Letras

El español de todos

El 2 de noviembre las 22 Academias de la Lengua Española publican el Diccionario Panhispánico de Dudas, para resolver los principales problemas que plantea el uso cotidiano de nuestro idioma

27 octubre, 2005 02:00

Ilustración de Ajubel

¿Móvil o celular? ¿Podemos seguir escribiendo by pass o mobbing impunemente? ¿Qué es más correcto? Hace cinco años los responsables de las veintidós Academias de la Lengua Española de España, Hispanoamérica, Norteamérica y Filipinas decidieron, partiendo de otros diccionarios y manuales de aquí y allá, establecer qué palabras debemos utilizar cotidianamente los hispanohablantes de ambas orillas para evitar confusiones y malentendidos. El resultado es el Diccionario Panhispánico de Dudas (Santillana) que aparece el próximo miércoles, un volumen de más de 850 páginas cuyo contenido ha sido consensuado por todas las Academias, y que será presentado oficialmente el 10 de noviembre ante S. M. Don Juan Carlos, autoridades políticas y culturales, académicos y responsables de medios de comunicación de América y España.

Para empezar, por primera vez en la historia ha habido acuerdo, línea a línea, entre las veintidós Academias de la Lengua. Desde que hace cinco años se pusiera la primera piedra del proyecto en San Millán de la Cogolla, las reiteradas visitas de unos y otros, el trabajo de más de un centenar de filólogos y el servicio de consultas que la Real Academia Española tiene instalado en la red han hecho el camino hasta consensuar una solución única y aclarar las dudas de siete mil vocablos que en España se dicen de una manera y en Perú o México o Argentina de otra u otras. Conscientes, eso sí, de que, como explica Alfredo Matus, director de la Academia Chilena, “no se ofrece una norma, definida a priori, de espaldas a los usos reales. En materia de lenguas no puede haber normas ‘definitivas’. Las normas idiomáticas son dinámicas y siguen los movimientos de la historia, muestran el ‘constituirse’ de las lenguas, que se están haciendo en el uso de los hablantes”. Día a día, desde hace cinco años los directores de las academias registraron las dudas y consultas que con más frecuencia recibían en sus respectivos centros. Todas se reunieron en un gran documento revisado por el equipo de filólogos de la Española. A partir de ahí, comenzó el diálogo a varias bandas para buscar concordancias y acuerdos. Meses y meses de trabajo sistemático hasta lograr el consenso y enviar el estudio a un órgano superior, la Comision Interacadémica, encargada de presentar las conclusiones al Pleno. La materia se tomó de la bibliografía preexistente en el campo de las dudas lingöísticas, de las colectas de consultas a todas las Academias, de las sugerencias y propuestas de las Corporaciones a lo largo del tiempo. Quizá por eso, muchos de los filólogos que han trabajado en el proyecto reconocen que ha sido un trabajo ímprobo “porque hemos tenido en cuenta todos los diccionarios de dudas existentes, multitud de libros de estilo y manuales de corrección gramática de todos los países de habla española. El acopio de material ha sido inmenso”. Inmenso, pero vivo y a pie de calle, pues no se limita a dar respuesta concreta a esas dudas (¿mobbing o acoso laboral, overbooking o sobrecontratación, zoom o zum?) sino que explica por qué surgen, con autores y ejemplos extraídos de obras literarias y artículos periodísticos. El diccionario llega así donde no llega la gramática ni la ortografía. El primer proyecto panhispánico El método de trabajo también ha abierto brecha porque se trata del primer proyecto verdaderamente panhispánico. Quizá por eso, todos los implicados demuestran su entusiamo. Así, Pedro Luis Barcia, director de la Academia Argentina, la define como “la obra más completa en su género. Será de inevitable y útil consulta para los intereses más diversos: estudiantes, docentes, profesionales, comunicadores, administrativos, etc. Mantiene la unidad en la diversidad, al proponer criterios generales consensuados para un enorme cúmulo de cuestiones (plurales, extranjerismos, topónimos, etc) y, al tiempo, da cabida a las diferencias regionales o dialectales según los usos firmes y autorizados por la escritura en las distintas zonas lingöísticas de la hispanidad. Será una obra de avanzada por la dinámica de sus propuestas que se adelantan con sugerencias en muchos planos disputados”. También el chileno Alfredo Matus considera el Diccionario “una obra única dentro del contexto de las lenguas del mundo. Responde a un anhelo superior de unidad de nuestra lengua y, por tanto, de cuantos ‘vivimos’ en español. Todas las regiones lingöísticas han examinado detenidamente, y en perspectiva panhispánica, las dudas que se nos presentan a cuantos deseamos hablar y escribir con responsabilidad”. A fin de cuentas, “cada una de las academias, cada una de las regiones del mundo hispánico, ha hecho su colaboración al analizar sus propias modalidades idiomáticas y ponerlas en consonancia con el contexto integral de la lengua española y de su historia. Aquí triunfan los proyectos superiores de una comunidad única en el concierto universal de las naciones, por su peso cultural y demográfico”. Y confirma el director de la Academia Uruguaya, Jorge Arbeleche: “el Diccionario es el resultado de un trabajo conjunto de todas las academias de la lengua, ya que se considera que la lengua española es la más hablada a ambos lados del Atlántico. Es el criterio que ha adoptado la Asociación de Academias de la Lengua en el sentido de ampliar y democratizar el propio concepto de lengua”. El español, democratizado Sí -insiste Alfredo Matus, de la Academia Chilena- “desde el punto cero, todas las academias han construido la concepción de este diccionario, la metodología de trabajo, sus propósitos. Definiciones y norma, como ya dije, no se han determinado apriorísticamente, sino en la consideración de las conductas idiomáticas reales de cuantos nos expresamos en esta lengua. El aliento que ha insuflado la Real Academia Española a este proyecto, su inspiración, su respaldo material y el de sus excepcionales equipos técnicos, han sido determinantes en el feliz éxito de esta empresa que nos enorgullece”. Y el director de la Academia Mexicana, Moreno de Alba, confirma cómo México “ha estado presente desde la gestación del proyecto hasta su conclusión. El director, en representación de su academia y de las academias del área centroamericana, ha asistido y participado en todas las reuniones de la comisión interacadémica, encargada del proyecto”. ¿Sus principales aportaciones? Varias y muy destacadas: en un primer borrador, se tomaban como voces del español general algunas que sólo se usan en España (como “competición” por “competencia” deportiva, “beicon” por “tocino”, sea por caso). En la versión definitiva aparecen como “españolismos” o voces propias de España. Además, se señaló que muchos extranjerismos, en América, tienen una más lenta adaptación gráfica y fonética al español, comparado este proceso con el que se lleva a cabo en España. Así quedó explicado en el Panhispánico. En México nadie dice, como en España, ‘iceberg’, sino que lo pronunciamos en inglés (algo así como ‘aisberg’); no decimos ‘bungaló’ sino ‘bungalow’, no color ‘beis’, sino "beige (beish)’; carné / carnet; chalé / chalet, parqué / parquet, debú / debut...”. El mayor aporte de la Academia Argentina “fue la de insistir en mantener los criterios generales adoptados en ocasión del tratamiento de cada cuestión abordada. Naturalmente, el voseo es otro aspecto en el que aportamos lo nuestro y, luego, los puntuales señalamientos de los usos diferenciados en el castellano de la Argentina”, explica Barcia, para quien la Real Academia Español asumió el trabajo más duro: “Sí, el equipo de Español al Día, de la RAE, tuvo a su cargo la parte más dura de la tarea: la redacción de todos los artículos que, propuestos en sucesivas entregas a las Academias, fueron analizados, enriquecidos con las contribuciones de todos los delegados de las regiones. Los artículos de base y las observaciones se debatieron en las sesiones de la comisión interacadémica ; después, los plenos ratificaron los acuerdos”. Lo dicho, un proceso laborioso, que no acaba con al edición del libro porque el español está vivo. El dequeísmo traidor Mención especial merece uno de los principales errores que perpetramos los españoles: el dequeísmo. El Diccionario Panhispánico de Dudas explica cómo se incurre en este defecto “cuando se antepone la proposición de a una oración subordinada sustantiva de sujeto. El sujeto nunca va precedido de preposición y, por tanto, son incorrectas oraciones como ‘Es seguro de que nos quiere’”. Tampoco es correcto anteponer la preposición de a una oración sustantiva de complemento directo (‘Pienso de que conseguiremos ganar el campeonato’) o usarla en lugar de que la realmente exige el verbo (“insistieron de que fuéramos”, en lugar de “en que fuéramos”) y ofrece un procedimiento para determinar si debe emplearse la secuencia de “preposición + que” o simplemente “que”, transformando el enunciado dudoso en interrogativo: si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, ésta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa: ‘¿De qué se preocupa? (Se preocupa de que...)”. “¿Qué informó?” [Am.] o “¿De qué informó [Esp.]” Y hay que suprimir la preposición en estos casos: antes (de) que, después (de) que, con tal (de) que... Apasionante. El 10-XI, la puesta de largo Como la puesta de largo del Diccionario Panhispánico de Dudas del 10 de noviembre, a la que no faltarán ni los directores de las veintidós Academias de la Lengua Española, ni veintiseis directores de medios de comunicación hispanoamericanos (de los diarios argentinos “Clarin” y “La Nacion”, de Buenos Aires, a “Reforma” de Mexico, pasando por “El Tiempo” de Bogotá, “El Mercurio” de Chile, Televisa...) y otros tantos españoles, que recibirán de primera mano el mensaje de los académicos: su presencia es el mejor aval para adoptar el Diccionario como norma de referencia en todos los países. Porque, conscientes de la importancia de los medios de comunicación en la difusión del lenguaje, los académicos han querido pivotar el Diccionario sobre los medios, con la intención nada secreta de que lo asuman como propio y difundan ese inmenso corpus en papel e internet,a modo de libro de estilo... Como harán, también, los profesores de español del Instituto Cervantes, que seguirán los criterios establecidos por la obra, marcada por la evidencia de que el eje del español se ha desplazado hacia Hispanoamérica ya que de los 360 millones de hispanohablantes, sólo 40 viven en España. Cinco ejemplos de 7.000 entradas abierto. En algunos deportes como el tenis, el golf o el ajedrez, ‘[torneo] en el que pueden participar todas las categorías’: “Martina Hingis ganó el Abierto de Tokio” (Tiempo [Col.] 3.2.97). Debe evitarse, por innecesario, el anglicismo open. ciber-. 1. Elemento compositivo prefijo, creado por acortamiento del adjetivo cibernético, que forma parte de términos relacionados con el mundo de las computadoras u ordenadores y de la realidad virtual: ciberespacio, cibernauta, etc. Se recomienda su uso en la creación de nuevos términos pertenecientes al ámbito de las comunicaciones por Internet, lo que permite sustituir por voces propias numerosos anglicismos que circulan hoy en español. A continuación se ofrecen algunos ejemplos de la gran productividad de este prefijo en nuestros días: “Una de las características del ciberarte es precisamente esa: su intangibilidad” (El Mundo [Esp.] 15.12.96); “El cibercafé es un disco-bar que ofrece conexiones públicas a Internet” (El Mundo [Esp.] 1.6.97). Debe evitarse su escritura con la grafía anglicada cyber-. 2. En muchos casos, el sentido que aporta este elemento compositivo puede expresarse mediante el adjetivo electrónico pospuesto al sustantivo correspondiente (- electrónico): mensaje electrónico, buzón electrónico, comercio electrónico, etc. evacuar. ‘Desalojar o vaciar [un lugar]’, ‘expeler [excrementos]’ y, en lenguaje administrativo, ‘tramitar [algo]’ y ‘realizar [consultas]’. En el uso culto se acentúa preferentemente como averiguar (ñ apéndice 1, n.º 6): “Los dos hombres se ocupan de cambiar un catéter que evacua la orina” (Fernández Memoria [Esp. 1994]); pero hoy es frecuente, y también válida, su acentuación como actuar (- apéndice 1, n.º 7): “El niño evacúa varias veces al día” (VV. AA. Mamar [Arg. 1983]). imprimir. ‘Marcar sobre papel u otra materia [un texto, un dibujo, etc.] por medios mecánicos o electrónicos’ y ‘dar a alguien o algo [un determinado carácter, estilo, etc.]’. Tiene dos participios: el regular imprimido y el irregular impreso. Aunque existe hoy una clara tendencia, más acusada en América que en España, a preferir el uso de la forma irregular impreso, ambos participios pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y de la voz pasiva: “Habían impreso en su lugar billetes de a cien” (Gª Márquez Amor [Col. 1985]); “La obra [...] circulaba dos años después de haber sido impresa en una ciudad protestante” (Trabulse Orígenes [Méx. 1994]); “En total se han imprimido 35 000 carteles” (El Mundo [Esp.] 11.11.96). En función adjetiva se prefiere en todo el ámbito hispánico la forma irregular impreso: “Contempló una vez más la imagen impresa en la tarjeta postal” (Martini Fantasma [Arg. 1986]). Kosovo o Kósovo. El nombre de esta región situada al sur de Serbia, de población mayoritariamente albanesa y actualmente bajo administración de la ONU, presenta dos acentuaciones válidas en español. Cada una de ellas se basa en una de las dos lenguas que coexisten en este territorio: la llana Kosovo (pron. [kosóbo]) presenta la misma sílaba tónica que la forma albanesa Kosova (pron. [kosóba]) y ha sido la usada tradicionalmente en español; la esdrújula Kósovo refleja la pronunciación de este topónimo en serbocroata y se ha extendido, probablemente, por influjo del inglés. El gentilicio de uso general es kosovar (basado en el gentilicio albanés kosovari): “Solana atribuyó [...] a la ‘falta de confianza’ en las instituciones kosovares la casi nula participación de la minoría serbia en las legislativas del pasado sábado" (Tiempos [Bol.] 20.10.04). Cuando es necesario distinguir la etnia, además de la procedencia, se utilizan los compuestos albanokosovar y serbokosovar: “La ONU busca a un serbokosovar por tentativa de asesinato” (País [Esp.] 9.8.02).