Teatro

Calipso abre Mérida

La opereta, basada en El joven Telémaco, recupera el género bufo

6 julio, 2006 02:00

Figurín diseñado por Helena Kriúkova para Calipso

A mediados del XIX se abrió en Madrid el Teatro de los Bufos, que seguía la senda iniciada por Offenbach en París. El Festival de Mérida inaugura hoy su 52 edición con la recuperación del título que estrenó aquel teatro, la parodia mitológica burlesca El joven Telémaco que ahora ha sido bautizada como Calipso.

Los bufos y las suripantas resucitan en Mérida. Una obra, basada en El joven Telémaco que marcó el inicio del género bufo en el Madrid de 1866, inaugura el Festival más antiguo del verano español. Con Francisco Carrillo al frente, el certamen se celebra entre el 6 de julio y el 15 de agosto con el viaje como eje de su programación.

La primera parada de ese viaje es Calipso, adaptación de El joven Telémaco. El espectáculo supone la recuperación de la obra con la que los autores Eusebio Blasco y José Rogel llevaron a Madrid la opereta que triunfaba en Francia. Pero el cambio de ciudad y país supuso también nuevos argumentos, que en la capital española trató de forma grotesca y picante la actualidad. Así, el género "bufo" gozó de gran éxito durante unos años, aunque no pervivió por mucho tiempo.

Los artífices de la recuperación de la obra son ángel Martínez Roger y Montserrrat Font como directores escénico y musical, respectivamente, mientras que de adecuar el texto al siglo XXI se ha encargado Pedro Manuel Víllora. El dramaturgo dice de su trabajo que es "más que una simple versión (de El joven Telémaco) pero menos que una obra propia". Su principal problema fue cómo mantener una comicidad basada en argumentos de la época desconocidos para el público de hoy. Víllora ha buscado "conservar el espíritu burlesco del original, aunque para ello fuese necesario cambiar la letra". Y así ha optado por "usar el lenguaje para diferenciar a los dioses, que hablan en verso, de los humanos, que lo hacen en prosa", mientras que para el resto ha otorgado un mayor papel al "mundo femenino representado por las diosas y las ninfas", además de haber "aumentado el protagonismo de la diosa Calipso así como de ese ser de sexualidad compleja que es el sabio Mentor".

Ambos son algunos de los principales personajes de un montaje que repasa temas de hoy como "el debate estatutario, la situación de España o el matrimonio homosexual", según Martínez Roger. La desmembración de España, curiosamente, ya aparecía en el original, a la que se refería de manera descarnada. El director ha optado por "un humor contemporáneo y una tremenda ironía", pero llevándolo a escena de "una manera muy seria para no pasarse, como en las ‘siete y media’ de Don Mendo".

Cómicos y televisivos
Martínez Roger ha escogido un reparto encabezado por cómicas como Las Virtudes, hombres "serios", caso del televisivo Tonino, y veteranos como Francisco Valladares, protagonista de un juego escénico que proporciona una sorpresa al final de la obra. Con ellos comparten escenario los cantantes Marco Moncloa y Susana Casas, a los que se suma un coro de bailarinas de sicalípticas piernas. Estas artistas son las auténticas suripantas, las inspiradoras de la palabra que pasó del escenario del Teatro de los Bufos al lenguaje popular al cantar, en un griego macarrónico, el Aserejé de la época, cuya primera estrofa decía así: "Suri panta, la suri panta/ unakatruki de somatén,/ sun fáribum, sun fáriben/ maca trúpiten sangarinén". Otro de los números famosos de la obra original es la habanera del "Me gustan todas" que Calipso conserva como el resto de números musicales. A los nueve de entonces, se han incorporado otros dos, originales también de José Rogel, que interpreta una orquesta de 35 músicos a cuyo frente está Font.