Image: De los tutús a las mallas. La dama de picas y el Lago de los cisnes

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Teatro

De los tutús a las mallas. La dama de picas y el Lago de los cisnes

Las acreditadas The English National Ballet y Les Grands Ballets Canadiens actúan en Barcelona y Madrid

8 abril, 2004 02:00

Melody on the move es una coreografía del ENB inspirada en música de los años 30, 40 y 50

Visitan España dos grandes formaciones de danza clásica: la English National Ballet (ENB), que llega al Liceo de Barcelona el día 14 de abril, y Les Grands Ballets Canadiens de Montreal, que actúa los días 9 y 10 en el Teatro de Madrid. Ambas son compañías de repertorio con un numeroso cuerpo de baile capaz de interpretar amplios programas de ballet. La canadiense presenta La dama de picas, inspirado en la novela de Pushkin, mientras la inglesa opta por varias piezas entre las que figuran su emblemático Lago de los cisnes.

Esta semana el English National Ballet (ENB) vuelve al Teatro del Liceo después de casi treinta años de ausencia del coliseo condal con un programa mixto que retrata los objetivos y puntos fuertes de esta formación emblemática. Fundada en 1950 como vehículo para Alicia Markova y Anton Dolin, dos de las mejores estrellas británicas del ballet clásico de la época, desde entonces han pasado varios directores por la compañía, entre ellos Beryl Grey, Peter Schaufuss, Ivan Nagy y Derek Deane hasta que, en 2001 el sueco Matz Skoog se hizo cargo del grupo. Antiguo bailarín solista con la compañía durante los años 80, Skoog reconoce que el público espera que la compañía les presente los ballets "de tutú y tiara", aunque desea recuperar algo del dinamismo (polémico, por cierto) de la época del húngaro Ivan Nagy durante la cual llegaron a programar obras de coreógrafos más contemporáneos. La compañía cuenta actualmente con 64 bailarines procedentes de 17 países y, con un promedio de más de 150 actuaciones al año, cumple con creces el compromiso que figura en su mandato fundacional: "llevar el ballet popular al público más amplio posible, con entradas a precios asequibles". La compañía reconoce que hasta ahora ha buscado entretener al público más que crear coreografías innovadoras, aunque no quite mérito a la calidad de sus producciones.

Además de sus giras extensas en el Reino Unido y fuera de él, ofrece dos temporadas importantes en Londres, en Navidad y durante el verano. Si bien ha contado con el apoyo de diversos miembros de la Familia Real británica, hay que recordar que se trata de una compañía privada que recibe patrocinios institucionales y empresariales.

Para sus actuaciones en Barcelona Skoog ha confeccionado un programa que muestra la filosofía de repertorio que caracteriza el ENB. Para empezar, el Double Concerto del coreógrafo Christopher Hampson con la música del brillante Concierto en re menor para dos pianos de Francis Poulenc, interpretada por la Joven Orquesta Nacional de Cataluña bajo la dirección de Manel Valdivieso y las pianistas Catherine Ordronneau y Colette Ferrier. Estrenado con gran éxito en 2001, esta lectura actual del ballet clásico, esta "pieza de tutú" y alarde de virtuosismo fue calificada por un crítico como "el mejor de los nuevos ballets británicos de la última década". En 2002 fue galardonada con el Premio TMA/ Barkclays al Mejor Logro de Danza del Año. Le sigue el Segundo Acto del Lago de los Cisnes, un clásico muy querido por el público, con coreografía de Derek Deane, anterior director de la compañía, sobre la original de Petipa e Ivanov. Cierra con una pieza satírica siguiendo la mejor (y muy sana) tradición inglesa de reírse de sus propias costumbres. Melody on the Move, de Michael Corder, es una "suite" que evoca la época gloriosa de la BBC Home Radio y nos transporta a los años 30, 40 y 50 a través de las composiciones de la música ligera y los personajes típicos de la época.

Por otro lado, y dentro de su programación de compañías de Quebec, el Festival Madrid en Danza presenta Les Grands Ballets Canadiens de Montreal con una de las producciones más ambiciosas de su repertorio. A punto de cumplir medio siglo, cuenta con un elenco de 34 bailarines, un factor que condiciona el tipo de coreografías que componen su repertorio, y que incluye cuatro producciones nuevas al año y una plataforma para presentar las creaciones de los bailarines de la compañía.

Desde 1999 el director artístico de Les Grands, como se le conoce familiarmente, Gradimir Pankov, busca un equilibrio entre la tradición y la innovación. La trayectoria de Pankov, que ha dirigido el NDT II, el Ballet Nacional de Finlandia, y el Ballet Cullberg, entre otras, se manifiesta por sus vínculos con algunos de los coreógrafos de ballet contemporáneo europeo, como Jiri Kylian, Mats Ek, Christopher Bruce y Naharin.

Coreógrafo y cineasta
Prueba de su interés por lo actual es la producción de La Dama de Picas que veremos en el Teatro de Madrid. Es una creación del coreógrafo danés Kim Brandstrup, cuya experiencia como cineasta ha sido fundamental para la narración escénica de esta novela de Alexander Pushkin, que luego fue transformada en ópera por Tchaikovsky. Se trata de la historia de Hermann, un ambicioso soldado que seduce a la sobrina de una condesa adinerada que, supuestamente, conoce la combinación ganadora de un juego de naipes. El dramático desenlace del relato ilustra, siguiendo la tradición literaria rusa, lo implacable del destino frente a la voluntad del hombre. La aportación videográfica permite transponer los años de 1833 a 1838, cuando Alexander Pushkin escribió la obra, a la época del estalinismo en Rusia, en los portales de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a las aportaciones multimedia el ballet cuenta con un desdoblamiento temporal y visual que nos transporta de la realidad a lo onírico. El compositor Gabriel Thibaudeau, con una gran experiencia en la creación de bandas sonoras originales para el cine mudo, ha realizado una adaptación especial de la música de Tchaikovsky.

Aunque Les Grands Ballets Canadiens de Montreal, por sus características tendría dificultades para montar los grandes clásicos en sus versiones más tradicionales, el repertorio refleja un deseo de presentar un panorama coreográfico muy amplio. En este sentido, conviven el Cascanueces con obras de Balanchine, Tudor, José Limón, Kurt Jooss, Kylian, o Nacho Duato.

En un país como España, donde la programación de ballet escasea, la visita al mismo tiempo de dos grandes compañías de ballet como éstas inspira una reflexión. Aunque trabajan en escalas distintas, ambas compañías intentan mantener cierto equilibrio entre trabajos más clásicos y creaciones contemporáneas. Siendo realistas, las grandes compañías de ballet saben que el repertorio clásico no es solamente un rico patrimonio que necesita y merece una cuidada conservación, sino una cierta garantía de asistencia del público que aún está forjando sus vínculos con el ballet contemporáneo. Sólo hay que ver la proliferación cada Navidad de Cascanueces, una obra que sirve a más de una compañía de principal fuente de ingresos anuales.

Asignatura pendiente
El mantenimiento de cualquier repertorio requiere tanto medios económicos como humanos. En el caso de compañías que compaginan creaciones de ballet contemporáneo y neoclásico con el gran repertorio clásico el compromiso es aún mayor ya que requiere bailarines capaces de afrontar múltiples estilos y registros y una financiación capaz de sostener un gran nivel de producción. A menudo estas compañías se nutren de bailarines preparados en sus propias escuelas y de esta manera se aseguran un nivel homogéneo para el cuerpo de baile. Compañías como el New York City Ballet tienen otro reto: asegurarse un crecimiento dinámico mientras mantienen las obras de George Balanchine y Jerome Robbins.

Existen también coreógrafos cuyas obras forman parte de un repertorio importante pero carecen de compañía que las interprete (podríamos citar piezas de Anthony Tudor o Agnes deMille, entre muchos otros) y corren el pelígro de quedarse eventualmente como piezas de archivo. Pero lo más frecuente hoy día son las compañías de autor que giran alrededor de las creaciones del director y cuyo repertorio se complementa con obras de otros coreógrafos. Es el caso de nuestra Compañía Nacional de Danza, con un elenco de intérpretes de alto nivel y un repertorio muy definido, que no tiene por qué asumir simplemente por el hecho de ser una unidad de producción nacional este papel. Una compañía activa y estable de repertorio sigue siendo asignatura pendiente en España, y parece ser que va para largo.


Los mejores cuerpos en el objetivo
Acaba de publicarse Dance 2wice, un libro que reúne imágenes de los mejores coreógrafos norteamericanos hechas por excelentes fotógrafos. Editada por Phaidon, y en inglés, entre los retratados figuran las compañías de Merce Cunningham, Twyla Tharp, Paul Taylor, Parsons, y bailarines y coreógrafos como Tom Gold (en la foto), Karole Armitage, O Vertigo o Mark Morris. Se trata de una selección de los mejores reportajes fotográficos aparecidos en la revista neoyorkina 2wice, fundada en 1997 por Patsy Tarr y Abbott Miller y una de las pocas publicaciones de calidad dedicada a la danza, la moda, la fotografía y el diseño.