Image: Montero Glez, lo policiaco y lo quinqui

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Letras

Montero Glez, lo policiaco y lo quinqui

El escritor gana el Premio Logroño de Novela por Talco y bronce, una historia ambientada en los 80 en la que habla cheli hasta el narrador

12 diciembre, 2014 01:00

Montero Glez. Foto: José F. Ferrer.

El escritor Montero Glez (Madrid, 1965) ha sido el ganador del octavo Premio Logroño de Novela con su obra Talco y bronce, una historia policiaca a la que ha dedicado cuatro años. Los personajes son quinquis de los años 80, de cuyo lenguaje cheli también participa el narrador. Según el jurado, la novela recoge los valores de la novela policíaca: retrata una realidad muy dura, hay una historia de amor y en ella también existe una visión deformante de la realidad, una visión valleinclanesca.

El premio, dotado con 45.000 euros, está convocado por el Ayuntamiento de Logroño, la Fundación Caja Rioja y la editorial Anaya, a través de la firma Algaida, que publicará la novela en la primavera de 2015. Los escritores Vicente Molina Foix, Jesús Ferrero, Manuel Jabois, Félix González Modroño y el presidente de la Asociación Española de Críticos Literarios, Ángel Basanta, han formado parte del jurado.

"Estoy muy satisfecho, sobre todo por saber que la novela ha llegado a buen puerto, que el jurado la ha valorado bien y que, gracias a este premio, la gente podrá llegar mejor a lo que escribo", ha declarado el autor a Europa Press, y celebra que haya "una editorial con una estructura suficiente como para distribuir bien la novela".

La obra de Montero Glez enlaza con la tradición del esperpento de Valle Inclán y el realismo sucio de Charles Bukowski. En 2008 ganó el Premio Azorín de Novela con su obra Pólvora negra. Entre sus novelas se encuentran Sed de champán (1999), Cuando la noche obliga (2003), Manteca colorá (2005), Diario de un hincha: el fútbol es así (2006), Zapatitos de cemento (2006), Besos de fogueo (2007), El verano: lo crudo y lo podrido (2008), A ras de "yerba", apuntes futboleros (2009), Pistola y cuchillo (2010) y Polvo en los labios (2012). Es considerado por la crítica literaria como uno de los autores con más personalidad y genio literario de los últimos años en España, con un repertorio de metáforas rompedoras y políticamente incorrectas y una prosa que bebe directamente del lenguaje de la calle, del cine y del cómic underground.