estructuras lúdicas. No se trata tanto de dominar los sentimientos, el alma o las relaciones entre los personajes. También se intenta, pero a un nivel más conceptual, metafísico, espiritual", lo que no implica necesariamente que se trate de un teatro intelectual o falto de humor: "De esta forma, el centro de las emociones no hay que buscarlo en el interior del actor, sino en el exterior; ya no es a través de los sentimientos que el actor comunica su papel o personaje, sino a través de la palabra. Todo el trabajo parte de ahí: de encontrar cómo hablar". El director ruso ha desarrollado una teoría según la cual en la escena europea se pueden observar dos entonaciones: la exclamativa, asociada a la tragedia, y la narrativa, más propia de los relatos e historias. Pero para transmitir los textos que a él le interesan, vinculados a la Filosofía, la metafísica o la espiritualidad, hay que buscar una tercera entonación pues las citadas ocultan un contenido psicológico. Esta tercera entonación él la llama "afirmativa", para la que es necesario educar nuestro aparato vocal, ya que nuestros músculos no están formados en ella; una voz que tiene niveles diferentes según se trabaje el contenido, las relaciones, la situación... El resultado, dice Dréville, es sorprendente pues para la propia actriz le fue difícil reconocer su propia lengua.

Medea-Material es un trabajo en continuo crecimiento, -para la actriz cada representación tiene carácter de ensayo-, pero sobre todo es un ritual, o mejor dicho dos: "El primero es cuando Medea ofrece su vestido a la novia de Jasón, lo que le permitirá borrar a su marido infiel de su memoria; el segundo, es la muerte de sus hijos, la acción fundamental de la pieza". Un texto complejo, con muchos planos de lectura, que habla de sexualidad, maternidad, celos, traición, exilio, de los tiempos mitológicos y de los tiempos históricos. Un ritual en el que la palabra es la gran arma de su protagonista.