Teatro

El retorno de La Torna

La revisión del montaje que llevó a Boadella al exilio

13 abril, 2006 02:00

Ex-alumnos del Institut del Teatre de Barcelona protagonizan el espectáculo

El día 19 el Teatro Bellas Artes de Madrid exhibe La torna de La Torna, revisión del montaje que llevó al director de El Joglars, Albert Boadella, a la cárcel y al exilio. Inspirada en un episodio histórico, la ejecución de Puig Antich y de un "delincuente" común, la obra cobra 28 años después un nuevo significado tras conocerse que el tribunal que los condenó ocultó deliberadamente información.

Producida el pasado año fuera de su compañía Els Joglars, esta obra también ha suscitado bronca entre Albert Boadella y antiguos colegas de profesión en Barcelona. Por La torna Boadella fue encarcelado en 1978, protagonizando luego una cinematográfica fuga un día antes de que el Consejo de Guerra militar le procesara. Otros miembros de su compañía también fueron encarcelados y algunos, como él, acabaron exiliándose. Pues bien, la reposición de esta obra, a iniciativa de la productora Focus y con actores del Institut del Teatre de Barcelona, originó el pasado año una buena polémica, eufemismo que parece adherirse al apellido del director como si fuera una aleta dorsal. Seis de aquellos actores reivindicaron el pasado año ser coautores del espectáculo y, por tanto, que se les adeude los derechos de autor. En opinión de los litigantes, ellos así se declararon cuando fueron procesados en 1978.

Boadella ha visto en todo esto un revanchismo de sus antiguos colegas, a quienes expulsó de la compañía una semana antes de que le detuvieran: "Es como si el maestro de obras de La Pedrera exigiera la coautoría a Gaudí. Seguro que aportó ideas, pero es indudable que no fue el arquitecto". También cree que esta persecución se debe a su antinacionalismo notorio, ya que la obra ha sido boicoteada en Barcelona y los litigantes (Ferrán Rañé entre ellos, para más señas hermano del Consejero de Trabajo e Industria de la Generalitat, Josep María Rañé) plantearon el conflicto un mes después de que Boadella apoyara el manifiesto que denunciaba la opresión del castellano en Cataluña.

Hasta aquí el anecdotario de un tira y afloja que dirimirán los tribunales. Pero ¿qué fue lo que la obra muestra que disgustó a los militares durante la Transición? La obra recrea la ejecución, en 1974, del político Puig Antich y de un personaje desconocido, un delincuente común de origen polado llamado Heinz Chez que disparó mortalmente sobre un guardia civil en un camping de Tarragona. A pesar de la distinta condición de estos "presos", ambas ejecuciones tuvieron una finalidad política: la muerte de Chez se añadía a la de Antich y así se confundía y desorientaba a la opinión pública de entonces. Con esta tragedia Boadella creó una comedia de máscaras "tal y como debía ser la visión de Chez, pues aquel hombre desconocía además de nuestra lengua, las costumbres y los ritos judiciales de España". 28 años después de aquel montaje, lo recupera a propuesta del Institut del Teatre, donde los alumnos de cuarto curso tienen la posibilidad de realizar una práctica escénica de carácter profesional dirigida por un director en activo. La nueva versión incorpora el descubrimiento que, en 1995, el periodista Riebenbauer hizo sobre Chez: ni siquiera se llamaba así , sino Georg Welzel, era alemán y tenía familia, información que el tribunal conocía pero que decidió ocultarla y que viene a confirmar la hipótesis teatral de "crimen de estado".