Y España se hizo lectora
La Casa del Lector acoge la exposición Hoy es Ayer. Colección Eguidazu de Literatura
19 junio, 2013 02:00Ejemplar de El Coyote, de José Mallorquí, la serie literaria más popular de la posguerra.
El héroe californiano español, trasunto de El Zorro de Johnston McCulley, ocupa el primer lugar en el corazón y en la colección de Fernando Eguidazu, que además de ser un alto cargo del Ministerio de Exteriores y vicepresidente del Círculo de Empresarios es, en sus ratos libres, el mayor coleccionista de literatura popular en español. Aunque aún no los ha contado, su colección, que ha cedido a la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, incluye unos 50.000 títulos publicados entre 1870 y el año 2000, "aunque a partir de los 70 la mayoría son reediciones". Una parte de ellos puede verse desde hoy en la Casa del Lector de Matadero Madrid. Tras la inauguración, que tendrá lugar a las 5 de la tarde, se celebrará una mesa redonda con Eguidazu, César Mallorquí y Ramón Charlo en torno a la historia de la literatura popular en España.
Su enorme colección ha permitido a Eguidazu estudiar el fenómeno, cuyas características y evolución dejó plasmadas hace un par de años en el libro Del folletín al bolsilibro.
En el último tercio del siglo XIX, la literatura popular era "social y lacrimosa". "Trataba de viudas, de huérfanos, de obreros pobres, patrones explotadores y señoritos muy ricos", explica el bibliófilo. Con el cambio de siglo, llegó de Estados Unidos la literatura pulp, más colorida, más atrevida, más truculenta, con mucho sexo: "Eran novelas de aventuras, de detectives, de piratas, que sustituyeron a las dime novels (novelas de diez céntimos), que eran más ingenuas". Estas nuevas novelas eclipsaron la tendencia anterior y acapararon la atención del público español. Eso sí, convenientemente "mutiladas y masacradas por la censura".
Las grandes editoriales como Bruguera, Juventud o Molino importaron masivamente estas series de terror, de fantasía, de ciencia ficción, del salvaje oeste y de héroes como El Vengador o La Sombra... El género, ha sido a menudo despreciado por la "literatura refinada", pero ha dado autores tan respetados como Isaac Asimov y H.P. Lovecraft, entre tantos otros. "Con Raymond Chandler y Dashiell Hammett, la novela policiaca evolucionó de la tradición británica del crimen como acertijo a la novela negra como la conocemos hoy", explica Eguidazu.
Tras la Guerra Civil, la carestía económica impidió a las editoriales españolas seguir comprando derechos extranjeros, de modo que pidieron a sus traductores que escribieran obras similares a las que habían traducido años atrás. Este fue el caso de El Coyote de José Mallorquí, que se convirtió en un éxito rotundo no solo en España, sino también en Latinoamérica, Italia, Alemania e incluso se llegó a publicar en los países escandinavos.
No obstante, tanto su hijo como Eguidazu coinciden en que "el 90% de los títulos pulp eran basura", pero Mallorquí acude a la Ley de Sturgeon, un escritor estadounidense de ciencia ficción que al ser atacado por esta cuestión respondió: "El 90% de todo es basura".
También coinciden ambos en diferenciar la literatura pulp de la literatura de quiosco que surgió en los 60, una "prolongación fabril y mecanicista del pulp en la que se repetían clichés y fórmulas hasta la saciedad", explica Mallorquí.
A pesar de su dudosa calidad literaria, para Eguidazu el interés de la literatura popular reside en su valor industrial -"las primeras multinacionales españolas fueron las editoriales Bruguera, Juventud y Molino"- y en su valor sociológico como reflejo de su tiempo: "Esto es lo que se leía en España. Ni a Cervantes ni a Schopenhauer, esto". Y con esto nos hicimos lectores.