Letras

Las otras vidas

Clara Obligado

2 febrero, 2006 01:00

Páginas de Espuma. Madrid, 2005. 130 páginas, 12’50 euros

Quienes viven el exilio saben que la acción de abandonar un lugar empieza por calificar a un sujeto de exiliado y acaba por sustantivar su vida. Quienes viven "en" el exilio alimentan una única idea, la de "volver", y ése es "el único futuro posible" -leemos en el último de estos relatos- aunque uno "no retorne a ninguna parte". Porque el exilio -sostiene la autora- no termina nunca. "Nunca. Ni siquiera si se regresa al país".

Clara Obligado es escritora, y es argentina. Vive instalada en España y en la literatura desde 1976. Sufrió la llegada, la indiferencia, la desolación absoluta. Y entre otros consuelos inteligentes, íntimos, el reconocimiento a una escritura cuajada en títulos como Si un hombre vivo te hace llorar, Mujeres a contracorriente, Salsa. Con ellos se ha hecho un hueco, por su capacidad comunicativa y su personal estilo para transformar su experiencia en cuentos. Las otras vidas resume de manera ejemplar estas consideraciones; la propia autora confiesa que son relatos correspondientes a diferentes momentos de su biografía y su desarraigo, a diferentes "lógicas narrativas", lo que enriquece de manera considerable la muestra.

Al igual que ennoblecen su punto de vista los diferentes registros con que ilustra ideas que dejan ver los recovecos del desgarro, siendo esperanzadores. "La extranjería es un ropaje pesado y húmedo que se adhiere al cuerpo" (testi-
monia en "El grito y el silencio"). El suyo está cosido con la permanente sensación del desarraigo vertido en tantos personajes que desean perderse en el sueño de otras vidas ("El enviado", "Exilio", "La aventura"), con el ansia del retorno ("Ulises"), con la intensidad que impone la nostalgia ("El cazador") y la rabia frente al pasado en retrospectivas que captan la instantánea de la historia truncada por la Historia más reciente de su país, la que les partió, a muchos, la vida en dos. Y con lo aprendido en el universo de la narrativa de Carver, a quien dedica un relato afortunado: "Con las mujeres nunca se sabe".

"La extranjería es la médula de la soledad", es una forma de vivir a la intemperie. La escritura de Obligado así lo cuenta, como cuenta que contar es una forma de limar la aspereza del exilio.