Image: Dramaturgos refugiados en la televisión

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Teatro

Dramaturgos refugiados en la televisión

16 septiembre, 2004 02:00

Escena de El Método Grümholm, dirigida por Belbel

El estreno en Madrid y Barcelona de El método Grünholm, escrita por el autor y guionista Jordi Galcerán, y de Hombres, mujeres y punto, de la productora audiovisual Globomedia que llega el 16 de septiembre al Alcázar de Madrid, revela cómo la televisión se ha convertido en un refugio para los dramaturgos. Ignacio del Moral (El comisario), Ladrón de Guevara (Cuéntame...), Benet i Jornet y Galcerán (Nissaga de poder) analizan este fenómeno.

El teatro español está experimentando un fenómeno en los últimos diez años que se ha acentuado por la escasez de inversión en el sector, el inmovilismo de productores y espectadores y la incertidumbre económica que acompaña a cada espectáculo: la migración de los profesionales de la escena a la televisión, un medio donde los presupuestos que se manejan, las campañas de marketing -marcadas por los índices de audiencia y la competencia entre cadenas- son tentadoramente superiores a los que maneja el teatro.

Este fenómeno está afectando especialmente a actores y dramaturgos, algo que se ha acentuado en los últimos años debido al incremento de series de televisión de factura española. En la actualidad, no hay cadena de televisión, privada o pública, que no tenga su propio serial.

Cuéntame... (TVE) debe su éxito a la persistencia y oficio teatral de Eduardo Ladrón de Guevara, autor de más de 20 obras teatrales y uno de los dramaturgos pioneros en dar el gran salto de la caja negra a la "caja tonta". "Yo me he hecho mayor escribiendo para la televisión, aunque cuando empecé mi ilusión era ser escritor. Pero pronto me di cuenta de que aquello del teatro era insostenible, entre otras cosas, porque los empresarios no apuestan por los autores españoles vivos y sólo les preocupan las subvenciones. Así que decidí presentarme en TVE con un montón de guiones bajo el brazo y ‘hacer pasillo’. Pronto la televisión me dio más satisfacciones que el teatro; éste es una frustración permanente".

Ladrón de Guevara es el ejemplo más extremo de autor con una dilatada carrera teatral que acaba triunfando en televisión: suya es la autoría de dos grandes hitos de las series españolas: Farmacia de guardia y Cuéntame.... A pesar de que le gustaría volver a escribir teatro, el dramaturgo confiesa que su regreso sólo sería posible "en buenas condiciones y con actores que me gustan. No quiero más disgustos con el teatro".

El padre de El comisario
A Ignacio del Moral le sorprendemos en su estudio madrileño escribiendo el capítulo 115 de la serie El comisario. Dramaturgo de reconocido prestigio en el teatro, ha sido uno de los padres de Farmacia de guardia -donde trabajó con Ladrón de Guevara-, Hospital central, Eva y Adán y la mencionada El comisario. Películas como Barrio o Los lunes al sol llevan también su firma. "A mí el teatro me gusta muchísimo pero la televisión además de divertirme me da de comer. Vivimos un mal momento para la autoría y en la escena las condiciones son muy duras. Un dramaturgo llega a la televisión sobre todo por necesidad económica, porque del teatro en esta país no puede vivir nadie salvo Antonio Gala y Santiago Moncada. La inmensa mayoría de los dramaturgos buscan complementos en la docencia, conferencias, etc".

La SGAE recauda en derechos de autor el 10% de la taquilla, así que cuanto mayor sea la recaudación mayor será el pago al trabajo de autoría. El problema, según Del Moral, es que "ahora la gente no va al teatro y no hay grandes éxitos, salvo los musicales". Sin embargo, Del Moral -que prepara el guión de la próxima película de Manuel Lombardero- no considera ninguna traición al género dramático trabajar para la televisión pues "la dramaturgia engloba toda la escritura dramática, y eso implica tanto el teatro como la televisión o el cine. Las diferencias son de género o soporte, pero todo es escritura dramática. En los países anglosajones esta práctica es muy habitual".

De la misma opinión es Jordi Galcerán, autor de El método Grünholm, que debutó en la televisión catalana con Nissaga de poder en el 1997. "En el fondo todo es lo mismo: contar historias. Las diferencias estriban -dice Galcerán- en las presiones que tiene el guionista, especialmente el de televisión: poco tiempo, necesidad de mantener audiencias, autocensura, etc". No es de la misma opinión Josep Maria Benet i Jornet, dramaturgo catalán vinculado a la televisión desde el año 75, socio de la productora Diagonal TV y padre de uno de los mayores éxitos televisivos catalanes: Poble nou (Pueblo nuevo): "A pesar de tener en común el diálogo son distintas porque ni su estructura ni los tiempos ni los espacios son los mismos. El realismo que tiene la televisión no se da en el teatro, donde cuentas con un espacio vacío desde el que puedes imaginar el mundo. En la televisión, además, se trabaja por encargo, y tienes la obligación de ponerte a su servicio y de llegar al mayor número de público posible". Para Ladrón de Guevara "el autor de teatro escribe desde la soledad absoluta, mientras que el guionista es una pieza más dentro del engranaje. Además el dramaturgo es el autor indiscutible de su propia obra, mientras que el guión tiene muchas autorías: los actores, el director, el productor... En teatro se tiene más respeto por la palabra escrita".

Lo que sí parece cierto es que la literatura dramática proporciona una base muy sólida de la que se benefician los guiones. Por eso, autores como Ladrón de Guevara aseguran que "me gustan mucho los guionistas que vienen del mundo del teatro, porque el teatro es diálogo y la televisión también". Para Jordi Galcerán, que a finales de mes comienza a escribir una nueva serie para TV3, "escribir teatro me ha ayudado a ser más creativo en televisión, y escribir televisión me ha proporcionado capacidad para trabajar intensamente en poco tiempo. Con esas dos cosas y un poco de suerte a veces consigues escribir algo con sentido". En el caso de Benet i Jornet su trayectoria en el teatro ha beneficiado a su trabajo en cine, pero no a la inversa: "la televisión no me ha dado ningún arma para hacer teatro".

La comedia, reina absoluta
Nombres vinculados a los escenarios como Rodolf Sirera, Antonio Onetti, David Planell y Alberto Macías han dado latido y pulso a series que se han convertido en hitos de la televisión. Ellos han contribuido a la evolución de este formato televisivo del que ya ninguna cadena puede prescindir. Ladrón de Guevara ha sido un testigo excepcional de su transformación. "Cada vez están mejor hechas porque hay más medios, se improvisa menos... sin embargo, cada vez son más clónicas y responden a los mismos patrones: todas deben tener niños, abuelas y criadas andaluzas. Cuando veo Sexo en Nueva York o A dos metros bajo tierra y lo comparo con lo que nosotros producimos la conclusión es clara: lo que aquí hacemos tiene poca valentía". El propio Ladrón de Guevara vio cómo TVE hace más de seis años rechazó el proyecto que más tarde sería "Cuéntame...".

Mención aparte merece la trilogía formada por Cinco hombres.com, Cinco mujeres.com y Hombres, mujeres y punto, que se estrena hoy y que exprime aún más el éxito de El club de la comedia. Para unos teatro de consumo, para otros una prolongación de un formato televisivo de gran éxito, lo cierto es que estos espectáculos dieron un vuelco a la cartelera: las millonarias recaudaciones y la avalancha de gente que acudía a la sala para ver de cerca rostros conocidos como el de Pilar Bardem o Beatriz Carvajal supuso un auténtico fenómeno mediático. José Miguel Conteras, padre de El club de la comedia y uno de los socios de Globomedia asegura que uno de los aciertos de estas obras es que son "comedias actuales, jovenes y urbanas", aunque entiende las críticas que han recibido estos montajes por parte de los más puristas: "para ellos somos unos advenedizos pero lo cierto es que de algún modo hemos revitalizado el teatro".


El fenómeno de los sexos.com
El éxito teatral de Cinco hombres.com y de Cinco mujeres.com es el resultado de un estudiado proyecto de familiarización con la Stand Up Comedy, género que desde hace varios años está teniendo mucho éxito y que en países como Estados Unidos es una fórmula habitual en la televisión y en los teatros. Cuando la productora Globo media importó a la televisión española el modelo americano bajo el formato de "Club de la comedia" tenían muy claro que debía terminar en el teatro, como explica José Miguel Contreras. "El Club de la comedia formaba parte de un concepto multimedia que desem-bocaría en un escenario. A pesar de ser un espectáculo muy teatral pensamos que el público español no iba a reconocerlo porque en la escena española no existía el hábito de estos monólogos de humor -dice Contreras-. Así que pensamos que la mejor forma de familiarizar al público con este género era a través de la televisión. En este sentido, hemos tenido que inventar las reglas narrativas de este medio porque era algo nuevo para nosotros".