Teatro

Delirio de madre

9 marzo, 2006 01:00

Sólala, con Cristina Medina

Sólala fue el espectáculo más valorado por el público en la última edición del Festival Internacional de Humor que celebra la sala Alfil de Madrid cada año; ahora vuelve para quedarse seis semanas. La nueva producción de Pez en raya presenta a su camaleónica actriz Cristina Medina en solitario.

En el lenguaje de las finanzas se diría que el último "activo" de Pez en raya es Sólala, "one show woman" de Cristina Medina. Se presenta con dos credenciales bajo el brazo: Fue elegido por el público el mejor espectáculo de sala de la Feria de Teatro de Calle de Tárrega de 2004 y el año pasado también salió victorioso en el Festival de Teatro de Humor del teatro Alfil de Madrid. El montaje se vende solo; es lo que tiene haber acertado con un estilo y, además, de humor.

Los miembros de Pez en raya no son unos neófitos de la escena; desde que fundaron el grupo hace nueve años han creado seis espectáculos (Carcoma, Merci y me fui, Tápate, Pésame mucho, Sólala y Hot burrito). Más que grupo, Pez en raya es una pareja artística: Cristina Medina y Joan Estrader, ambos actores, ambos autores, ambos directores, ambos productores, una sevillana, el otro de Barcelona. "Nos conocimos en la escuela de Phillipe Gaulier en Londres", explica Medina, "donde aprendí a salir al escenario de otra manera, a actuar desde la honestidad. Gaulier es un extraordinario bufón y clown y también te enseña a ver la profesión desde otro punto de vista". ¿Desde cuál? "En esta profesión hay mucha gente que se escucha a sí misma y no está pendiente del público y, por eso, se nos está yendo". Pero Gaulier, sobre todo, les ha ayudado a encontrar un estilo que Medina define como "el del cachondeo, pero desde la complicidad verdadera, esencial, no una complicidad actuada, porque yo no creo en ese tipo de teatro".

Así, reivindicando un teatro auténtico y vivido, Medina se erige en única protagonista de una obra de argumento absurdo y desquiciado, con el que el público ríe a gusto. "Todas nuestras obras tienen argumento", explica, "y en Sólala soy una mujer madre de cinco hijos, con el marido en la guerra y acosada sexualmente por el portero de la finca en la que vivo". Esta mezcla de situaciones surrealistas, llevadas a escena en una estética de cine mudo y con Medina recuperando por momentos su identidad de artista clown que, con los ánimos bajo mínimos, anuncia que va a hacer ante el público aquellos números que no se le dan bien, traban la estructura del espectáculo. Hasta Sólala, la pareja ha compartido escenario, pero éste montaje inaugura una etapa de espectáculos unipersonales. "Necesitábamos romper como pareja artística, llevábamos juntos desde 1999, así que Estrader ha colaborado conmigo en esta obra y yo le he dirigido en Hot burrito, su ‘one show man’". Confiesa que emplean de cinco a seis semanas en crear sus espectáculos, eso, sí semanas que dedican por entero a ello. Sobre el proceso de creación dice: "en contraposición con lo que hace mucha gente, cuando salimos al escenario todavía no hemos acabado el espectáculo"