Mérida inventa el Teatromascope con Ben-Hur
Víctor Masan y Fael García como Ben-Hur y Messala. Foto: Sergio Enríquez-Nistal
Yllana y Nancho Novo buscaban un péplum y encontraron Ben-Hur, la tragedia de Lewis Wallace sabiamente trenzada con dosis exactas de aventura y espiritualidad que llega al Festival de Mérida (4 de julio) en clave de comedia. Inspirada por la famosa adaptación de William Wyler y La vida de Brian, de los Monty Python, la obra inaugura el ‘Teatromascope', una desenfadada puesta en escena que, según el criterio de sus creadores, garantiza emoción y espectacularidad.
Ben-Hur nace para la historia del best-seller (y más tarde para la del cine, que será quien realmente propulse mundialmente la desdichada historia de Judá) en 1880. Desde entonces, ni el libro se ha dejado de editar ni las películas -especialmente la dirigida por William Wyler en 1959 con Charlton Heston- se han dejado de exhibir en cine y televisión. Pero, ¿puede llevarse al teatro esta monumental odisea? Se puede. Un precursor de los grandes espectáculos como el polifacético Enrique Rambal la subió a los escenarios madrileños en 1948 con versión y puesta en escena de Amalio Garí.
Ha tenido que ser el equipo formado por Yllana -idea y dirección- y Nancho Novo -autor del texto- quien se haya decidido, con la coproducción del Festival de Mérida (Pentación) y Focus, a narrar en clave de comedia "la verdadera y nunca antes contada historia de Ben-Hur". El Teatro Romano de la localidad extremeña retrocederá al siglo I para revivir la ficción de Wallace -cuyo título se completaba como "Un cuento sobre Cristo"- , en la que no faltarán las escenas que han dado a la obra su carácter universal: los Magos de Oriente en el desierto, el nacimiento del Mesías en Belén, el accidente de la teja que hiere al prefecto romano, la batalla naval, la rivalidad entre Judá y Messala y la carrera de cuadrigas, entre otras.
"El punto de partida de nuestra adaptación es que la historia de Ben-Hur ha llegado tergiversada hasta nosotros. Entonces, una compañía de teatro se plantea contar al público de su época el auténtico relato del mítico personaje. En Yllana siempre hemos tenido en mente hacer una de romanos", explica a El Cultural David Ottone, director del montaje junto a Juan Ramos Toro. "El reto no era solo cómo contar una historia tan épica sino cómo recrear en un teatro esas archifamosas escenas", añade Ottone, que reconoce haber trabajado bajo la influencia de la película de Wyler. Es ese aspecto cinematográfico el que ha guiado buena parte de la puesta en escena. Durante la preparación del espectáculo acuñaron incluso el término ‘Teatromascope' en alusión a la gran pantalla de fondo que proyectará esas y otras escenas para conservar la grandiosidad del espectáculo."Además de comedia, en este 'Ben-Hur' sobrevuela el papel de la mujer en el teatro y en la Historia". David Ottone
Tensión sexual
Otra influencia cinematográfica que se ha filtrado en este Ben-Hur es La vida de Brian -la desternillante cinta de los Monty Python de 1979- gracias al tono de comedia que desde un principio quiso darle Yllana. "Fue un referente en nuestras cabezas. De hecho, si lees el libro desde la perspectiva del humor encuentras rápidamente otra dimensión. Hemos llevado muchas de las situaciones al paroxismo, como por ejemplo el secreto a voces de la tensión sexual existente entre Ben-Hur y Messala...""Es épica y cómica a la vez", sentencia Nancho Novo, que firma la versión del texto con el convencimiento de haber respetado las líneas maestras de la novela y de su contexto histórico. "Todo ello potenciado gracias al ‘Teatromascope'. Hay que ver el montaje para hacerse una idea de la magnitud del invento", explica el actor para referirse a uno de los trabajos que más horas le ha llevado en toda su vida. "Creo que he escrito el equivalente a dos Quijotes. Durante cinco meses no he tenido otra ocupación".
Para Juan Ramos Toro todo es "comedia, comedia y comedia" pero "con un poquito de buen mensaje". El codirector nos desvela el germen sobre el que se asentó este Ben-Hur. En una entrevista de radio Nancho Novo se descubre un especialista en el mundo griego y romano. Fue en ese momento cuando Toro, en directo, le ofreció escribir el texto: "Una semana después estaba ya haciendo la adaptación. ¡Un loco como nosotros y obsesionado por el teatro! En fin, lo conocemos desde la Movida madrileña, desde los Castigados sin postre..."
Tensión sexual
Tanto David Ottone como Nancho Novo y Ramos Toro participan de la vigencia de los clásicos. "Nunca mueren. Y festivales como los de Mérida y Almagro son un buen testimonio de ello. Plantean temas universales que siguen generando debate y que permiten abordarlos de muchas maneras", sentencia Ottone, que mientras mantiene The Look en el Florida Retiro de Madrid, prepara las maletas para asistir al Festival de Aviñón con Lo Mejor de Yllana. Además, remata también The Opera Locos y Gag Movie, dos montajes que estarán próximamente en cartelera. Novo, que acaba de entregar la adaptación de El valiente negro en Flandes, de Andrés Claramonte (un montaje en verso y, atención, cargado de rock and roll), cree que los clásicos son clásicos porque tienen interés siempre, "independientemente de los tiempos en los que se viva".Finalmente, Ramos Toro ve el teatro clásico como un espejo en el que nos miramos siempre. Lo que nos devuelve, piensa, no ha cambiado: "Aristófanes se hubiera reído mucho con nuestra versión de Ben-Hur. Aunque ya sin toga, somos los mismos pero con teléfono móvil". Amén.
@ecolote