Teatro

Madrid recibe al Lliure

Tres shakespeares del teatro barcelonés, en el Español

14 diciembre, 2006 01:00

Distintos espacios del European House, basado en Hamlet, de Álex Rigola

Dos espectáculos dirigidos por Àlex Rigola, European House y Ricardo III, y otro por Carlota Subirós, Otelo, muestran a partir de mañana en el Teatro Español la línea posmoderna que sigue el teatro catalán.

El escritor catalán Juan Goytisolo asegura que uno de los problemas actuales en el mundo de la cultura es la incompatibilidad entre los valores culturales y el sistema político-cultural que busca rentabilidad y éxitos de ventas. Según Goytisolo esta incompatibilidad se debe al hecho de haber pasado de una España atrasada a una sociedad postmoderna sin haber vivido la modernidad. Un claro exponente de la postmodernidad en el ámbito escénico en nuestro país lo encontramos en el Teatre Lliure que esta semana presenta en el Teatro Español de Madrid tres de sus últimas propuestas: European House y Ricardo III, ambas dirigidas por álex Rigola, y Otelo, dirigida por Carlota Subirós. Todas ellas a partir de, desde y sobre los textos de William Shakespeare.

European House es un espectáculo de creación propia que nace de la construcción de un espacio escénico. En su particular reflexión sobre el marco teatral, el director catalán presenta un prólogo sin palabras al Hamlet de Shakespeare. Partiendo de la idea de observar desde su casa y a distancia la vida de su vecindario, Rigola coloca en escena una casa de tres plantas de siete metros de altura -terraza incluida- habitada por una familia media burguesa. En ella viven una docena de actores aislados por una pared de metacrilato que representan en tiempo real -si es posible hablar de tiempo real en el teatro- la antesala a la obra original y que termina con la aparición del fantasma del padre. "European House es una reflexión sobre nuestra sociedad a través de una familia que acaba de llegar a casa tras la muerte del patriarca y que allí recibe el pésame de amigos y vecinos; personas que por su educación deberían tener un comportamiento ético pero que, a la hora de la verdad, se sitúan por debajo de él", explica Rigola.

La mirada joven y atenta a lo que se está creando ahora mismo en el resto de Europa de Carlota Subirós abrió la nueva temporada del Lliure con una particular puesta en escena de Otelo. Para la directora es fundamental la búsqueda de la esencia de la tragedia en el triángulo formado por Otelo, Yago y Desdémona, en un espacio atemporal en el que los personajes viajan al corazón de las tinieblas o a las tinieblas del corazón.

Un Otelo blanco
Subirós se permite el guiño de pintar de blanco a los personajes en respuesta a otros montajes que han pintado de negro la cara del actor que interpretaba a Otelo. Una puesta en escena nada realista en la que escenografía, iluminación, música y alguna que otra pieza de danza determinan la poética del espectáculo. Y del simbólico Otelo a la lectura de un Ricardo III contextualizado en una especie de antro con máquinas tragaperras, prostitutas y frecuentes visitas al baño. Del rey tiránico de Shakespeare al mafioso sin escrúpulos adicto a la cocaína iluminado por luces de neón. Sin duda los montajes del Lliure situarán al público del Español frente a la más rigurosa postmodernidad teatral con las relecturas que los clásicos nos permiten. La cuestión es dónde reside la verdadera modernidad.