Image: Valle Inclán y sus máscaras

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Teatro

Valle Inclán y sus máscaras

"El príncipe Verdemar" llega al Infanta Isabel

3 junio, 2004 02:00

Uno de los tres príncipes hermanos que protagonizan la obra

El 7 de junio llega al Infanta Isabel de Madrid El príncipe Verdemar, adaptación que firma Julio Salvatierra de la farsa de Valle Inclán La cabeza del dragón. Se trata de una ambiciosa producción dirigida al público infantil, con fantástico vestuario y maquillajes y puesta en pie por la compañía Factoría que dirige Fernando Soto.

Eterno el teatro de Valle Inclán. No se le comprendió en vida, estuvo fuera de circulación muchos años, y, cuando allá por los 60 empezaba a revivir se le declaraba obsoleto y difunto definitivo. Llegó a decirse "el teatro de Valle está muerto y bien muerto". Por fortuna no es así. Vuelve Valle en distintas circunstancias y con dispares propuestas y vuelve siempre con un vigor que lo proclama como el más grande autor español del siglo XX y de otros siglos. La Factoría Teatro que, si por algo se distingue es, por esa vitalidad y por una audacia sin retórica, trae ahora una farsa de hermoso título El príncipe Verdemar basada en La cabeza del dragón; farsa infantil acabó llamando Valle a esta obra que con la enamorada del rey (farsa italiana) y con Farsa y licencia de la reina castiza, forma la trilogía de Tablado de marionetas. Este título refleja con exactitud la naturaleza de este ciclo farsesco, previo al esperpento.

Juego de disfraces
Esta naturaleza no es otra que la teatralidad de todo el teatro de Valle; algo que podría llamarse reteatralización. Es decir, contemplar el mundo como un gran teatro y considerar la condición humana como un juego de disfraces. Un estimulante e higiénico aire subversivo vivifica La farsa infantil de la cabeza del dragón. La crítica de Verdemar a la corte -uno de los tres príncipes hermanos-, los conflictos de poder, la fuerza del lenguaje, la ironía, hacen de La cabeza del dragón una sugestiva pieza. Aunque uno de los personajes afirme que "no es tiempo de duendes", duendes hay en esta función; y reyes y bufones, príncipes, princesas y dragones y toda la parafernalia procesional de la leyenda y la aventura. Y hay un bufón capaz de decirle a Verdemar: "si corriste mundo habrás visto como en España, donde nadie come, es la cosa más difícil el ser gracioso. Sólo en el congreso hacen allí gracia las payasadas. Sin duda porque los padres de la patria comen en todas partes, hasta en España". Eterno y corrosivo Valle al que no escapa en ningún momento la realidad para reflejarla y fustigarla. La cabeza del dragón se sitúa en los primeros años del siglo XX y refleja la crisis de la restauración. La monarquía es el principal blanco de los crueles dardos de don Ramón María del Valle Inclán.

Reyes y bandoleros
Micomicón, al que no le importa emparentar con bandoleros, justifica el posible casamiento de la infantina con el bandido Espandián de la siguiente manera: "Aún sin matar al dragón, podría ser uno de mis nobles. ¿Imaginas que es otro el origen de mis Pares y mis Duques?". La infantina que ha rechazado la propuesta de matrimonio de Verdemar se ve cercada por los argumentos de su padre que insiste siempre en la misma línea: "Hija mía muy amada, podías ser la esposa de este hombre porque un bandolero puede ser tronco de un noble linaje como nos enseña la historia". Eterno e irrefutable Valle Inclán.

El espectáculo está dirigido a un público de 7 a 12 años y se distingue por su gran fuerza colorista, sustentada en un rico vestuario, una profunda caracterización de los personajes y una expresionista escenografía. El elenco lo integran Salvador Sanz, Gonzala M. Scherman, Santiago Carrera, José Ciria y Yael Belicha.