Image: Sexto Piso, la editorial suicida

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Letras

Sexto Piso, la editorial suicida

El sello independiente prosigue su valiente aventura en México y España centrado en el ensayo y los clásicos

25 agosto, 2010 02:00

Santiago Tobón

Si osada y prometeica parece la empresa de lanzarse a la aventura editorial con ambición de independencia, atreverse además a abrir sucursal al otro lado del charco podría tal vez calificarse directamente de suicida. No en vano el logo de la editorial SextoPiso es un monigote que se arroja desde la sexta planta de un edificio. El grupo de amigos treintañeros que inauguraron el sello en México en 2002 dieron el salto tres años después para llevar sus libros a la otra orilla, al tan competitivo como temible mercado español. Y aquí siguen, cuidando una política editorial que, según el director de la filial española, Santiago Tobón, "pretende ser rigurosa, imaginativa y coherente, intentando así ir tejiendo un fondo con los distintos títulos que conforman el catálogo, a la manera de una novela, de manera que cada libro publicado represente un capítulo de ese libro que escribe el editor".

El citado catálogo de Sexto Piso se desenvuelve entre las fronteras precisas de sus tres colecciones principales, Noésis (ensayo), Clásicos y Narrativa. Con el sello de la primera han publicado obras tan heterogéneas como imprescindibles: Memorias de un enfermo de nervios, de Schreber, la Filosofía de andar por casa de Xavier Rubert de Ventós o los dos primeros volúmenes de la tetralogía de Kart Kerenyi Imágenes primigéneas de la religión griega. Algunos de los clásicos a los que han ofrecido nuevas razones para ser leídos son el Tratado sobre los sacrificios, del luminoso reaccionario francés Joseph de Maestre o el muy explícito El beneficio de las ventosidades, de Jonathan Swift. Por último Sexto Piso también ha editado joyas narrativas como Especímenes de folclore bosquimano, de Bleek, o Zen y el arte del mantenimiento de la bicicleta, de Robert M. Pisig.

Santiago Tobón reconoce que "el mundo de los pequeños editores -y de todos los editores en general- es menos glamouroso de lo que la gente imagina. Tenemos estructuras muy reducidas y eso obliga a ser todero, de manera que un recurso limitado como el tiempo lo empleamos muchas veces en labores muy tediosas y en principio menos productivas y edificantes. Es tan difícil elegir un título como acertar en su tirada. Pero es bastante común que muchos títulos nos sorprendan (para bien y para mal) por los resultados que obtienen en ventas" . Y es que las alegrías compensan, como el Premio a la mejor Labor Editorial con el que se les reconoció en 2008.

Sexto Piso forma parte de Contexto, la asociación de pequeñas editoriales independientes, unión que ha resultado muy útil, según explica Tobón, para "ganar visibilidad": "La continuidad que van alcanzando muchas de estas editoriales va demostrando que había lectores que esperaban esas propuestas. También, en cierto modo, con el buen trabajo de muchas de estas nuevas editoriales, el sector se va profesionalizando aún más".

Sobre la dichosa crisis, poco más se puede decir. El editor de Sexto Piso sabe que trabaja en un sector "en crisis permanente". En todo caso, Santiago no está seguro de si "el tamaño importa o no. Las grandes editoriales tienen una estructura menos flexible y en muchos casos costosa, eso los perjudica en tiempos de crisis. Pero también tienen más fondo financiero y eso es determinante para soportar los malos tiempos. También es curioso que en medio de la crisis aparezcan más y más editoriales...".

Más información en su página web: www.sextopiso.com