Todas las historias que convergen en una sola a lo largo de esta novela reflexionan sobre la vida y la muerte. La vida y sus manifestaciones más luminosas: el amor, el erotismo, las relaciones de pareja. La muerte y algunas de sus caras: el suicidio, la que sucede en la batalla o la que acecha a ciertas tribus urbanas, como las pandas de moteros que deambulan por esta novela. También encontramos ciertas marcas de la casa: el interés por profundizar en la psicología de los personajes o el componente metanarrativo, que lleva al autor al atrevimiento de intercalar un relato contado nada menos que por Marco Aurelio, sin que desentone en el conjunto.