Teatro

Coloquio de los perros y...

Autor: Cervantes. Director: Pepe Ortega

22 diciembre, 2004 01:00

Intérpretes: David Boceta y Raúl Fuertes. Sala Itaca. Madrid

O mucho me equivoco o estos perros, Cipión y Berganza, y un amante engañado van a ser uno de los mejores homenajes que se harán a Cervantes en el año de celebraciones que nos amenaza. De entrada, hay una espléndida exhibición de dos actores, David Boceta y Raúl Fuertes, ambos de una vitalidad y una capacidad camaleónica y mutante de primer orden. Los dos componen una galería diversa y contradictoria de personajes que acredita gozosamente su talento. Hacen el perro, la dama, el caballero, el soldado, el pastor... y otros muchos; y los hacen tan bien que resucitan y encarnan el viejo ñaque que, con propiedad, definiera Agustín de Rojas en El viaje entretenido. Hacen, además, de sí mismos, o sea que "viven contentos, duermen vestidos, caminan desnudos, comen hambrientos y expurgánse en el verano entre los trigos y en el invierno no sienten con el frío los piojos". Portento es que dos perros hablen con humano discurso y que ese discurso, gracias a la dramaturgia de Pepe Ortega, descubra la esencia teatral de Cervantes. Amó éste el teatro desesperadamente como acaso lo ame Pepe Ortega. Y fue un heterodoxo y avanzado, un perdedor en suma frente a un Lope cortesano y popular, pecador y hermano del Santo Oficio. La naturaleza teatral de toda la obra de Cervantes se manifiesta en esta ejemplar Representación del coloquio de los perros y el casamiento engañoso. Un Cervantes conmovedor en un país de truhanes, poblado de sanchopanzas cínicos y de quijotes amnésicos.