Rodrigo García vuelve en estado crudo
El director estrena hoy su última obra
14 junio, 2007 02:00Imagen de Cruda. Vuelta y vuelta... Foto: John Romao
El autor hispano-argentino Rodrigo García presenta hoy en el Festival de las Artes de Castilla y León que se celebra en Salamanca su último montaje, Cruda. Vuelta y vuelta. Al punto. Chamuscada. Producida por el Festival D’Aviñón, la obra, que mezcla teatro, música y vídeo, se sumerge en las murgas argentinas para hacer una dura crítica a la sociedad actual.
A pesar de tener más éxito en Europa que en España, donde todavía se le resisten los grandes coliseos, Rodrigo García vuelve, pero esta vez a Salamanca para presentar su último espectáculo en el Festival de las Artes de Castilla y León. Producido por el Festival d’Aviñón -donde se verá también próximamente- e inspirado en su Argentina natal, Cruda. Vuelta y vuelta. Al punto. Chumascada se sumerge en el pasado y en aquella infancia perdida del director, ligada a la vibrante sensación que aún permanece en su retina del estruendoso sonido de los bombos con platillos de las murgas carnavalescas que cada mes de febrero recorren la mayoría de las calles bonaerenses.
"Hace veintidós años que vivo en España... Y ahora, quería volver a Argentina y al ruido que tanto me gustaba de niño, el de aquellos murgueros que no eran sino personas de clases sociales desfavorecidas en un país en el que el reparto de la riqueza es absurdo y la mayoría de la población sobrevive bajo mínimos", denuncia el creador en 1989 de La Carnicería Teatro.
Desde hace más de un año, cuando Rodrigo García empezó a gestar este proyecto, supo que tenía que trasladarse a Buenos Aires. El pasado mes de febrero, y en plenos carnavales, el director escogió a 14 jóvenes que se convertirían, sin experiencia previa alguna, en los intérpretes de su nuevo trabajo escénico que mezcla teatro, vídeo y música junto al actor, presente en la mayoría de sus montajes, Juan Loriente.
"Son jóvenes llenos de energía, que han montado en avión ahora por primera vez en su vida", apunta el director. "Y que sólo quieren divertirse", añade. Una vez más y como ha sucedido en sus casi diez últimos proyectos teatrales, el conflicto entre el primer y el tercer mundo volverá a estar presente en Cruda. Vuelta y Vuelta... ¿La razón? "Me interesa que en esta obra se vea la alegría de esa gente que no tiene dinero, frente a la tristeza de una Europa opulenta, cada vez más triste, miedosa y limitada", denuncia García, quien hace un año observó perplejo cómo se censuraba de la programación del certamen Invertebrados de la Casa de América de Madrid su permormance Accidens.
Una chapuza. Tal vez por eso, si no ve su regreso a España con más responsabilidad, sí al menos, con cierta prudencia. "Más que nada, por la materia que esta vez tendré sobre el escenario y que podrá ser interpretada únicamente de dos formas, bien como una chapuza, bien como un soplo de aire fresco frente a las obras teatrales que se consideran más normales".
Celoso como pocos de su trabajo, su particular arte y sus montajes, García echa en falta recibir en nuestro país el mismo trato que en cualquier otro centro de producción europeo, sustentado en la "libertad y el control total" sobre su creación. Dos requisitos que no son una garantía, pero con los que sí cuenta esta vez.