Ciclos
F. M.
24 mayo, 2000 02:00Así, el conjunto se ofrece como una original propuesta de ideas sometidas al inteligente armazón del que se sirve la tradición oriental en el I Ching -El libro de las mutaciones de los Cheu-: arrancar de una palabra que sirva de título y contenga el concepto sobre el que se propone una reflexión a la que se suma un relato que ilustre el razonamiento del autor. Estas tres pautas determinan la estructura de los 64 capítulos que acaban por componer una intrincada trama sobre causas, azares y paradojas del destino. A ellos se suman un prólogo aclarador de la génesis e intenciones -realmente necesario- de un contenido que pretende resumir la estructura cíclica del mundo y rechaza, por ello, "la obligada línea recta del tiempo en su lectura"; y un epílogo en el que el escritor insiste en sus motivos y en aclarar la filiación bergsoniana de esta "metafísica literaria" a la que adscribe, finalmente, su escritura.
Hay muchas maneras, por tanto, de aproximarse a estas líneas. Puede escogerse el ciclo de la creación, el de los sentidos, o se puede optar por las repentinas desviaciones hacia aquellas realidades cuya insignificancia no resta trascendencia a la idea de incertidumbre que dirige el tono de este ambicioso compendio de motivos para la reflexión. De un escritor que sortea con bastante habilidad el riesgo que conlleva abordar sin desaliento una "trama" tan inusual, lo que reafirma su talante razonador. Pero interesa por su singular creatividad.