Teatro

Sergi Belbel

“Con Marivaux los actores no dialogan, combaten”

17 noviembre, 2005 01:00

Sergi Belbel. Foto: Jorge Moreno

Belbel viene a estrenar dos o tres obras por año pero éste se ha hecho esperar; le ocupan otros asuntos como la programación del Teatro Nacional de Cataluña (TNC), cuyas riendas tomará la próxima temporada en sustitución de Domènech Reixach. El 17 de noviembre presenta en este teatro barcelonés su primera dirección del año: Las falsas confidencias, de Marivaux, que ha ambientado en el Hollywood de los 40. De este trabajo habla con El Cultural, pero también del pluralismo lingöístico en Cataluña, un tema que le irrita.

Pocos son los autores que escriben a pie de escenario o, a la inversa, directores que lleva a escena sus propias obras. El dramaturgo escasea hoy en nuestro teatro y, en este sentido, Belbel enraiza, -como Albert Boadella o Ernesto Caballero- con la tradición clásica de Shakespeare, de Molière. Quizá porque conoce bien los meandros de la escritura teatral, es raro que Belbel defraude cuando se pone a dirigir, ya sean textos propios o ajenos. Después del buen recibimiento que la crítica dio a su obra Forasters (Forasteros) el pasado año, y tras el éxito de público que obtuvo con Primera Plana y Sábado, domingo y lunes..., vuelve con una comedia de Marivaux. Pero además, y siguiendo con lo que dicta la tradición teatral, también va a tener ocasión muy pronto de desenvolverse en labores de producción, puesto que ha sido nombrado por el nuevo gobierno catalán director del TNC, al que ha estado vinculado como miembro del equipo de Domènech Reixach.

- ¿Qué criterios le guían a la hora de escoger un texto para dirigir?
-El único o casi único criterio por el que me guío para dirigir un texto es muy sencillo, y curiosamente tiene más que ver con mi faceta de autor que con la de director: "¿es un texto que me hubiera gustado escribir?" Si la respuesta es "sí", entonces, lo dirijo. Realmente, lo que me gusta de la dirección de textos de otros autores es la posibilidad de aprender cosas como autor. Aparte del trabajo con las actrices y los actores, que generalmente me llena de satisfacción.

- ¿Por qué Marivaux?
- Marivaux es un autor que estudié de joven en la universidad (estudié filología francesa), y ya entonces me encantaba. Su liviandad, su sentido del ritmo y de la construcción dramática, su complejidad oculta... Son muchas las cualidades de su obra que me atraen. También plantea retos escénicos muy potentes, sobre todo en el trabajo actoral. Los actores, más que dialogar, "combaten". Y eso provoca duelos interpretativos muy excitantes.

- Marivaux es poco representado en nuestro país.
- Bueno... es un autor francés, de un siglo poco explorado (el XVIII), y suele estar eclipsado por Molière. También es un autor complejo, lingöísticamente hablando. Su estilo es sofisticado, retórico y algo elevado. Eso asusta a algunos.

- Entonces, ¿la adaptación al catalán ha sido compleja?
-Sí, ha sido compleja. Yo había realizado ya una traducción hace unos diez años para un taller en el Instituto del Teatro. Era una versión muy literal, y no acabó de funcionar. He optado esta vez por adaptar ciertos giros de lenguaje, pensando ya en el montaje que iba a realizar de la obra. Aunque no he tocado nada de la "carpintería" escénica, ni de los personajes, ni de la trama.

Un mundo de nuevos ricos
-Ha ambientado la pieza en el Hollywood de los 40. ¿Por qué?
-Porque es mucho más cercana al espectador que la de antes de la Revolución Francesa, que nos suena a lejano y distante. Las falsas confidencias plantea un mundo de nuevos ricos, lleno de glamour, de sofisticación... El paralelismo con el Hollywood de los años 40 es perfectamente posible. Viendo las películas de Cukor, de Hawks, de Leisen, de La Cava, de Preston Sturges, te preguntas: ¿conocían todos ellos a Marivaux? No lo creo, pero le aseguro que lo parece.

-En los últimos montajes que ha hecho para el TNC (Sábado, domingo, lunes, Primera plana) ha contado con grandes elencos ¿Qué ha aprendido moviendo a tantos actores?
-He aprendido una cosa esencial: que la actriz, el actor, es el centro de la teatralidad. Sin ellos, no hay teatro. Hay que devolver urgentemente al actor el lugar que le pertenece. El primero. Son ellos quienes dan la cara, son ellos quienes hacen vibrar y emocionar al espectador, son ellos los auténticos protagonistas de la teatralidad. Merecen respeto, admiración, dedicación. Yo adoro a los actores. Soy muy consciente de que sin ellos, los dramaturgos y los directores no somos nada.

-¿Cómo se divierte más: escribiendo o dirigiendo?
-¡Huy, qué difícil! Divertirme, divertirme... dirigiendo, siempre. Escribir conlleva una parte de sufrimiento que no puedes compartir con nadie. Ahora, como a veces somos algo masoquistas, ese sufrimiento del escritor también puede llegar a provocarte placeres insólitos. Pero vaya, la diversión compartida siempre es más gratificante. Lo que me sucede es que me cuesta mucho menos dirigir que escribir. Aunque a veces te sientes más "lleno" dirigiendo que escribiendo. El día del estreno, el director se deprime porque se da cuenta de que ya no es necesario. El autor siempre sobrevive, incluso después de morirse.

- ¿Prefiere figurar en las enciclopedias como el primer autor catalán más traducido o el primer autor castellano más traducido?
- Es una pregunta, creo, absolutamente motivada por la situación política actual. Yo escribo en catalán, soy pues un autor catalán, digan lo que digan. En mi DNI pone: nacionalidad española. Soy pues también un autor español. O sea que soy un autor catalán, y un autor español que escribe en catalán y se traduce a sí mismo al español. ¡Cuesta tanto que la gente entienda esto! ¡Qué absurdo! ¿Hasta cuándo se va a empecinar la gente en no querer entender que la realidad de España es plural? ¿Qué problema hay? No lo entiendo, y a veces me da la sensación de que hay problemas de celos ocultos.

- Suele dirigir tres y cuatro obras al año, pero éste es el primero de la temporada ¿qué le tiene ocupado?
- Actualmente, la programación del Teatre Nacional de Catalunya (por cierto, nadie cuestiona que este teatro lleve el epíteto: "Nacional"). Es suficiente.

- ¿Me puede adelantar alguna novedad de lo que prepara?
- Todavía no, aunque ya tengo, junto con mi equipo de asesores, bastantes espectáculos pensados. Sólo le avanzaré que el espectáculo que dirigiré en mi primera temporada como director artístico será un texto de un autor catalán considerado "clásico". Y ya empiezo a preparar mi segundo espectáculo para la temporada 2007-1008: un gran musical sobre Crimen y Castigo.

Pluralidad del TNC
- En su proyecto artístico el TNC denomina a lo que no sea creación catalana o autóctona, creación "del exterior"; difícilmente se plantea exhibir espectáculos en castellano ¿no?
- ¡Ni hablar! Eso es ignorancia. Repase por favor todas las programaciones del teatro. Siempre ha habido y habrá espectáculos en castellano. Fuenteovejuna es de la temporada anterior. El lector por horas de hace años. Yo mismo monté El alcalde de Zalamea. Hemos abierto esta temporada con El castigo sin venganza. Uno de los proyectos T-6 de autoría teatral contemporánea del año pasado era un texto castellano de Isabel Díaz, una autora canaria. Lo siento, eso que insinúa en la pregunta no es cierto. Lo que sí es cierto, al menos de momento, es que los teatros ‘estatales’ como el Centro Dramático Nacional apenas programan obras en gallego, catalán y/o euskera. O sea que los teatros nacionales de España no tienen en cuenta todavía esa realidad plural que algunos tanto desearíamos. El hecho de que una gran mayoría de nuestras producciones sea en catalán, pues, es algo absolutamente necesario, absolutamente normal."

Repasando como el autor me requiere las programaciones del TNC, desde su orígen, en 1996, a hoy, el teatro ha exhibido 151 espectáculos de teatro, danza y música, de los que en castellano se han representado los citados por Belbel más La Fundación y La oscura raíz: siete, en total.


Marivaudage
Los grandes artistas consiguen convertir sus apellidos en adjetivos. Ha ocurrido con Goya, Kafka o, más recientemente, Pinter. También Marivaux forjó un estilo tan particular que su propio nombre ha servido para que en francés marivaudage signifique "afectación, sofisticación del lenguaje, intrigas refinadas y rebuscadas propias de la galantería". El argumento de la obra remite a El perro del hortelano, de Lope de Vega, ya que plantea una relación entre una viuda burguesa (que interpreta Laura Conejero) con Dorante (Eduard Farelo), uno de sus empleados ; los hilos de la trama los mueve el criado de la viuda Dubois (Miriam Iscla). Jordi Banacolocha, Pilar Martínez, Quimet Pla, Francesca Piñón, Manuel Veiga e Iván Labanda completan el reparto.