Image: La última noche de la humanidad con el Periférico

Image: "La última noche de la humanidad" con el Periférico

Teatro

"La última noche de la humanidad" con el Periférico

Los argentinos actúan a partir del 26 en la Cuarta Pared

21 octubre, 2004 02:00

Los actores aparecen enlodados en la primera parte

El Periférico de Objetos vuelve a Madrid, invitado por el Festival de Otoño. Presenta La última noche de la humanidad, inspirada en un relato del ensayista austríaco Karl Kraus sobre los horrores de la Primera Guerra Mundial. Emilio García Wehbi, uno de los directores del grupo, explica la filosofía del espectáculo.

Periférico de Objetos es una formación de culto que desde su creación en 1989 ha desarrollado un personal universo protagonizado por intérpretes que actúan con muñecos y en el que se ofrece una sombría y pésima visión del ser humano. Habitual en los últimos años de los escenarios europeos como el Festival de Aviñón, recaló el verano pasado en el de Edimburgo precisamente con este espectáculo. Sin embargo, La última noche de la humanidad es una obra estrenada en el año 2002 en otro festival, el Wiener Festwochen de Austria, que lo coprodujo. Por ahí se puede explicar que esté inspirado en Los últimos días de la humanidad, extensa obra inspirada en los horrores de la Primera Guerra Mundial de Karl Kraus (1874-1936), ensayista y periodista austriaco, feroz crítico del declinante imperio austro-húngaro y posterior enemigo de Hitler. "Dada la monumentalidad de la obra, no había más remedio que destruir el material desde sus cimientos, sintetizar su esencia y reconstruir una nueva obra bajo nuestra mirada", explica Emilio García Wehbi, actor y director que junto a Ana Alvarado y Daniel Veronese compone el triunvirado fundador del grupo.

Frente a la idea de que el espectáculo se suma a los de temática bélica que se ven en estos días, García Wehbi explica que "pensar que es oportunista es no reconocer que el mundo está permanentemente en guerra, llámese Irak, Serbia, Chechenia, Haití o Vietnam... Nosotros empezamos a ensayar este espectáculo cuando las torres no habían caído y en Argentina no había estallado el fatídico 20 de diciembre de 2001, y decidimos que incluir el 11 S de forma tangencial era una buena manera de hablar del presente".

11 S: La revancha
Wehbi se apunta al grupo de los que prefieren analizar el terrorismo no por sus efectos sino por las circunstancias que lo generan, a tenor de sus palabras: "Hay que comprender que el 11 S fue visto por los países del Tercer Mundo desde una óptica bastante diferente a los de Europa o Norteamérica; si bien es un acto totalmente repudiable, los países periféricos sintieron una especie de acto de revancha hacia el centro neurálgico del poder. No festejo las 3.000 muertes de ese día, pero la manipulación de la información tan siniestra pretende aislar ese hecho de su contexto. No considero más terribles esas muertes que las que produce el hambre o el sida, y en cifras éstas son infinitamente superiores". ¿Estamos ante el clásico ejemplo de nihilista?, que diría André Gluksman. "Se nos tilda a veces de ello", contesta García Wehbi, "pero me pregunto qué clase de nihilistas trabajan en un mismo grupo durante más de quince años, insistiendo con vehemencia en una forma de entender el arte y el mundo. Quizá seamos unos utopistas negativos".

Con este precedente ideológico, ¿qué podemos esperar de La última noche de la humanidad, teniendo en cuenta, además, que les va indagar en el lado más oscuro del hombre? "No hay didactismo, no hay temas que enseñan, no hay miradas esclarecidas en nuestros espectáculos. No creemos en esa pretenciosa forma de hacer teatro. Sólo ofrecemos una mirada dolorosa del mundo que nos toca vivir, siempre desde el lado estético". Compuesto como un díptico sobre la muerte, el montaje es de cierta complejidad técnica ya que en su primera parte, denominada Opereta apocalíptica e hidrocefálica, muestra una comunidad de cuerpos embarrados como restos de una catástrofe que se mueven en el escenario; en la segunda, el espacio es de un blanco inmaculado en el que cinco personajes atiende a una voz autoritaria. Maricel álvarez, Federico Figueroa, García Wehbi, Eliana Niglia y Román Lamas forman el reparto.