Rojo y Acosta, pareja de ases
El Romeo y Julieta de Kenneth MacMillan llega al Escorial
6 julio, 2006 02:00Tamara Rojo y Carlos Acosta en "Romeo y Julieta". Foto: Dee Conway
El Romeo y Julieta de Kenneth MacMillan es una de las veteranas producciones del repertorio del Royal Ballet Convent Garden y es especialmente valorada si la bailan la española Tamara Rojo y el cubano Carlos Acosta. La compañía británica, cuyas giras por el extranjero son muy limitadas, actúa en el nuevo auditorio de San Lorenzo de El Escorial a partir de mañana, 7 de julio, y hasta el domingo, 9.
Tres versiones importantes
Se han hecho muchas versiones de ballets sobre Romeo y Julieta. Jean Cocteau se sirvió de partituras de los tiempos de Shakespeare para una adaptación de ballet que dependía básicamente de los decorados. Y también Nijinski, en colaboración con Balanchine, adaptó la pieza para Les Balles Russes de Diaghlev con decorados surrealistas de Miró. Tchaikovsky precedió a Prokofied en orquestar una fantasía musical en torno a la obra, pero fue Prokofied quién la adaptó al ballet. Sobre esta partitura hay tres versiones coreográficas importantes: la que Lavrovsky hizo en 1940 para el Kirov. Luego, en 1958, John Cranko estrenó la suya con La Scala. Y en 1965 llegó la de Kenneth MacMillan para el Royal Ballet y que es la que baila Acosta y Rojo. Inicialmente, MacMillan creó el ballet pensando en dos jóvenes bailarines, Lynn Seymour y Christopher Gable, muy adecuados a las edades de Romeo y Julieta, e imaginó una Julieta espiritual y turbulenta, mientras Romeo era tierno y simpático. Sin embargo, la compañía había pensado estrenarlo con bailarines más veteranos y fue Margot Fontayn y Rudolf Nureyev quienes con su fuerte presencia en el escenario le infudieron a los personajes su propia personalidad. La obra se ha convertido con el tiempo en una de las favoritas del público del Covent Garden y, posiblemente, en la más conocida internacionalmente del repertorio de la compañía.
Por otro lado, Julieta es el papel que más famosa ha hecho a Tamara Rojo, pero en la versión que Derek Deane hizo especialmente para ella cuando estaba en el English National Ballet "y que fue el papel que en Londres me dio nombre", ha confesado la bailarina. Ha bailado también la versión de Cranko.
Lo que la crítica ha dicho de esta producción son palabras mayores: "Tamara Rojo es posiblemente la mejor Julieta del Royal Ballet desde hace 25 años, desde las temporadas de Gelsey Kirkland. Por eso, quien no haya visto bailar a Margot Fonteyn, es el momento de ver como solía hacerlo. Rojo tiene un nuevo Romeo en igual buena forma. él muestra su amor creciente y la felicidad la manifiesta en los exuberantes y alegres solos". Ha sido en esta temporada que ahora termina cuando los nombres de Acosta y Rojo, que ya habían tenido ocasión de bailar Manon y El lago de los cisnes, se han unido en este título. (Quizá el hecho de que Jonhatan Cope, uno de los bailarines con los que Rojo más sintonía tenía, se haya retirado, ha propiciado esta nueva unión). "Acosta es el más imprudente y ardiente de los enamorados, da saltos bravos y gira con elegante despreocupación. Rojo, mientras tanto, es una Julieta luminosa y rompecorazones y alrededor de ellos los solistas del Royal Ballet brillan", añade otra cítica. Y todos coinciden en destacar especialmente la actuación de los bailarines en la escena del balcón, la última del primer acto en la que los amantes se confiesan su amor, pues es una demostración clara de cómo la danza puede expresar emociones.
Bailan dos funciones
El ballet tiene una duración de tres horas y está ambientado en la Italia renacentista, evocada con los decorados que ideó el griego Nicholas Georgiadis. De las cuatro funciones que la compañía va a ofrecer en el auditorio de San Lorenzo del Escorial, dos estarán protagonizadas por Rojo y Acosta (los días 7 y 9). Otra de las bailarinas principales de la formación muy apreciada, la rumana Alina Cojocaru, actuará con Johan Kobborg en la matiné del día 8, mientras la australiana Leanne Benjamin y Viacheslav Samoduro protagonizan la sesión de noche. Por la procedencia de las figuras, se aprecia que el Royal Ballet está integrado por bailarines de todo el mundo, una política que sólo sigue esta formación, pues las otras dos grandes compañías de danza clásica, el Ballet Kirov y el Ballet de la ópera de París, solo aceptan a artistas nacionales.