Teatro

Pou

Portulanos

1 marzo, 2007 01:00

Yo me enganché a Policías para ver las escenas entre José María Pou y Pedro Casablanc. Y no digo esto por desprecio hacia el resto del reparto, ya que, en general, la serie tenía muy buen nivel, sino levantando acta de mi fervor por estas dos fieras de la interpretación. El papel del Ruso estaba mejor escrito y resultaba, a priori, más atractivo que el del Inspector, pero como Pou es capaz de hacer interesante hasta una lectura de un tomo completo del BOE, consiguió imprimirle al personaje una potencia icónica a la altura de los mejores ejemplos del género. Había oído hablar de él mucho antes de verle por primera vez, porque José Estruch lo ponía, con frecuencia, como ejemplo de buen actor. Después he tenido ocasión de verle en numerosas ocasiones y en todos los medios. Nació en Barcelona y estudió en la RESAD de Madrid, pero habla y se mueve como un actor inglés, con esa tensión que se contiene, que no se exhibe, desmintiendo, con su sola presencia, aquello que Haro escribió hace muchos años a raíz, creo recordar, del estreno de una obra de Pinter, según lo cual los actores españoles están genéticamente incapacitados para hacer personajes anglosajones. Pou posee, además, la característica fundamental del gran actor: se le ve escuchar e incluso se le ve pensar, lo cual es posible, entre otras cosas, porque se trata de un hombre culto y lleno de curiosidad por las cosas más diversas. Ha hecho de todo, pero construyendo una carrera que, sin embargo, no tiene nada de tópica y está llena, por el contrario, de elecciones originales y nada fáciles: los personajes delirantes de Tomeo, una versión divertidísima de ese excelente vodevil que es Noises off, Calderón de la Barca, Ibsen, Goldoni, Kushner, el Cardenal de Lorenzaccio... Ahora se ha metido en el papel de un tío enamorado de una cabra y consigue, no ya que nos lo creamos, sino que encima nos importe y nos emocione. Pero voy a dejarlo aquí, porque si sigo escribiendo elogios los lectores de esta columna van a empezar a pensar que me estoy ablandando...