Sabina Berman

Se publica estos días en España, El Dios de Darwin (Destino), la segunda novela sobre Karen Nieto, una niña inteligente, bióloga, amante de los atunes y autista. Su autora, la mexicana Sabina Berman (México DF, 1955), es psicóloga de formación y hoy en día, una de las escritoras más reconocidas en su país. En esta ultima novela, vuelve a escribir bajo el prisma del autismo, a la vez que rescata no solo la biografía de Charles Darwin, sino las preguntas y hallazgos que el científico se fue haciendo sobre Dios, a lo largo de toda su vida.

Pregunta.- ¿La psicología y la escritura son, en la vida de Sabina Berman, dos caras de una misma moneda para conocer al ser humano?
Respuesta.- Yo tuve que elegir. A mitad de mi carrera de psicología me di cuenta de que yo envidiaba a los locos. Su libertad de pensamiento y su libertad de creación de imágenes. Trabajé unos meses en un manicomio y allí me di cuenta de que yo quería ser escritora. Mi jefe me dijo: "Sabina, tú admiras a los locos. Tus diagnósticos son los más optimistas que he leído en mi vida. Casi me estás diciendo, ¿no me podríais dar una habitación para mí? Y le contesté -sí, tienes toda la razón. Estudié entonces letras mexicanas y me he dedicado al teatro.

P.- En 2010 publicó en España La mujer que buceó dentro del corazón del mundo, cuyo personaje, Karen Nieto, era una niña que vivía en la playa, comía arena y no hablaba, hasta que fue recogida por tía Isabelle. Karen empieza a relacionarse con las demás personas al leer a Darwin. En El dios de Darwin, es el mismo personaje que cuenta y vive un apasionante Thriller. ¿Cómo nace Karen Nieto?
R.- Karen es una bióloga autista mexicana que existe en la realidad, y la tomé como modelo. Ella no se reconoce y tampoco cuento su vida. Me interesa al autismo desde que buceo. Descubrí una forma de ser debajo del agua que me resultó muy inquietante. Primero debajo del agua uno no puede pensar, tiene que estar completamente alerta de lo que hay alrededor. Además uno se mueve en ese material mucho más denso que el aire que es el agua. El cuerpo está sensibilizado y está con todos los sentidos alerta. Estando debajo del agua pensé que qué fantástico sería vivir así, dentro del aire. Existir y solo pensar cuando fuera necesario. Y así es cómo viven muchos autistas. Así nació el personaje Karen.

P.- Entonces, más que una bióloga real, Karen es una parte de la propia escritora que le conecta con su inconsciente.
R.- Karen me ha enseñado una forma de estar fuera de la realidad del lenguaje. Que es distinto a como yo fui educada. Yo a los 3 años ya era una máquina descifradora de la realidad hacia el lenguaje. Que es como nos educan. A pesar de ser autista, Karen está completamente instalada en la realidad. No quiere que entre en su sistema de comprensión del mundo nada que no entienda. Su sistema de lenguaje es muy puro y útil. No sacrifica ninguna verdad.

P.- La existencia o la no existencia de Dios está presente en las obras de Sabina Berman desde siempre. En La Bobe, narraba la dificultad que vivió su abuela por transmitir a las siguientes generaciones de su familia la Historia Sagrada. En El Dios de Darwin, se acerca al ateísmo y al deísmo.
R.- Yo fui criada estudiando la Biblia en Hebreo por unos padres ateos. Mi abuelo fue uno de los famosos escribas de Biblias de la Tora en Polonia. El techo de mi lenguaje era una confusión en lo que se refiere a las preguntas más sencillas. ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué va a pasar cuando me muera? Para mí, todas las respuestas eran un caos. Me decidí que, antes de morirme, iba a poner orden a ese caos. Y descubrí que tenía cascajo de las religiones y muchas palabras cuyo referente era incierto. Tenía pedazos de una ciencia mal entendida. Me regresé a leer a Darwin y me fasciné. Hay libros que se escriben para deslumbrar. Otros para transmitir una idea a los demás. Y otros que se escriben como una necesidad urgente del escritor. Si tienes suerte, se volverá igual de urgente para el lector. Yo naufragaba desde siempre en este mar de preguntas. Necesitaba ver claro y este libro me ha salvado.

P.- En la novela, Sabina Berman recrea la historia de Darwin, su conflicto espiritual cuando sus descubrimientos científicos le van alejando de las creencias religiosas. Su estudio sobre las Evolución de las Especies, más adelante sobre la Evolución del hombre, son incompatibles con la existencia del Dios religioso. La novela se acerca a estos conflictos y cita, en varios momentos, un texto de Darwin ideado por Sabina Bernam, Autobiografía teológica.
R.- El libro es un thriller de personajes religiosos y personajes científicos, buscando desplegar la Autobiografía teológica. Es decir, la autobiografía de la relación de Darwin con Dios. Y en esa autobiografía están las respuestas de por qué la mayoría de nosotros tenemos una confusión en el techo de nuestra conciencia. Darwin iba a ser sacerdote. Pensó que al estudiar la naturaleza, iba a encontrar las reglas de Dios. Lo pensaban todos los científicos de su tiempo.

P.- En la novela, Darwin es un personaje muy honesto, inocente ante una sociedad científica que no quiere admitir sus primeras intuiciones. Tiene una baja autoestima y es su mujer la que le ayuda a seguir adelante con sus primeras investigaciones sobre animales.
R.- Es cierto. Darwin en la naturaleza encontró las razones por las que no podía creer en Jehová. Son muy concretas y están todas en el libro. Está explicitado por qué no se puede creer en la evolución y a la vez en Jehová. Pero al final del libro, Darwin no niega a Dios. "No. Pero es un Dios diferente".

P.- La Autobiografía de Darwin son citas de los libros científicos y autobiografía de Darwin.
R.- Me puse a leer a Darwin y fui recogiendo todos los pasajes en los que hablaba de Dios. Los fui ordenando por fechas. La autobiografía que todos conocemos es un texto censurado por sus propios hijos. Darwin tenía un hijo religioso y otro ateo. Los dos se horrorizaron al leer lo que su padre había escrito sobre Dios. Afortunadamente, los apuntes de Darwin sobre Dios y la Naturaleza los había guardado su familia y los publicó en 1995.

P.- El Dios de Darwin se acerca a este conflicto espiritual, no solo a través de el personaje de Darwin sino también a través de otras voces importantes en la novela, Franco o la misma Karen.
R.- La trama de mi novela me sirvió para ordenar mi cerebro. Me mostró que el legado de Darwin sigue en disputa y que los grandes biólogos siguen enamorados de la ley del más apto que fue una idea a la que Darwin, al final de su vida, renunció a pensar que era universal. Se dio cuenta claramente que en la naturaleza predomina la cooperación, el amor sexual y el amor de grupo. Incluso el heroísmo de la bondad, el altruísmo. Se preguntó él mismo, cuándo es importante esa lucha y cuándo no. Los resultados de esa investigación los publica al final de su vida en un librito muy poco leído desgraciadamente que se llama El origen del ser humano. Trata de las conductas de cooperación de los animales.

P.- ¿Piensa usted que Darwin hubiera estado en contra de la tesis actual del Gen egoísta?
R.- Pienso que es una metáfora y nadie ha comprobado que eso fuera cierto. Me parece una tesis tremendamente machista. Estamos al final del capitalismo salvaje, esto no puede seguir.

P.- En la novela Karen habla con otro personaje que le explica que "El siglo 20 fue el siglo de las ideologías. Cada ideología inventó su moral orientada a construir un paraíso particular".
R.- Darwin percibió, al final de su vida, que al desbancar a Dios de la gran metáfora de cómo fue creado el universo, quedaba un espacio vacío. Es la lucha por la supervivencia expresado de otra manera. Darwin decía que esto es lo natural en ciertas circunstancias y en otras no. ¿Cuáles son las circunstancias en las que deja de operar la ley del más apto? Eso es de lo que habla Darwin en la última parte del libro.

P.- En la novela, aparecen otros personajes reales, como Thomas Huxley, el verdadero compañero de Darwin.
R.- Todos los demás personajes le dicen que niegue a Dios ya que sus teorías son incompatibles pero Huxley, padre de dos premios Nobeles, el escritor y el matemático, le dice que no. Es un tipo muy impulsivo y que justamente le aconseja no abandonar el tema de Dios.

P.- ¿Si Darwin hubiera abandonado, significaría que no existe diferencia entre el ser humano y los demás animales?
R.- La única diferencia, según Darwin, es que el ser humano puede hablar. El pensamiento, la capacidad de inventar realidades que no existen. Acumular conocimientos en nuestras bibliotecas reales y virtuales. Nuestra pretensión de tener un mapa de la realidad viene de nuestra capacidad de hablar. Eso sí, Darwin habla de un accidente. Dice que tuvimos una mutación en la laringe hasta que un primate se dio cuenta de que podía imitar la voz de un mamut, la de un pájaro o la de cualquier animal. Nuestras primeras palabras fueron onomatopéyicas dice Darwin. Ahora, ¿quién nos dio la capacidad de hablar?