El sueño del celta, de la A a la Z
Lo mejor de 2010: Ficción
31 diciembre, 2010 01:00Mario Vargas Llosa
Roger Casement (1864-1916), protagonista de El sueño del celta, pasó de ser símbolo de la justicia a ser ajusticiado por traición. El Cultural celebra la mejor novela del año recorriéndola letra a letra.
Berlín. En 1885, la Conferencia de Berlín, "a la que no asistió un solo congolés", regaló a Leopoldo II los 2.500.000 kilómetros cuadrados del Congo y sus 20 millones de habitantes.
Codicia. Raíz de todos los males: el caucho, ese oro negro que enriquecía a Europa, fue una maldición que arrasó culturas, y razas, y destruyó su futuro.
Diarios. Tras su procesamiento, se filtraron a la prensa los diarios de Casement, que relataban sus escabrosas relaciones sexuales con muchachos.
Exterminio. Cuando Casement visitó en 1884 Lukolela (Congo), tenía 5.000 pobladores. En 1903 quedaban 352. En Putumayo el exterminio que denunció fue aún mayor.
Foreing Office. En 1892, Casement comenzó a trabajar para el Foreing Office, que le amparó en sus investigaciones.
Gaélico. Una de sus obsesiones era aprender gaélico, pero, aunque hablaba francés, portugués, y tres lenguas africanas, fue incapaz de lograrlo.
Historia. Casement no lograba comprender cómo lo que en los libros de historia parecía una "fabricación racional y coherente [...] había sido una caótica mezcla de azares e intrigas".
Informe. El Informe Casement conmocionó al mundo. Los sectores más avanzados exigieron que se revocase la decisión de entregar el Congo a Leopoldo II, rey de los belgas.
Justicia. Cuando Casement denunciaba expolios en África o la Amazonía no había juez dispuesto a ocuparse de ellas o desaparecía misteriosamente. Con él, en cambio, sería implacable.
Korzeniowski. Nombre real de Joseph Conrad. Se conocieron en África; cuando Casement le felicitó por El corazón en las tinieblas, Conrad afirmó: "usted me quitó las legañas de los ojos. Sobre el África. Y sobre la fiera humana". Pero no firmó la petición de clemencia.
Leopoldo II. Se reservó como Dominio de la Corona 250.000 kilómetros cuadrados del Congo, ricos en caucho, para explotarlos personalmente.
Malaria. Casement sufrió tres ataques, cuyas consecuencias sufrió el resto de su vida.
Nacionalismo. Para Casement, Irlanda sufría un colonialismo similar al de África. De ahí su colaboración con el Sinn Feinn y los Voluntarios Irlandeses.
Ñame. Alimento básico de los congoleses, los colonos impedían su recolección para no perder trabajadores del caucho.
Ocaima. Tribu indígena, como los bora, los andoques, los muinanes, los huitotos... que la codicia "civilizada" destruyó.
Pedofilia. En su diario íntimo, Casement dio cuenta de sus aventuras sexuales con muchachos en parques y tugurios.
Quiebra. En el momento de ser ejecutado Casement carecía de bienes: se lo había gastado todo ayudando a los nativos o la causa de Irlanda.
Religión. Nunca fue muy religioso, pero tras un viaje al Congo volvió a rezar "cuando creí que iba a perder la razón ante tanto sufrimiento".
Stanley. H. M. Stanley, el más célebre aventurero de su época, "capaz de grandes hazañas y formidables villanías". Casement descubrió que era un canalla al servicio de Leopoldo II.
Traición. En plena guerra mundial intentó que Alemania invadiese Inglaterra para lograr la independencia de Irlanda.
Ulster. Región de Irlanda habitada por protestantes contrarios a la independencia del país.
Viernes Santo.El 21 de abril de 1916, Casement desembarcó en Irlanda. Mientras era detenido, en Dublín comenzaron los combates y se proclamó la Independencia.
Wilson. El presidente norteamericano Wilson no pidio clemencia por Casement. Otro Wilson, Harold, primer ministro inglés, permitió que sus restos fuesen repatriados en 1965.
Xenofobia. Junto a la codicia, raíz de todos los males: para los europeos los indígenas no eran humanos, sólo animales.
Yeats. W. B. Yeats, premio Nobel en 1923, jamás dejó de luchar por la vida de Casement.
Zossen. Campo de entrenamiento de la Brigada Irlandesa, formada por soldados irlandeses presos en Alemania.