Image: La fidelidad del Zurdo

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Teatro

La fidelidad del Zurdo

Trilogía de J. R. Fernández en La Cuarta Pared

3 julio, 2008 02:00

El principio fue la típica colaboración entre un "joven" autor pero ya conocido en el mundillo escénico y una compañía de actores recién salidos de las escuelas de teatro de Madrid que daban sus primeros pasos sobre las tablas. Luego, tras la satisfactoria relación que mantuvieron en su encuentro, llegó el segundo trabajo. Y más adelante, convertidos en una especie de matrimonio sin exclusividad por ninguna de las dos partes, volvieron a encontrarse para emprender un nuevo proyecto. Son José Ramón Fernández y Teatro del Zurdo, autor y compañía a los que la sala Cuarta Pared ha ofrecido la posibilidad de mostrar de manera continuada, durante el caluroso julio de la capital, los tres montajes que compartieron. La iniciativa permitirá desentrañar si lo que nacieron como obras individuales -Hoy es mi cumpleaños, Un momento dulce. La felicidad y Una historia de fantasmas, escritas y estrenadas en ese orden, pero que van a ser representadas de forma inversa- es algo más, una suerte de conjunto no buscado pero real.

"Sí, puede considerarse que forman una trilogía", responde Luis Bermejo, director de todas ellas. "Comparten temas, el paso del tiempo, la crisis de la edad, la muerte, la felicidad y otros, pero no sólo eso. También está la forma de crear, muy típica de José Ramón, de trabajar a pie de escenario con las investigaciones que hacíamos cada uno de nosotros, improvisaciones…".

Ese mismo método fue el utilizado por Fernández, con Yolanda Pallín y Javier García Yagöe, para levantar Las manos, obra en la que Bermejo trabajó como actor. "Permite hacer unos personajes con muchas especifidades personales, aunque luego tengas que incluir los necesarios elementos distanciadores".

El paso del tiempo
Porque las tres hablan de unos jóvenes a los que el paso del tiempo descoloca de una manera u otra. Hoy es mi cumpleaños, cuyo reestreno tendrá lugar el 17 de julio, es la historia de "alguien que un día anuncia que va a cumplir 30 años, en realidad tiene 33, y que de esa edad no piensa pasar". Un momento dulce (10 de julio), como su título completo indica, define la felicidad. "Pensamos que en realidad es efímera, inaprensible, que se encuentra, por ejemplo, en un cocido que te comiste en algún momento y que al recordarlo recuerdas la felicidad que te produjo". Por eso la obra reúne al grupo de treintañeros, que no son exactamente los mismos de la primera obra pero podrían serlo, en una cocina para rememorar cosas. Y Una historia de fantasmas, la última escrita pero la que esta misma noche repone Cuarta Pared, se enfrenta a la desaparición de Silvia en una obra en la que también hay "el cuestionamiento del papel de los actores y el autor en el teatro".