Mire al pajarito
Kurt Vonnegut
1 octubre, 2010 02:00Kurt Vonnegut. Foto: Mathias Rietschel
Vonnegut me ha interesado mucho más como novelista que como cuentista. Sin embargo, aunque el Vonnegut cuentista esté a una considerable distancia de Hemingway, los relatos de este volumen me han sorprendido gratamente. Ya en la frase inicial de la primera historia, "Confido", se observa un lirismo singular: "El verano había muerto pacíficamente en su sueño, y el otoño, como albacea de voz suave, guardaba la vida a buen recaudo hasta que la primavera volviera a reclamarla." (p.17). En el Vonnegut postrero de Hocus Pocus (1990) el retoricismo no tardaría en derivar hacia postulados irónicos y sarcásticos, pero este primerizo es más directo, incluso inocente: lo bueno es bueno y el bien debe triunfar sobre el mal.
"Hola, Red" es uno de los relatos más interesantes. La historia, de clara raíz hemingwayana, narra el regreso de Red Mayo a su pequeño pueblo natal. También merecen ser mencionados "El Key Club de Ed Luby" y "El rey y la reina del universo". En el primero, una pareja acude al local donde durante los últimos 14 años ha celebrado su aniversario de bodas, pero todo acabará en una acusación de asesinato. Similar estructura encontramos en "El rey y la reina del universo", si bien ahora la bipolaridad no gira en torno al bien-mal sino a la realidad-ilusión. Henry y Anne deben atravesar un parque durante una noche cerrada, cuando un hombre aparece entre las sombras. No pretende robarles, sólo invitarlos a su casa, donde su madre está a punto de morir.
El conjunto de los relatos son moralistas, tal vez alejados de la ironía característica del genuino Vonnegut, pero no por ello menos entretenidos y sorprendentes.
Ocho reglas para escribir relatos de ficción
Al final de su vida Vonnegut fijó las Ocho reglas para escribir relatos de ficción: "1. Use el tiempo de forma tal que él o ella no sienta que lo malgasta. 2. Dele al lector al menos un personaje con el que identificarse. 3. Todos los personajes deben querer algo, aunque sea un vaso de agua. 4. Cada frase debe hacer una de estas dos cosas: revelar algo del personaje o hacer avanzar la acción. 5. Empiece tan cerca del final como sea posible. 6. Sea sádico. No importa cuán inocentes sean sus protagonistas, les deben pasar cosas horribles (para comprobar de qué están hechos) 7. Escriba para contentar únicamente a una persona. Si abre la ventana para hacerle el amor al mundo su cuentocogerá una neumonía. 8. Dele a sus lectores toda la información posible lo más rápido. Al diablo con el sus-pense. Los lectores deben tener una idea general de lo que está pasando, cómo y porqué, de modo que si las cucarachas se comen las últimas páginas, ellos mismos sean capaces de acabar.