Casablanc, De Castro y el enmascarado Tomás Pozzi

La colaboración que Juan Mayorga (Madrid, 1963) estableció hace dos años con la compañía Animalario que dirige Andrés Lima para montar Alejandro y Ana vuelve ahora a dar frutos con últimas palabras de Copito de Nieve; una pieza que supone, además, el aterrizaje del autor en el teatro comercial, pues se estrena el día 21 en la sala pequeña del Nuevo Teatro Alcalá, dentro del ciclo Chivas Regal. No es que ahora Mayorga haya construido una comedia al uso, pero sí es una pieza corta, de una hora y cuarto de duración, con momentos de humor pero sin alejarse de ese teatro de ideas que profesa.

Como sugiere el título, la obra retoma los últimos momentos de vida del popular mono del zoo barcelonés y, "en un ejercicio de los que sólo permite el teatro, darle la palabra y que nos presente sus visiones en el momento previo a su muerte", explica el autor. Unos momentos en los que, como ocurrió en la vida real, recibe a multitud de público que espera una larga cola para despedirse de él. "Esta situación le libera como nunca, nunca antes había hablado pero, paradójicamente, el saber que la muerte está próxima le va a permitir decir lo que quiere y, en este sentido, resulta una obra extremadamente fantástica", añade.

Un mono que lee a Montaigne
¿Y de qué habla Copito? ¿Qué cuenta un mono? "Hay referencias políticas, pero no sólo. Ese lugar privilegiado en el que ha vivido, porque Copito ha sido un cautivo de lujo, el preferido de los niños, un animal elegido por su peculiaridad genética, le ha permitido no sólo ser observado por toda la ciudad, también ser testido de la evolución de las cosas". Además, el mono no sólo es un aristócrata entre los monos, se nos muestra como un intelectual afrancesado, lector de Montaigne que en estos momentos reflexiona sobre "los trece argumentos contra la muerte" que escribió el autor.

Confiesa Mayorga que la pieza surgió tras un encargo cuyo tema versaba sobre la noción de identidad. Así que se le ocurrió asociar al mono blanco con la capital catalana: "Nunca me llevaron a ver a Copito, estaba convencido que sólo podían visitarlo los niños de Barcelona. Mi primer recuerdo es el mono al fondo y, en primer plano, un directivo del zoológico que dice a la pantalla: ‘Copito es mucho más importante que el oso panda del zoo de Madrid’." Pero que nadie se llame a engaño: "no es una obra sobre Barcelona ni nada parecido", advierte. A Copito (interpretado por Pedro Casablanc, como dato, aparece en la serie Policías y en la obra Aquí no paga nadie) actúan otros dos personajes: el mono negro (Tomás Pozzi), contrapunto del privilegiado mono blanco, y Guardián (Gonzalo de Castro, repescado de la serie Siete vidas y de la obra Como en las mejores familias), una suerte de guardaespaldas. La temporada se presenta de mucha actividad para Mayorga: ha adaptado Fuenteovejuna para el Teatro Nacional de Cataluña y estrenará en La Abadía Hamelin. Y se oyen campanas favorables para Camino del cielo.