Image: Notas a Fritz

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Letras

Notas a Fritz

Francisco García Olmedo

22 julio, 2004 02:00

Francisco García Olmedo. Foto: Raúl Bogajo

Tabla Rasa. Madrid, 2004. 270 págs, 16 euros

No es infrecuente que personas que sienten haber vivido con intensidad se decidan a recapitular su experiencia por medios imaginativos a una edad ya avanzada. Es algo distinto, más modesto que la escritura siempre egocéntrica de las memorias o la autobiografía.

Y suele tener un sentido cerrado, como de balance simbólico de una trayectoria vital que cobija un testimonio de época. Ante uno de estos casos, me parece, estamos con Notas a Fritz, del científico y ensayista gaditano Francisco García Olmedo (1938). La línea anecdótica de Notas a Fritz tiene un fondo de problemas científicos (ficticios, aclara una nota final) y sigue la carrera profesional de un investigador de la biología molecular, especialidad del propio García Olmedo. No se trata, sin embargo, de un relato de divulgación histórica, filosófica o científica, al estilo de algunos de mucho éxito reciente, sino de una narración novelesca en toda regla. El autor aprovecha ciertos conocimientos de primera mano para alimentar un argumento, y con éste busca trazar una peripecia humana e intelectual que atraviesa buena parte del siglo XX y se ve conmocionada por las grandes convulsiones de esta centuria.

Esa peripecia se encarna en Francisco Guillén, un científico español que trabaja en Alemania en las vísperas de la explosión nazi y luego emigra a Estados Unidos. Desde una cima octogenaria, Guillén recapitula su vida. En su repaso incluye sustancias distintas. Una parte consiste en la novela de la maduración personal de un joven en medio de tensiones políticas y morales enormes. Otra, presenta un trágico relato de intriga relacionado con un fraude científico. Y traspasando ambas partes, tenemos una glosa enaltecedora de la vocación científica contrapesada por el descubrimiento de los bajos fondos, las ambiciones y miserias que también se esconden en ese selecto mundillo. Cada una de estas tramas tiene por sí misma garra y García Olmedo las puebla de informaciones interesantes y las encaja en tipos humanos bien observados y atractivos. Además, las inserta en situaciones históricas de conflictividad dramática muy eficaz, ya sea el antisemitismo de los años treinta o la crisis americana del caso Watergate. Esta dimensión colectiva va en paralelo de inquietudes individuales, entre ellas el amor. Por otro lado, encontramos una estructura algo compleja que presenta variedad de documentos dispuestos en una fragmentación temporal exigente. La acción vale también como soporte de reflexiones culturales y filosóficas. Todo ello se dice con una prosa cuidada, entre culta y conversacional.

La confesión de Guillén da continuidad externa a la historia, pero no basta para conseguir un relato del todo unitario. Es como si se hubieran yuxtapuesto materiales de distintas novelas. En el aire queda, por ejemplo, la intervención sólo aludida del protagonista en nuestra guerra civil. Tampoco resultan bien fundidos dos de sus ejes: las vicisitudes de los investigadores y el elogio del conocimiento científico. Estos flancos débiles restan puntos al acierto global de Notas a Fritz, aunque en detalle consiga pasajes muy buenos. En particular el trecho final, que desmenuza las razones de un comportamiento indigno, posee la soltura y la fuerza de un gran relato de suspense, con un fino análisis psicológico de pasiones humanas equivocadas y destructivas. En suma, una ficción no redonda pero sí bien meritoria por su presentación de un gran fondo intencional sin perjuicio de la amenidad.