Teatro

Festival viene de fiesta

por Ignacio García May

21 junio, 2007 02:00

Los festivales de verano son el corolario de mezclar teatro y turismo. No hay sombra de ironía en esta afirmación, porque la mezcla me parece simpática y resultona. Recuerden los puristas que un enorme mordisco de las recaudaciones de la Royal Shakespeare Company o del Broadway neoyorquino proviene de los turistas: personas que quizá nunca gasten un euro en ir al teatro en sus ciudades pero no dudan un instante en desembolsar sesenta libras o cien dólares para conseguir una entrada en cuanto llegan a Londres o Nueva York. Podríamos contemplar este fenómeno con sorna y atribuirlo al papanatismo neoburgués, que algo de eso hay. Pero también quiero ver una faceta positiva en ello: la devolución radical del teatro al tiempo del placer. Es decir, el teatro como algo que se reserva para las vacaciones, alejado de ese molesto ‘deber socio cultural’ al que parece estar abocado en nuestra vida cotidiana. El ritmo en los festivales de verano es muy similar en Avignon, en Edimburgo, en Olite, en Almagro: levantarse tarde, dar un largo paseo para ver los monumentos y paisajes del entorno, zamparse una comilona pantagruélica, echar una siestecita, y acabar la jornada viendo una función, normalmente al aire libre, disfrutando a la vez de la obra, la brisa nocturna, y el cielo estrellado, rodeados por hermosas y venerables piedras. Luego, una copita y a dormir. Todo lo cual es, obviamente, muy distinto al agobio de llegar tarde a la función porque nos hemos metido en un atasco o el metro se ha parado, y además hay que volver a casa corriendo después de la obra porque mañana madrugamos. Ya sé que ésta no es una defensa particularmente profunda o intelectual de los festivales de teatro, pero es que llegan las vacaciones de verano y bastante hemos tenido que aguantar este año entre las subidas del Euribor, el caso Malaya, los políticos, los etarras, y las tonterías de Paris Hilton, como para que encima renunciemos al encanto de la comilona, el paseíto y la representación a la luz de las estrellas.