Image: El juego del diábolo

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Letras

El juego del diábolo

Juan Pedro Aparicio

6 noviembre, 2008 01:00

Juan Pedro Aparicio. Foto: Alberto Cuéllar.

Páginas de Espuma. Madrid, 2008. 168 páginas, 14 euros

El microrrelato, modalidad narrativa hiperbreve, está consiguiendo su estatuto genérico en las literaturas hispánicas como una forma con creciente prestigio que le permite figurar al lado de otras consagradas por la tradición. En España cuenta con autores de reconocida calidad literaria, como J. M. Merino, Hipólito G. Navarro y el propio Juan Pedro Aparicio, cuyos últimos libros constituyen aportaciones de relevancia en la consolidación de esta modalidad de narración muy breve, que él propone llamar "cuentos cuánticos". Las dos últimas obras de Aparicio son complementarias. Primero se publicó La mitad del diablo (2006), con 146 minicuentos ordenados por su extensión, de mayor a menor, hasta terminar con el más breve microrrelato, que consta de una palabra ("Yo"), y donde se produce la mayor elipsis en un lenguaje verbal.

Dos años después Aparicio sorprende con El juego del diábolo, libro complementario del anterior en sus temas y formas y en la inversa distribución de sus textos en un orden de menor a mayor, dibujando así la figura del diábolo como juguete con forma de dos conos unidos por la parte más estrecha y manteniendo el juego "diabólico" en el título (en italiano diablo se dice diàvolo, según indica el autor en su "Prólogo cuántico"). Son 140 microrrelatos cuya extensión va desde las seis palabras del primero, "Desayuno" ("Cuando regresó, el funcionario seguía ausente"), con eco del célebre dinosaurio y homenaje a Monterroso, hasta la página y media del penúltimo, "La obra maestra", uno de los mejores por su concentrado tratamiento de dudas e insatisfacciones de la creación literaria.

En su brevedad puede señalarse un punto de inflexión a partir de los primeros 50 textos. Si en los primeros predominan la elipsis y el chispazo creador acicateado por la agudeza de ingenio y plasmado en la concentración expresiva, en los siguientes empieza a esbozarse un mínimo argumento en propuestas narrativas siempre breves, sustentadas en la extrañeza, el absurdo, la invención fantástica o la hiperbolización de lo cotidiano, todo ello potenciado por una perspectiva insólita, con gracia e ironía en su mirada descreída de la realidad. Sus temas ofrecen una notoria variedad, desde las referencias y alusiones a motivos de la antigöedad clásica, distorsionados en una visión desde nuevos ángulos ("El faro de Alejandría", "Carpe diem"), hasta un amplio abanicode absurdos y contradicciones extendidos en diferentes órdenes sociales, políticos y religiosos de nuestro tiempo, también en el sistema literario:"Políticamente incorrecto","El precio de la vivienda" y "Muladar de esperanzas" son los más logrados.

Bastantes microrrelatos concentran su mirada irónica en conflictos y contradicciones entrevistos en las relaciones de amor, desamor y adulterio. Es el grupo más numeroso. Entre los mejores, destacan "La cadena", "El buen detective" y "La fuerza de la costumbre". Y otros contienen ecos literarios que funcionan como hipotexto a partir del cual se construye su significado. Así, además del ya citado "Desayuno" y el explícito "Faulkner en Lot", detrás de "La noche" asoma un relato de las Mil y una noches.