Image: Las comedias “frustradas”   de Cervantes

Image: Las comedias “frustradas” de Cervantes

Teatro

Las comedias “frustradas” de Cervantes

Llegan "La Entretenida" y "Laberinto de amores"

27 enero, 2005 01:00

Un "skylight" de Madrid de trucada perspectiva actúa como telón de fondo de La Entretenida

Dos obras que componen el llamado "teatro frustrado" que Cervantes nunca llegó a estrenar se presentan en Madrid. La Entretenida se estrena el 27 de enero dirigida por Helena Pimenta en el Pavón y marca el debú de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que dirige Eduardo Vasco. A la sala Guindalera llega Laberinto de amores.

En menos de cinco meses tres de las Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados que Cervantes dio a la imprenta en 1615 van a pasar por varios escenarios madrileños. De las tres, la más popular es Pedro de Urdemalas, que la Royal Shakespeare Company presentó en la pasada edición del Festival de Otoño. Esta sencilla producción, que hoy puede verse en Londres, es un juego escénico protagonizado por un pícaro que va armonizando un sin fin de divertidos e ingeniosos episodios repletos de curiosos y carnales personajes que recuerdan a Don Quijote pero también a algunos de sus famosos entremeses; de hecho, está considerada como el mejor Cervantes de todo el grupo y la que mejor supera las convenciones de la comedia lopesca.

Porque en ofrecer la otra cara de la comedia que Lope estableció en su Arte de hacer comedias estriba el carácter de este racimo de títulos que Cervantes publicó ya al final de su vida. Un teatro "frustrado" que, a diferencia del crédito del que gozó su Quijote, hizo que el autor huyera de los canales acostumbrados de difusión -los corrales- para buscar directamente un público potencial mediante un éxito editorial. "Se trataba para él de trastocar los canales de distribución", apunta el hitoriador Jean Canavaggio, para quien estos títulos representan el intento de Cervantes por elaborar una dramaturgia experimental.

Experimentar la eficacia
La entretenida ha sido raramente representada en nuestro país fuera del circuito universitario. Poblada mayormente por un buen número de criados, la obra es un enredo en torno a un personaje pobre que se hace pasar por rico para matrimoniar con una dama. Hay una triángulo paralelo, formado por criados, que pelean por un fregona. En ella, Cervantes también se propone experimentar la eficacia de la comedia de Lope y probar sus limitaciones. Desde un punto de vista argumental, explica la directora Helena Pimenta, "coloca en el mismo plano a señores y criados, atribuyendo la misma capacidad de amar a ambos y en este sentido va contra el modelo idealizado por Lope". Luego rompe con una de las reglas fundamentales de la comedia, el final feliz. Al igual que en Pedro de Urdemalas, Cervantes dice "que acaba sin matrimonio/ la comedia Entretenida".También hace innovaciones estilísticas pues, continúa Pimenta, "hay una abundancia de sonetos. Este tipo de verso es empleado habitualmente para cuando hablan los señores, pero Cervantes lo extiende y lo mezcla con situaciones prosaicas". O como explica el propio autor en el prólogo de Ocho comedias..: "Me atreví a reducir las comedias a tres jornadas de cinco que tenían; mostré, o por mejor decir, fui el primero que representase las imaginaciones y los pensamientos escondidos del alma, sacando figuras morales al teatro, con general y gustoso aplauso de los oyentes".

La versión que ha manejado Pimenta es de Yolanda Pallín, quien ha optado por situar en los años 60 esta pieza. "No ha sido un capricho estético", explica la directora, "sino que hemos buscado una analógía con una época que tenemos en la memoria y en la que empiezan a tener voz las clases proletarias". Pimenta señala que era necesario alejar al espectador y a los actores del modelo de la comedia nueva, más presente en nuestro subconsciente de lo que creemos, "porque nos ofrece un cliché de los criados y de los señores". De esta forma, lacayos y criados son mecánicos y chóferes, mientras las fregonas se convierten en chicas del servicio. Un actor de larga tradición en la CNTC como Joaquín Notario encabeza un reparto en el que también figuran Pepa Pedroche, Montse Díez, Jordi Dauder, Miguel Cubero, Toni Misó, Juan Meseguer o Ione Irazabal, entre otros.

La escenografía, original de José Tomé, es sencilla y coqueta y no hay duda sobre dónde se ambienta la acción: un skylight de Madrid de imposible perspectiva actúa como telón de fondo. Con este título se inicia la programación diseñada por Eduardo Vasco, nuevo director de la CNTC. Un título, como señala Joaquín Notario, "bastante inusual y heterodoxo. Para mí es el primer Cervantes que hago y creo que ha sido una elección muy arriesgada".

Una de amores caballerescos
La tercera comedia cervantina que pisará los escenarios madrileños, en la sala Guindalera, es El laberinto del amor, dirigida por Juan Pastor con su compañía Escena Abierta. Se trata de otro experimento del autor dirigido a dar con una fórmula que compitiera con la comedia nueva. En este caso es una comedia de capa y espada en la que el autor de la adaptación, Raúl de Tomás, ve raíces del género caballeresco y que bien podría estar inspirada en Orlando furioso de Ariosto. La historia que en ella se cuenta es una laberíntica sucesión de disparates y enredos de amor caballeresco que Pastor ha intentado clarificar haciendo una comedia ágil que llega a rozar el cómic y el musical. Pedro Ojesto y Marisa Moro firman las canciones y la música de raíces renacentistas y barrocas.