Image: Madrid patas arriba

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Teatro

Madrid patas arriba

El 2 de abril empieza el festival de danza, que reúne a 20 grupos

1 abril, 2004 02:00

Sandrine Lafont y Carla Maruca, en Les 24 preludes de Chopin. Foto: Marie Chouinard

La compañía de Marie Chouinard abre mañana, en el teatro Albéniz, el festival Madrid en Danza. Una edición que permitirá comprobar el excelente nivel de las formaciones canadienses, pues son muchas las invitadas al festival. También figuran en el programa grupos de Francia, Portugal, Finlandia e Inglaterra.

El Festival Madrid en Danza arranca su XVIII edición esta semana con una nueva dirección que ha apostado por la consolidación y una línea que mantiene la mezcla de estilos y tendencias. Ana Cabo, directora del festival y asesora de danza de la Concejalía de las Artes, ha optado por reducir el número de espectáculos manteniendo una programación intensa pero no abrumadora. Entre las novedades figuran la presencia de tres compañías de Québec, en calidad de invitada especial. El festival se inaugura precisamente con un programa doble de la Compañía de Marie Chouinard. Esta singular artista canadiense comenzó su carrera en 1978 como coreógrafa e intérprete en solitario, cosechando con su extraordinaria presencia, virtuosismo y personalísima visión elogios rotundos. En 1990 fundó su compañía y trasladó a los bailarines la fascinación por la articulación de la arquitectura del cuerpo que caracteriza su trabajo. Le Cri du Monde (El grito del mundo), un estudio sobre la fragmentación morfológica y las fuerzas y tensiones que habitan en nosotros, está interpretado por diez bailarines. Ha sido descrita como una obra maestra y una de las creaciones más bellas de Chouinard: "celestial, cósmica, sagrada y bestial", en palabras de una crítica canadiense. La coreógrafa se define a sí misma de esta manera: "Mi fuente de inspiración siempre ha sido el cuerpo mismo, y especialmente el silencio y la respiración que constituyen la materia ‘invisible’ de la vida. En el fondo de cada obra nueva mía siempre se encuentra lo que llamo ‘el misterio’, una onda desconocida que me atrae de una forma casi obsesiva. Mi trabajo consiste en captar esta onda primordial, de ‘sintonizarla’ de alguna manera y de componerla en el espacio y el tiempo con una estructura y una forma propia". El programa se abre con Les 24 Préludes de Chopin, donde Chouinard ha confeccionado una serie de solos, dúos, tríos y movimientos para su grupo que evoca tanto la estructura como la sensibilidad de la música del compositor polaco.

Presencia "quebequois"
Dos compañías canadienses de renombre completan la presencia "quebequois" dentro de Madrid en Danza. Les Grands Ballets Canadiens presenta La Dama de Picas, creación en tres actos del coreógrafo danés Kim Brandstrup sobre la novela homónima de Pushkin. Les petites societés (Las sociedades pequeñas), una serie de doce dúos sacados de diversos trabajos de formatos muy distintos creados durante los últimos 25 años, fue la última creación del coreógrafo Jean-Pierre Perrault, fallecido en 2002. Las múltiples posibilidades de relación que ofrece el trabajo a dúo siempre tuvo un significado especial para Perrault, que recomponía su grupo según el formato de cada proyecto y dejaba vía libre a la participación creativa de sus intérpretes. Dentro de los 20 espectáculos que componen la programación del festival se incluye la reposición de Der Dämon (El Demonio), una producción del Centro Coreográfico de León con coreografía de Sabine Dahrendorf y dirección musical de Pedro Halftter sobre la única partitura que el compositor Paul Hindemith escribió para danza. Por otro lado, los intérpretes y creadores masculinos tienen un perfil especial en esta edición del festival. El finlandés Tero Saarinen se presenta por primera vez en Madrid con Hunt, su interpretación particular de La consagración de la primavera de Stravinsky, y una pieza creada por Carolyn Carlson sobre la compleja figura del pintor Mark Rothko, gran exponente del expresionismo abstracto.

En Happy Hour, de Jordi Cortés, el versátil coreógrafo e intérprete cuyo trabajo con la compañía británica DV8 le sacó a relucir su vertiente más teatral, investiga el doble juego de la palabra y el silencio, el movimiento y la quietud. Toni Mira, de Nats Nus, ofrece otra visión de la soledad escénica y su definición desde una perspectiva madura de la danza. Loft habla de los parámetros de la vida solitaria a la vez que define un espacio vital. Figuran también otros espectáculos destacados, entre ellos un programa de lujo de Cesc Gelabert y varios trabajos de artistas de flamenco y danza española.