Amar después de la muerte
Autor: Calderón. Director: Eduardo Vasco
17 noviembre, 2005 01:00Llega esta ética sangrienta y guerrera del Tuzaní de la Alpujarra, cuando arde el mundo y la morería se apresta a la lucha contra la cristiandad; o a la inversa, que es lo que ha ocurrido casi siempre. Y arde también, en este cruento texto, las cimas y los valles de la Alpujarra; la montaña granadí es un bastión inexpugnable representado aquí por un juego de paneles que suben y se abaten y semejan el campo de batalla. Lo mejor de este laberinto, cuyos recovecos inducen a la confusión de los ejércitos en el combate, son las delicadas y cálidas tonalidades de la pintura de Hernández y el vestuario de Rosa García Andújar; más como espacio escénico resulta en exceso laberíntico. Y lo más sólido de esta función sobre honores agraviados, cristianos altaneros y moros en armas, Joaquín Notario, el Tuzaní vengador. Un marido enamorado, como Dios manda, perdonado tras el crimen porque las venganzas de amor no son pecaso sino virtud; éstas rinden homenaje a la amante y restauran el deteriorado honor, a la vez que exaltan la generosidad de los cristianos vencedores.