Teatro

Albert Boadella, pasión por la fiesta

Fontserè y Xavi Boada interpretan " Controversia del toro y el torero"

7 diciembre, 2006 01:00

Boadella y Fontserè en un ensayo. Foto: Iván Raga

Su pasión por los toros ha llevado a Albert Boadella a escribir y dirigir Controversia del toro y el torero, que se representa hasta el día 10 en La Casa de América de Madrid. Un diálogo entre un torero y su ayudante sobre los argumentos a favor y en contra de la fiesta. Javier Villán, en su doble condición de crítico taurino y de teatro de El Mundo, charla con el director.

En La Casa de América de Madrid se produce una insólita controversia: un toro (Ramón Fontseré) disputa con un torero (Xavi Boada). El guión es de Albert Boadella, un taurófilo expatriado de su querida Cataluña -y en ella perseguido- por cosas de nacionalismos perversos. La defensa de los toros de la compañía Els Joglars es una forma más de manifestar sus desacuerdos con la tribu.

-Es bueno que gente como usted se ocupe de los toros; pero le veo un poco rebrincado con la concesión de la Plaza de las Ventas.
-Albert Boadella.- Y ¿cómo no he de estarlo? Al no adjudicarle la Plaza de las Ventas a Simón Casas se ha perdido una gran ocasión para recuperar la cultura para las corridas.
- Más que en la cultura los aficionados piensan en los carteles.
A.B- Estoy acuerdo, pero la corrida es más que un espectáculo. Siempre ha estado unida a los intelectuales.
-Los intelectuales bailan siempre al son de los políticos. Cuando Felipe V, se hicieron antitaurinos. Y la Ilustración, con el Conde de Aranda a la cabeza, también.
A.B- En cosas de toros no sólo hay austrias y algunos ilustrados. En esta controversia pretendo exponer las razones del toro y las del torero.
-Al toro no le harán gracia las razones del torero y viceversa. Pero veamos.
A.B- Las razones del toro son muy simples. Reconoce en el hombre, en el torero, una inteligencia superior y reclama el derecho a morir de otra manera.
- En lo de morir de otra manera estoy de acuerdo, porque, en los ruedos, a veces hay auténticos matarifes. Respecto de la inteligencia superior, no sé qué decirle.
A.B- Naturalmente yo entiendo las razones del toro. Y estoy con el torero como héroe popular. Y trato de entender también las razones de los antitaurinos.
- A veces, puede que sea más fácil hablar con un toro que con un antitaurino ¿Cuáles son las razones del torero?
A.B- La primera, que la Fiesta es un rito didáctico que transmite varios valores: el miedo, la valentía, la astucia, la estética, el riesgo. El torero representa todo esto.
- Y también tolera, o exige, el afeitado y otras cosas.
A.B- Eso va contra los derechos del toro, claro. Sin el riesgo de la muerte, la Fiesta no es nada.
- Barcelona ¿ciudad antitaurina?
A.B- Barcelona fue muy taurina. Seguiría siéndolo, pese a los delirios nacionalistas del catalanismo, que abomina de los toros, a no ser por el declive que vive la Fiesta.
-En eso estoy de acuerdo de la pezuña a la cruz.
A.B- En Barcelona había tal afición que hubo una quema de conventos por culpa de una corrida mansa. Fue antes de la Semana Trágica. Y Andersen, el de los cuentos, se sorprende de que en Barcelona se hable tanto de toros.
-La quema, ¿fue cabreo con los toros o con la Iglesia, recordando las excomuniones antitaurinas de los Papas?
A.B- Fue una revuelta taurina dirigida contra los conventos por anarquistas y socialistas, creo yo.
- ¿Qué solución le daría a la decadencia que vive la Fiesta?
A.B- Autenticidad y cultura.