Image: Cuadros religiosos

Image: Cuadros religiosos

Teatro

Cuadros religiosos

Ana Zamora repite con Gil Vicente

22 julio, 2004 02:00

Los marionetistas Elena Rayos y David Faraco

La joven directora Ana Zamora estrena el 22 de julio en el Patio de Fúcares de Almagro Auto de los cuatro Tiempos, la segunda obra de Gil Vicente que su compañía lleva a escena. El montaje mezcla música renacentista en directo y títeres para recrear la anunciación de Cristo.

Con su compañía Nao d’amores (nave de los amores) Ana Zamora lleva tres años defendiendo un proyecto teatral que apuesta por la investigación y recuperación de textos clásicos de enorme valor que no forman parte del repertorio habitual. La compañía fue fundada en 2001 por Zamora, que entonces contaba con 26 años, y se nutrió de los integrantes de Noviembre teatro, formación dirigida por Eduardo Vasco y con la que también comparte ese criterio pedagógico y de recuperación de importantes obras clásicas. Los montajes de Nao d’amores se alejan totalmente del criterio comercial al que se han adscrito muchas compañías actualmente. "A pesar de que esta filosofía de trabajo dificulta la producción insistimos en estos textos y en la indagación musical porque nuestra conexión con el teatro renacentista es absoluta", asegura Zamora.

Su primera obra, Comedia llamada Metamorfosea de Joaquín Romeo de Cepeda, se estrenó en Almagro y obtuvo el premio José Luis Alonso de la ADE a la mejor dirección novel de la temporada. Con Auto de la Sibila Casandra, también estrenado en Almagro, recuperaron la voz de Gil Vicente, el gran dramaturgo, poeta y actor portugués que también escribía en castellano y que ha sido pocas veces llevado a escena. Ahora, con este Auto de las los cuatro Tiempos, Zamora insiste en la figura de Gil Vicente, cima del teatro renacentista luso, que concilia en su trabajo obras profanas y religiosas, dramatizando fuentes y materiales de muy distinta procedencia. "No podemos decir que fuera un dramaturgo original, peor sí se puede afirmar que lo que hacía lo hacía mejor que nadie", comenta la joven directora, quien se reconoce incondicional del trabajo de esta hombre de escena.

Mitos paganos y sacros
Este Auto de los cuatro Tiempos figura, junto con el Auto de la Sibila Casandra, en las "obras de devoción" de la Compilaçam de 1562, y fue escrito para ser representado en la capilla de San Miguel en el Palacio Lisboeta de Alcáçova, como parte de la liturgia de los maitines de navidad. Se trata de una auto "más críptico que el de la Sibila Casandra, pues aunque carece casi de acción dramática su mezcla de elementos líricos es apasionante", dice la directora.

La trama es sencilla: los cuatro Tiempos -primavera, verano, otoño e invierno- acuden a recibir a Cristo, cuyo nacimiento es anunciado por un serafín. En esta obra, Gil Vicente se sirve tanto de la mitología pagana, representada en las cuatro estaciones, como de la teología cristiana -anunciación y muerte de Cristo-. Precisamente es la riqueza de elementos lo que convierte a este Auto en una obra compleja. A la mezcla de tradiciones hay que sumarle una rica partitura musical y toda una serie "de acciones secundarias que sustentan la trama. Alicia Lázaro -comenta la directora- ha hecho una estupenda labor de investigación musical, tomando como referentes cancioneros de la época".

No es la primera vez que Zamora integra música en sus espectáculos, pues ya en Auto de la Sibila Casandra el espectador pudo disfrutar de un concierto renacentista en directo. En esta ocasión, Sofía Alegre, Alicia Lázaro, Elvira Pancorbo e Isabel Zamora sacarán a la viola de gamba, vihuela, flautas y clave el sonido renacentista al que pone voz Nati Vera Melián. Esta presencia musical es uno de los rasgos distintivos de Gil Vicente, autor de obras donde texto y partitura se influyen recíprocamente. En ellas, las canciones tienen como función subrayar el temperamento de los personajes y acentuar la unión entre música y mitología.

Otra de las audacias de este montaje es la utilización de marionetas en escena -como ya se hizo en el Auto de la Sibila Casandra-, que aquí reemplazan a los actores y que son las encargadas de representar a las cuatro estaciones. Con este recurso, se acentúa la alegoría y se subraya la parte visual frente a la argumental.

Títeres metafóricos
Dos manipuladores, Elena Rayos y David Faraco, utilizan los títeres como instrumentos metafóricos que entran en relación con los propios manipuladores, enriqueciéndose la obra con los recursos de unos y otros. No deja de ser una paradoja que las marionetas y los manipuladores, que fueron perseguidos en la Edad Media y el Renacimiento por la Iglesia, acusados de usurpar la función de Dios, aparezcan en esta obra religiosa totalmente integrados.

Zamora no quiere encasillarse en el Renacimiento y asegura estar abierta a clásicos de otros ámbitos y contemporáneos. Este Auto de los cuatro Tiempos estará en Almagro hasta el día 25 de julio y llegará a La Abadía de Madrid el próximo mes de enero.