Teatro

Ballet Bèjart

La compañía baila en el Matadero de Madrid

20 julio, 2006 02:00

Escena de Brel y Barbara

Apenas hace un año actuó en el Real, pero el Ballet de Maurice Béjart vuelve hoy y hasta el día 22 a Madrid con un programa triple en el que figuran Brel et Barbara, inspirado en los cantantes de la "chanson" francesa.

El emblemático coreógrafo marsellés Maurice Béjart siempre ha dicho que se siente más cercano a España que a su país natal. Después de décadas instalado, primero en Bruselas y desde 1987 en Suiza, mantiene dentro de su espíritu universalista una vertiente mediterránea que se alimenta con las numerosas visitas que la compañía realiza a España. Ahora el Béjart Ballet Lausanne vuelve a Madrid; una compañía integrada por treinta y seis bailarines, con varios españoles incluídos, que presentan un programa triple que refleja la pasión ecléctica del coreógrafo. Inspirado principalmente en las capacidades técnicas e interpretativas de sus bailarines, y siempre por la música, Béjart ha creado un repertorio que es un espejo de su enorme curiosidad por el mundo y su diversidad, y de una filosofía que disfruta con la unión de elementos aparentemente lejanos.

L'Art d'être Grand-Père (El arte de ser abuelo) toma su título, que no su contenido, de un libro de Victor Hugo y la música es de Hugue le Bars, sobre un tema para violín de Richard Strauss. Es fruto de la colaboración con sus jóvenes bailarines, que crearon el material coreográfico a partir de sus reflexiones sobre la danza y su relación con un maestro del ballet que podría ser su abuelo. El coreógrafo, que el año que viene cumplirá ochenta años, comentó en una entrevista que se sientet como el abuelo de la compañía. Brel et Barbara nació de la gran amistad que Béjart tenía con la cantante durante más de treinta años, y ha dicho que lo considera más como una parte de su vida que como un ballet. "Ella siempre decía ‘yo soy la Luz’. Luego le confesó que para ella la Luz era el cantante belga Jacques Brel, cuya música le fascinaba.

Valiéndose de su visión de la relación entre la danza y la música como motor de la creación coreográfica, Béjart pidió a tres bailarines de su compañía rehacer la coreografía que él había preparado para los Altenberg Lieder, pero esta vez con música de Elton John. Así nació Elton Berg, "una obra experimental, una búsqueda a partir del cine". Unir la música del compositor vienés Alban Berg y la de Elton John es algo que sólo podría ocurrirle a Béjart, pero estos contrastes siempre le han estimulado al coreógrafo, que busca trasmitir "la verdad del movimiento que viene del cuerpo y del alma".