Image: Dalí. Obra Completa I y II

Image: Dalí. Obra Completa I y II

Letras

Dalí. Obra Completa I y II

4 diciembre, 2003 01:00

Salvador Dalí, por Gusi Bejer

Salvador Dalí. Destino/Fundación Gala-Salvador Dalí. Barcelona, 2003. 2 vols. 1290 y 815 páginas, 30 e. cada uno

He aquí los dos primeros volúmenes de la obra literaria de Dalí, que es presentada, en pequeño formato y encuadernados en tela violeta, en ocho tomos. Su formato impide apreciar los abundantes dibujos que acompañan algunos textos y las reproducciones de cuadros y fotografías del pintor.

Contienen sus apasionantes textos autobiográficos, con prólogo y notas de Félix Fanés, el primero y el segundo, al cuidado de Montse Aguer. Fanés es una autoridad reconocida en el campo daliniano y Aguer es la actual directora del Centro de Estudios dalinianos de la Fundación Gala-Salvador Dalí. Los volúmenes que se anuncian tendrán más interés para los especialistas, ya que el 3, el 4 y el 6 incluirán textos inéditos (este último contendrá la correspondencia), el 7 reúne entrevistas y el último cronología, bibliografía, filmografía, etc.

Salvador Dalí, conocido universalmente por su obra pictórica, conjuró también la literatura cultivando no sólo las diversas fórmulas de la "literatura del yo" -autobiografía, diarios, confesiones dictadas-, sino también narrativa, teatro, novela y ensayos. Su modelo de creador era el renacentista, como lo había sido para algunos artistas de fines del XIX inglés. Su mirada era la de un dandi en tiempos de la revolución de las masas. Pero su obra debe situarse en el contexto del surrealismo, incluso el seudomisticismo religioso del final de su vida. Lo repite en más de una ocasión: fue el más surrealista de la escuela francesa. Y su heterodoxia y fórmulas de provocación irritaron a todos: fue un español que le arrebató a Eluard su mujer, Gala; viró hacia la derecha cuando la mayoría militaba en el PC francés; descubrió el oro y el dinero como un gran motivo de satisfacción personal; se encarnaba en un paisaje tan exótico como el personalísimo Ampurdán, Port Lligart, Cadaqués, pero sus estancias en París o en los EE.UU. le permitían alcanzar no sólo el éxito universal en su faceta de pintor cosmopolita, sino ocupar las portadas de medios como "Time", alcanzando máxima popularidad. Dalí asentó su obra y su vida en una doctrina que entonces se entendía como científica: la de Freud, como la del surrealismo militante en su conjunto.

Sus textos literarios se inspiran también en las fórmulas freudianas. En Vida secreta narra su encuentro con el psiquiatra vienés en Londres, acompañado de Stefan Zweig, frustrados los dos intentos de verle en Viena. La observación que le merece el pintor es: "Nunca vi ejemplar más completo de español. ¡Que fantástico!", dirigiéndose a su acompañante. El primer volumen reúne: Un diario: 1919-1920, inédito hasta 1994, salvo uno de los cuadernos que fue traducido y publicado en inglés en 1962. Constaba de unas 17 libretas (de las que se han conservado y localizado 7) y estaba escrito originalmente en catalán. Su título sería Les meves impressiones i records íntims. Félix Fanés establece que a partir de 1929 lo haría en francés. Vida secreta fue redactado en 1940 y 1941. Dalí confeccionaba cada manuscrito con su peculiar ortografía y Gala lo ordenaba y pasaba a máquina. éste era el texto que llegaba a manos del traductor inglés, ya que The Secret Life of Salvador Dalí fue publicada en 1942 por Dial Press. En 1944 Cèsar August Jordana, novelista catalán nada desdeñable que pasó su exilio en Chile, lo tradujo al castellano para la editorial argentina Poseidón. Aquí se reproduce dicha traducción. Diario de un genio se escribió también en francés, aunque con páginas en español, y fue redactado entre 1952 y 1963. Se publicó en 1964, en la editorial La Table Ronde. Fanés sostiene la existencia de un texto intermedio entre el manuscrito y el texto deficientemente publicado. Fue editado por Luis de Caralt y, en 1983, por Tusquets, en la traducción de Beatriz de Moura, que aquí se reproduce.

El segundo volumen contiene la primera versión en castellano de Las pasiones según Dalí, de Salvador Dalí y Louis Pauwels (con éxotico y brillante prólogo de este último), que se publicó en francés por vez primera en 1968, y Las confesiones inconfesables que vio la luz, primero en francés, Comment on devienne Dalí, publicado por Laffont, en 1973. Se reproduce aquí la versión que publicó al castellano Bruguera en 1975, aunque no se indica el nombre del traductor.

Los textos autobiográficos van a servirle al pintor como un ejercicio de autoanálisis, aunque desde su personal perspectiva éste no coincida con la realidad histórica y aún menos con la verosimilitud en algunas situaciones. Salvo los Diarios, que son un ejercicio de indagación en la propia identidad, se ha considerado tradicionalmente Vida secreta como su texto más emblemático y Diario de un genio, su continuación. En ambos casos -y a diferencia de los Diarios- Dalí ha elaborado ya su teoría sobre la paranoia crítica, un paso más en la estética surrealista, y lo que hace es aplicar a un eje conductor, la propia vida, sus elucubraciones, sus fantasías y su pensamiento creativo y crítico. Todo ello no dejaría de ser baladí si no fuera por que Dalí fue un escritor de fuste, capaz de transmitirnos sus fantasías y sus opiniones con desgarro, con humor y siempre como provocación. Quien era capaz de confeccionar joyas, de dejar huella en el Hollywood de su tiempo, era a la vez víctima de sus frustraciones. Fiel a Freud regresará, una y otra vez, al mundo infantil, a lo real-imaginario de una infancia que transcurre en una oscura, aunque original, ciudad de provincias, Figueres, y en un pueblo, Cadaqués, mitificado también por Eugeni d’Ors y convertido por Dalí en un símbolo polivalente.

Los lectores descubrirán al mitómano, al erotómano, al "genio"; es decir, al personaje que el autor ha ido elaborando al delimitar las fronteras de su personaje. Sus concepciones políticas no se ocultarán, pero resultan las del personaje interpuesto. Entre el ser real y sus manifestaciones tal vez descubramos más de una máscara. Pese a las dos mil páginas autobiográficas de que disponemos, el Dalí más íntimo se nos escapa. Porque mitologiza acciones, objetos, personajes y situaciones, desde el encuentro con Gala en Cadaqués, hasta la muerte de su padre, notario -con quien tuvo siempre, tras la adolescencia, serias desavenencias- o su etapa en la Residencia de Estudiantes, de la que, según él era figura central del grupo de poetas y artistas. Pero los fugaces escorzos de sus amigos: Lorca (y sabemos cuánto significó la amistad para uno y otro y para la evolución de la poesía , pese a que resuma su asesinato con un "Olé" que suene a bofetada); Buñuel, a quien describe casi como un salvaje, Pepín Bello o personajes catalanes que influyeron, sin duda, en su obra, y obras como el cuadro de Millet, El Angelus, que se torna obsesivo.

Nos hallamos, pues, ante textos fundamentales, incluso desde la perspectiva literaria, dejando a un lado cuanto de mitomanía encierran. El Diario debería compararse al de Pla por su ambientación y su contexto, pese a la diferencia de edad y de estrato social. Allí advertimos, en forma más directa, un Dalí adolescente, menos elaborado. Pero las entrevistas/ monólogos permiten acceder con mayor facilidad, quizás, al Dalí-mito, al Dalí-total que él mismo ha ido forjando con la paciencia de una araña. Nos envuelve con sus desbordantes fantasías, construidas, sin embargo, con materiales de su realidad. Su egocentrismo es absoluto. Su fidelidad a Gala como musa, total. Como transformador de un género: el del "yo", en sus diversas manifestaciones, estos libros, enloquecidos según algunos, resultan fundamentales.


Confesiones inconfesables
"Soy el surrealista más surrealista que pueda darse, y, sin embargo, entre el grupo y yo siempre existió un profundo equívoco. Breton, y con él Picasso, jamás tuvieron el menor gusto por la tradición verdadera, ningún sentido de ella. Ambos buscaron la sorpresa, el impacto, la emoción antes que el éxtasis. Son para mí unos intelectuales "impotentes". Dimitieron por incapacidad de renovar el tema de lo interior" (pág. 449)
"Estoy persuadido de que nuestro encuentro marcó un cambio en el concepto artístico de Freud. Estoy convencido de haber constreñido al gran maestro del subconsciente a poner en duda su forma de ver. [...] El delirio paranoico-crítico es una de las fórmulas más fascinantes del genio humano. Freud, sin duda, era demasiado viejo para replantearse estos temas y abrir el campo a nuevas experiencias" (pág. 453)
"Todo mi arte consiste en concretar con la más implacable precisión las imágenes de lo irracional que arranco de mi paranoia. He puesto a punto el más sistemático y el más evolutivo de los métodos surrealistas para la conquista de lo irracional. [...] El poeta-artista surrealista debe materializar en lo concreto las formas del delirio, que es el camino secreto que conduce al mundo desconocido de la paranoia" (pág. 483)
"El bufón no soy yo, sino esta sociedad monstruosamente cínica y tan ingenuamente inconsciente que juega a ser seria para disimular su locura. porque yo -nunca lo repetiré bastante- no estoy loco. Mi lucidez ha alcanzado incluso un nivel tan alto de calidad y de concentración que no hay personalidad más heroica y prodigiosa en este siglo, y, aparte de Nietzsche (y aun él murió loco), no encuentro equivalente alguno. Mi pintura lo atestigua" (pag. 639)
"No me disgustaría que la humanidad declare un día que mi persona es sagrada y que cada generación transmita la llama de mi cuerpo como el testigo eterno de la evolución. ¡Dalí errando hasta la extinción de los soles!, ¡qué delirio más soberbio!" (pág. 715)