Miguel Narros
Sergi Belbel me propuso que no hiciera Móvil
17 mayo, 2007 02:00Miguel Narros. Foto: Javi Martínez
La polémica Móvil despide la temporada del Centro Dramático Nacional. La obra es un texto de Sergi Belbel que recibió fuertes críticas tras su estreno en Barcelona en un montaje dirigido por Lluís Pasqual. La producción que estrena esta noche el Teatro María Guerrero de Madrid es un espectáculo distinto que cuenta con dirección de Miguel Narros. El veterano director defiende en esta entrevista el texto de Belbel, del que, asegura, "muestra la incomunicación tan terrible en la que vivimos". El montaje supone, además, la vuelta a los escenarios de María Barranco tras años dedicada al cine y la televisión.
-¿Qué fue lo que le atrajo del texto de Belbel?
-La obra muestra la época tan terrible en la que vivimos. Una época en la que el hombre es capaz de hacer lo mejor y lo peor con cualquier cosa. Con un móvil puede comunicarse con los demás, pero con un móvil también puede hacer estallar unos explosivos.
-La obra recibió duras críticas cuando la estrenó Lluís Pasqual en Barcelona, ¿a qué cree que se debió?
-No he visto el montaje, pero sí conozco las críticas y la resonancia que ha tenido y me ha extrañado, porque Lluís es una persona que merece y me merece un respeto. Lo que sí he padecido yo ha sido las consecuencias de esas críticas y la reacción de Belbel, que quería retirar la obra y no hacer el montaje. Pero no era el momento más propicio, a un mes del estreno, por lo que seguimos adelante. Yo pienso que la primera impresión es la que vale y la mía fue la de que es un texto muy válido sobre el milagro de la voz humana, a la manera de Cocteau.
Medio de evasión
-Una voz que puede comunicar, pero que también sirve para decir barbaridades...
- Móvill habla de cómo un simple aparato permite comunicarse con cualquier persona en cualquier momento. Es otro milagro, pero de gran crueldad, porque la gente lo está usando para decirse cosas terribles que no es capaz de hacerlo cara a cara, que es como hay que hacerlo. No sé si lo hace así por pudor, vergöenza o cobardía, pero está utilizando el teléfono como si fuera un medio de evasión de los demás.
-En momentos, además, muy duros, tras un atentado terrorista...
-La dificultad está en dirigirse directa o indirectamente a un personaje sin mirarse a la cara, estando al lado pero no pegándose a su oreja. Hay una deshumanización de las personas. Todo pasa después de un atentado terrorista.
Yo creo que la vida puede ser a veces una forma de atentado. Hay un momento en la obra en la que un joven le dice a su madre lo que siente por ella. Gracias al móvil, le dice lo que nunca se había atrevido y lo hace con unas palabras muy duras y dolorosas. En realidad lo que hace es romper con el cordón umbilical con el que, según Belbel, estamos unidos de manera invisible a nuestra madre como hacen los móviles. Yo en ese momento pienso que la madre acaba de sufrir un verdadero atentado terrorista.
-Es un montaje sencillo, casi desnudo...
-Sí, es así. Podía haberme lanzado, como hace ahora todo el mundo continuamente, a utilizar los audiovisuales, pero no lo he hecho. Prefiero que sea una obra eminentemente teatral, donde los problemas se resuelvan de una forma teatral. He buscado resolver, expresar las cosas huyendo de esa invasión de audiovisuales que padecemos.
-Y donde los actores tienen la dificultad de no hablarse cara a cara
-La mayor parte de la obra son monólogos. Pero hay montaje y diálogos, aunque sea a través del móvil. Teatralmente he utilizados al máximo todos los recursos necesarios.
-Antes se refería a la invasión de medios audiovisuales, ¿no cree que, desde hace unos años, vuelve el teatro de la palabra, de texto?
-Teatro es todo, lo que hace La Fura dels Baus también es teatro. Pero el teatro empieza con la palabra, que es necesaria porque enseña mucho. A pensar, a reflexionar, a encontrarte a ti mismo, a conocer tus defectos, a oír tu propia voz. Todos los clásicos, Shakespeare, han sido grandes filósofos, gente que ha planteado grandes problemas sobre el ser humano y su existencia. Yo creo que tiene que volver el teatro de texto.
-¿Cómo ve el teatro actual
-Veo poco, estoy un poco apartado, reservándome para las cosas que voy a poner en pie. Pero yo creo que el teatro, el ambiente del teatro está muy vivo, haciéndose notar y consiguiendo que la gente vuelva a hablar de teatro. Creo que estamos en un momento interesante, en el que ya no se da esa separación clasista que había antes entre las figuras y los demás. Ahora se unen todos.
Crisis creativa
-Entonces, ¿el teatro vuelve a subir la escalera?
-Sí. El teatro ha estado en un momento de crisis grave, pero afortunadamente está saliendo de ella. Me refiero al teatro de texto, que el otro, el de moda, no ha pasado crisis. Pero siempre ha sido así. Desde Aristófanes ha estado en crisis, aunque la crisis es creativa y eso hay que aprovecharlo. Lo está haciendo las nuevas generaciones que, en algunos casos, es para descubrirse con lo que hacen.
-¿Como quiénes?
-Calixto Bieitio, La Fura … De Bieitio he visto sólo dos montajes, que me han parecido interesantes. Con La vida es sueño hizo un gran trabajo, pero eso lo puedo decir yo, que conozco la obra de Calderón, ¿Pero qué le ocurre a quien la vea y no la conozca.
El regreso de María Barranco.
-Ha citado dos nombres que hacen un teatro muy diferente al suyo
-Hay muchas formas de hacer teatro, porque cada uno lo ve de manera distinta. Yo me moriré, ya dentro de muy poco, con mi forma de hacer teatro, la que yo he sentido en cada momento y la que necesitaba hacer.
-Con Móvil vuelve María Barranco al teatro…
-Está muy bien. Es una actriz joven que lleva dentro una gran actriz. María Barranco lleva mucho tiempo en el cine, que es muy distinto al teatro, un tipo de interpretación muy diferente, más que ver con el modelo fotográfico que con el actor teatral.
- ¿Y Marina San José, hija de Ana Belén, a la que usted conoce muy bien?
-No tienen nada que ver, son muy distintas. Ana, cuando empezaba, tenía una parte totalmente animal que era muy válida, mientras que Marina va por otros caminos, igualmente válidos, que ha aprendido en una escuela y le sirven para comunicar. Es una actriz nueva, pero tampoco es una profana.