Muere el periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez, cronista del peronismo
Su retrato de Eva Perón, Santa Evita, es la novela argentina más traducida de la historia
31 enero, 2010 23:00Tomás Eloy Martínez. Foto: AP
Hay una enfermedad de la que un periodista de raza no se cura jamás: la escritura. Quizá por eso, Tomás Eloy Martínez (Tucumán, Argentina, 1934), no dejó de escribir ni siquiera en sus últimos días, cuando el tumor cerebral que padecía desde hacía tres años lo había dejado al límite de sus fuerzas. Al parecer, apenas podía utilizar su mano derecha, así que tenía que dictar sus columnas quincenales. Según el director del suplemento cultural de La nación, que lo visitó poco antes de morir, "hacía esfuerzos sobrehumanos para no incumplir. Dormía cuatro o cinco horas y se arrastraba hacia la computadora, los libros, los apuntes, la libreta. 'Escribir es la única razón para seguir vivo', me dijo”. Cuentan las crónicas que la literatura lo había acompañado desde siempre. Que, por ejemplo, antes de los 10 años escribió su primer cuento como signo de rebeldía: según recordaba esta mañana La nación, se había escapado al circo sin autorización de los padres y, como castigo, lo encerraron en un cuarto y le prohibieron leer. Esa tarde escribió la historia de un nene que se metía en una estampilla para poder viajar. Jamás dejó de hacerlo, de viajar y de escribir, volcando su vocación en el periodismo. Santa Evita Obsesionado estudioso del peronismo, conoció a Juan Domingo Perón a fines de los años 60. Se ganó su confianza y grabó las extensas conversaciones que mantuvieron en cintas que siempre guardó con recelo. Resultado de esas charlas y de sus investigaciones sobre la vida de la Eva Perón, publicó en 1995 Santa Evita, la novela argentina más traducida de la historia, de la que Carlos Fuentes, Vargas Llosa y García Márquez llegaron a decir que era la novela que les hubiera gustado escribir por su perfecta soldadura "de ficción e historia". Exiliado en Caracas durante la última dictadura militar argentina, tras ser amenazado por la Triple A, no se alejó de su pasión: fue editor del periódico El Nacional y fundó El Diario, y fue jefe de redacción hasta 1979. En 1991, participó en la creación del periódico Siglo XXI en Guadalajara (México) y del suplemento Primer Plano en Página 12. En 2002 recibió el premio Alfaguara por El vuelo de la reina. Luego se publicarían la selección de ensayos y crónicas Réquiem por un país perdido (2003), El cantor de tango (2004) y El Purgatorio (2008), su última novela, que cuenta la historia de una pareja separada por el terrorismo de Estado en 1976, que vuelve a encontrarse 30 años después. Sobre el oficio de escritor le gustaba decir: "Los narradores escribimos sobre lo que sabemos para aprender aquello que no sabemos; para conocer lo que no conocemos". También fue maestro de periodistas, con una extensa carrera académica que lo llevó a pasar gran parte de su vida en Estados Unidos, donde dirigió el Programa de Estudios Latinoamericanos de la Rutgers University, en Nueva Jersey, además de impartir clases en la Universidad de Maryland y de colaborar en la creación de la fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, de su amigo García Márquez. En 2009 conquistó el premio Ortega y Gasset de Periodismo.