Konrad Lorenz Colección Fábula Tusquets 207 páginas, 995 ptas.
Hay que leer a Konrad Lorenz. La figura cumbre de la etología tenía cosas que contar y sabía hacerlo. Aunque en este caso lo que le movió a escribir fue el deseo de polemizar. El blanco de sus iras son los escritores que se explayan largamente sobre los animales sin conocer el tema. Lorenz es tajante: en esta materia, las licencias poéticas sólo están permitidas a quienes sepan de qué se trata. Lorenz se considera uno de ellos. Su objetivo es desterrar malentendidos y falsas nociones acerca de los animales que nos rodean. Sus lecciones tienen el valor de consejos prácticos. Así, comienza con un repaso de los incordios que suelen causar los animales, porque la tolerancia de esos aspectos es clave para acercarse a ellos. A continuación, demuestra cómo un acuario casero es fuente de continuas enseñanzas. La cuestión de la comunicación con los animales merece otro capítulo. La compasión y la fidelidad, otros dos. El libro se lee con deleite, como si acompañásemos al naturalista en sus vivencias