De los primeros rebeldes británicos
La contracultura británica está de actualidad con la publicación de libros como Who I am, la biografía de Pete Townshend (Malpaso), y Rituales de resistencia (Traficantes de sueños)
18 agosto, 2014 02:00Un grupo de mods con sus motos
Vivir en la nostalgia de que las décadas anteriores fueron mejores a las que nos han tocado experimentar no debería ser la primera premisa de ningún joven. Pero, visto lo visto, es preciso destacar que la subcultura de los años 50 y 60 en adelante en Inglaterra ha hecho mella. Este año la contracultura inglesa vuelve a estar vigente con la publicación de dos libros. Por un lado Who I am, la biografía de Pete Townshend (Malpaso), guitarrista de la mítica banda The Who, y Rituales de resistencia. Subculturas juveniles en la Gran Bretaña de posguerra (Traficantes de sueños), un compendio y análisis que realizan Stuart Hall y Tony Jefferson del Centro de Estudios Culturales Contemporáneos de la Universidad de Birmingham.Rebobinemos hasta los años 50 en Londres con el nacimiento de la primera subcultura juvenil comprometida con la sociedad y las necesidades de los jóvenes: los Teddy Boys. Ropajes eduardinos, jóvenes de la alta alcurnia, adinerados. Levitas, abrigos entallados y pantalones (muy) estrechos sin llegar a ser pitillo. Calcetines a la vista, zapatos Oxford o Brothel Creepers (estos zapatos tienen historia: su origen está en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial siendo George Cox el primero en crear unos. A su gusto y semejanza los llamó Hamilton y hoy en día son una reliquia). Su peinado favorito incluía kilos de gomina; pelo engrasado echado para atrás con un flequillo rizado cayendo por la frente. O, sino, gomina y los laterales hacia atrás, denominado estilo culo de pato o con un corte cuadrado a la altura de la nuca. Un ejemplo actual lo encontramos en el vocalista de Arctic Monkeys, Alex Turner.
Fue el primer movimiento de jóvenes que empatizaba con la adolescencia creando todo un mercado dirigido al público juvenil. Fueron ellos, también, los primeros en advertir que había una brecha generacional. La revolución, apogeo y, en cierta medida, la desvirtuación del movimiento llegó con el estreno de la película Semilla de maldad (Richard Brooks) en 1955. Tras ser proyectada en una sala de cine del complicado barrio de Elephant and Castle de Londres, diferentes bandas del mismo movimiento propiciaron el vandalismo destrozando el mobiliario de los cines. Y esto se extrapoló a todas las ciudades y salas donde se pasaba el filme. De modo que se empezó a pensar en ellos como jóvenes violentos amantes del rock and roll con ganas divertirse a costa de broncas y destrozos. Otra de las sonadas peleas fue la ocurrida en las calles del prestigioso barrio de Notting Hill en 1958. Y es que los Teddy's -se explica en el libro Rituales de resistencia editado por Traficantes de Sueños- veían a los extranjeros como una amenaza ya que estaban viviendo un momento de declive de su estatus social lo cual les hacía susceptibles a cualquier tipo de insulto, fuera real o no. Pero en estas reyertas también tomaron parte las clases trabajadoras, concediendo una especie de excusa por la decaída que la clase obrera estaba sufriendo.
Un grupo de Teddy Boys paseando por la calle
Así entramos en la década de los 60 y, derivado de la brecha generacional citada antes, los jóvenes del nuevo periodo no podían quedarse quietos. Es entonces cuando se originaron los Mods, un diminutivo de modernista acuñado por la prensa británica. Las teorías apuntan a que tanto ellos como sus eternos rivales los Rockers provienen de los Teddys. Esta nueva tribu se identificaba con las clases trabajadoras y sus ropajes, en muchos casos, eran hechos a medida. Algo que no terminaba de encajar debido a que sus puestos de trabajo y salarios no les permitían tanto derroche. De ahí que se creyera que traficaban con drogas. Cierto o no, es conocido su gusto por salir de fiesta hasta altas horas de la noche con la ayuda de las anfetaminas (las azules) que tanto les gustaba. Fue una tribu urbana activa en el sur de Inglaterra que se preocupaba por lo que sucedía en la sociedad y en la política. Escuchaban jazz, rithm and blues y soul bajo las rítmicas bandas The Animals, The Birds, The Who, The Jam o The Kinks. Además les gustaba estar bien documentados sobre cultura y se identificaban con el pop art, la vestimenta italiana, el existencialismo, el cine de la nouvelle vague francesa. Pero sobre todo ponían su mira en las scooters, en las Lambretta y las Vespa. Su templo musical era Twisted Wheel Club donde se reunían a crear nuevos pasos de baile. Muchos cantantes y grupos que se pueden adherir a este movimiento cultural: David Bowie, Eric Clapton, Pete Townshend (The Who), y, como no, The Beatles.
En esta tribu toma mucha importancia la parte femenina. No les gustaba el pelo largo de modo que la mayoría de ellas escogieron pelo corto a lo garçon. Y la musa del llamado Swinging London fue Twiggy. Londres ya era el epicentro para todo tipo de artistas. No solo para los británicos sino que artistas como Jimi Hendrix se asentaron en la capital británica para ver su carrera despegar. Londres abría las puertas a todos. Había galerías de arte, tiendas de ropa, diseñadores, pintores, marchantes, revistas, como se explica en el libro London Calling de Barry Miles. Imperiosa Carnaby Street.
Un fiel retrato de la vida de esta banda se ve en la película Quadrophenia (Frank Roddam, 1979), el filme de los Who. Fácilmente reconocibles por sus abrigos largos de color verde militar, Creepers con calcetines a la vista, actitudes violentas y en busca de gresca a todas horas, sobre todo con los rockeros. Los creepers de los Teddy Boys serían recapturados por la diseñadora británica Vivienne Westwood con la llegada del punk. Pero, por encima de todo, sus Lambrettas. Cuando la ley estableció que las motocicletas debían llevar espejos retrovisores estos, a modo de burla, comenzaron a sobrecargarlas, llegando, incluso, a tener cerca de diez en cada lado.
Y claro, no se puede no hablar de los Rockers, inspirados en movimientos estadounidenses que los Mods detestaban. Y de ahí la trifulca. Quién no recuerda o ha oído la historia de la pelea entre ambas bandas en las calles y la playa de Brighton en el año 1964 (East Sussex, Reino Unido). Se dice que los rockeros eran los pacíficos hasta que los mods llegaban con ganas de molestar. Durante aquel histórico momento en la playa de Brighton muchos de ellos fueron detenidos y acusados a grandes penas que incluso no podían hacer frente. La prensa se volcó y el movimiento, una vez más, se desvirtuó.
Estética Skinhead
¿Qué pasó, entonces, con los mods? Entre los militantes de políticas de izquierdas, los más radicales añadieron a sus Fred Perrys tirantes, cambiaron Creepers por Doctor Marteens y pelos engominados por cabezas rapadas. Efectivamente. Nacía el movimiento Skinhead, que en un principio comulgaban con los puntos de vista proletarios e izquierditas. Así, entramos en la década de finales de los 60 en Inglaterra. Su música, skin oi, ska, rocksteady y early reggae. Y con los que derivan en ideologías fascistas la historia es conocida. Otro fiel retrato de las contradicciones iniciales dentro de este subgénero se puede ver en la película This Is England (Shane Meadows, 2006) y en la secuela convertida a serie del mismo nombre (This Is England 86 y This Is england 88). Se rumorea, además, que Meadows sigue con la búsqueda del momento adecuado de comenzar a grabar la tercera temporada de esta pandilla. Un grupo de amigos que tiene como protagonista a un niño que se va convirtiendo en skin bajo los dictados de los pandilleros más adultos. Un grupo ecléctico de diversificada edad. Es conocido otro guiño hecho canción a este movimiento: Suehead de Morrisey, antiguo líder y vocalista de la mítica banda The Smiths. De modo que Londres fue el centro musical y contracultural en la época de los Beatles y en la actualidad lo sigue siendo. Un espejo en el que poder mirarse, adoptar ideas y adaptarlas a las necesidades y posibilidades que ofrece el mercado y la industria española.