Image: Los locos entran en razón

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Teatro

Los locos entran en razón

La compañía sevillana Los Ulen llega a Madrid con El mundo de los simples

15 abril, 2004 02:00

Mª Paz Sayago, Javier Berguer, P. Tous y Maite Sandoval

Un psiquiátrico abandonado en la antigua Yugoslavia es el escenario de El mundo de los simples (una caricatura de la libertad), la última locura de la compañía sevillana Los Ulen. Basada en un hecho real, la obra llega mañana a Ciudad Real y el próximo 23 de abril a Madrid.

El punto de partida de esta obra que se presenta mañana en el teatro Miguel Turra de Ciudad Real y el próximo 23 en el Centro Cultural Villa de Móstoles (Madrid) es tan sorprendente como paradójico: un año después de que el personal médico y religioso abandonase el psiquiátrico en el que trabajaban a causa de la guerra que asolaba la antigua Yugoslavia, Cruz Roja Internacional encontró este sanatorio abandonado y observó dos cosas: que ningún enfermo había huído y que todos había mejorado de salud.

Esta paradoja feliz en medio del desquiciamiento de la guerra no se les pasó por alto a Pepe Quero, Maite Sandoval y Paco Tous, fundadores de la compañía Los Ulen, que leyeron la anécdota en el boletín de Amnistía Internacional. "Nos pareció que la historia nos podía dar pie a hablar de la libertad, un tema que siempre nos ha atraído", dice Pepe Quero, director y autor del texto junto con Maite Sandoval.

Los Ulen han llegado a El mundo de los simples (una caricatura de la libertad) después de una evolución de casi dos décadas en la que han ido definiendo su estilo, abandonando el humor más naif que marcó sus inicios, para poetizar -ya en la actualidad- sus formas y sus contenidos, como asegura Paco Tous, actor fundador. El grupo se creó a finales del los años 80 en torno a la figura del alemán Friedhelm Gröbe, maestro del clown, técnica en la que se han formado los tres miembros de la compañía. Después de su trilogía "Las edades del hombre", su reflexión sobre la muerte en Cadáveres exquisitos, la crítica a la intolerancia en Maná-Maná y la lucha contra la globalización en Bar de lágrimas, la compañía se encuentra en un estable momento de madurez.

Crítica negra
Así, El mundo de los simples (Una caricatura de la libertad) transita un humor negro más propio del bufón que del clown y se adentra en la reflexión y la crítica ácida que la compañía cree necesaria en estos aciagos días. "Queríamos hacer una caricatura de la libertad y una apuesta por la locura inteligente -aclara Quero-. La figura del loco-cuerdo nos sirve de alegoría para preguntarnos por qué los hombres no nos aceptamos y por qué no podemos convivir".

La aséptica escenografía sobre la que se sustenta el espectáculo alberga una equilibrada arquitectura de ventanales, camillas y puertas que sólo es crispada por la anarquía libérrima conquistada por los locos que andan sueltos y que encuentran su curación lejos de los tratamientos agresivos y la disciplina hospitalaria. Dos mundos aparecen en el imaginario, "uno exterior y organizado que paradójicamente está sumido en el caos de la guerra, y otro interior, el de la locura del psiquiátrico, donde los enfermos imponen un orden que resulta ser beneficioso", dice Quero.

Un reloj, aletargado, marca desde lo alto de una pared el tiempo de los locos. Y la figura de Leopoldo María Panero se convierte en sombra que planea por todo el texto. De la devoción de Quero por el poeta surge el nombre del psiquiátrico, "San Leopoldo María Panero", y algún que otro verso -"De pequeño se vive. De grande se sobrevive"- en boca de los enfermos, más clarividentes gracias a la poesía.

Importancia del texto
Un lirismo cada vez más presente en sus obras diferencia a Los Ulen de otras compañías cómicas como Yllana o Tricicle y los acerca a otras como Animalario, a la que Quero se siente más cercano. Para los sevillanos -que han contado con varios actores para esta obra-, "el texto cada vez cobra más importancia frente al teatro visual que practicábamos al principio".

Críticos hasta la médula, Los Ulen no dudan en señalar algunos peligros que amenazan al teatro de humor en España. "Ahora hay mucha calidad en ciertos trabajos, pero los monólogos televisivos tan de moda están haciendo mucho daño. Son textos vacíos, con caras famosas, que se ensayan apresuradamente en apenas en 20 días, pero éso para mí no es teatro", dice Quero.